El amor comenzó con el primer encuentro -
Capítulo 495
Capítulo 495:
Mark no respondió, sino que mantuvo la cabeza gacha. En su pequeña mente, parecía que toda la felicidad y la alegría que había tenido antes eran una ilusión. Su vida familiar era como una burbuja de verano que estallaba inesperadamente y desaparecía de repente. Su mente, que era pura y aún inmadura, empezó a disgustarse con el mundo de los adultos. Estaba confuso por qué todo esto había ocurrido tan de repente. No tenía ni idea de cómo reaccionar ante sus queridos papá y mamá. Más aún, no sabía cómo enfrentarse a su padre biológico, que apareció de repente y quería obtener su custodia.
Ni siquiera había visto nunca a ese hombre. Un padre que nunca había visto en su corta pero feliz vida. Con todos estos pensamientos y sentimientos rondando por su mente, Mark tenía ganas de llorar, y sus ojos se pusieron rojos. Tenía miedo de separarse de su padre y de su madre. De verdad, de verdad que no quería dejarlos. Quería quedarse con ellos para siempre. ¡No! ¡Me niego a separarme de mi padre y de mi madre!
Spark bajó la mirada y vio que su hijo estaba a punto de llorar. Estaba terriblemente disgustado y preocupado por Mark, que sentía como si alguien le estrujara el corazón. Aún recordaba con claridad en su mente aquel día en que saltó la noticia. La expresión de la cara de Mark… Parecía extremadamente pacífico y tranquilo. En su mente, un niño pequeño no debería estar tranquilo y calmado en una situación así. Hubiera preferido que Mark tuviera una rabieta o gritara, pero no lo hizo. Porque aunque Mark no podía hablar, siempre era un niño juguetón y feliz.
Aquel día, cuando volvió solo al hotel, encontró a Mark sentado tranquilamente en el sofá. Apuntaba con el dedo índice al televisor exigiendo una explicación. En aquel momento Spark estaba de mal humor. Cuando echó un vistazo a la pantalla, vio que estaba congelada en la imagen que describía la polémica sobre la custodia. Y las conjeturas sobre quién era el padre biológico de Mark.
No tenía la menor idea de cómo responder a la silenciosa pregunta de Mark. Sin recibir una respuesta adecuada de Spark, Mark se había enfadado y había vuelto en silencio a su habitación y cerrado la puerta. Por mucho que había intentado explicarle aquel escándalo y consolarle, la situación no había hecho más que empeorar. Entonces llegó Manny. Después había venido Daniel, seguido de Molly. Todos se esforzaron por consolarlo. Pero todos sus esfuerzos combinados no supusieron ninguna diferencia para Mark. La única respuesta que recibieron de Mark fue una nota que pasó por debajo del hueco de su puerta en la que había escrito: «¡Quiero estar solo!».
Era desgarrador ver a este lindo angelito, que nunca antes había sido golpeado por la tristeza y la ansiedad, golpeado por la dura realidad. Era una dura realidad que estaba fuera de su capacidad de soportar y aceptar. En esas circunstancias, sólo había querido hacer saber a los adultos que quería que le dejaran en paz. La forma en que había expresado sus sentimientos y su voluntad había sido tan lamentable. No podía hablar. Y aunque hubiera querido llorar, había sido incapaz de llorar en silencio en lugar de gritar a voz en grito. Cuando Spark recordó estas cosas, una pena y una agonía extremas le abrumaron. Sintió que se le formaba un nudo en la garganta y que le escocían los ojos como si estuvieran a punto de caerle lágrimas. Estaba a punto de llorar en voz alta…
Cuando su coche se detuvo en el recinto del tribunal, comprobó que hoy había más periodistas y fotógrafos que aquel día en el Hotel Supremacía. Estos trabajadores de los medios de comunicación se arremolinaron hacia el coche como langostas, en busca de información de primera mano. Pero antes de que llegaran al coche, decenas de guardias con traje negro aparecieron de repente para mantenerlos alejados del coche. Mientras tanto, una voz perezosa pero coqueta suavizaba el aire tenso: «Echadlos y despejad el camino».
Parecía una hazaña imposible, pero sorprendentemente lo consiguieron, la ruidosa puerta del tribunal volvió a quedar en silencio. Incluso los periodistas y fotógrafos más duros, que no se detendrían ante nada para conseguir un reportaje, se vieron obligados a abandonar la escena. Sabían que aquellos guardias vestidos de negro iban en serio. Por muy importante que fuera la noticia y por muchos incentivos que hubiera en juego, nadie estaba dispuesto a jugarse la vida. Por lo tanto, todos se marcharon unánimemente, renunciando a regañadientes a conseguir una primicia aquel día.
La familia de Molly se apeó del coche mientras diez hombres y mujeres bien vestidos, de distintas edades, se apeaban de dos vehículos con fines comerciales situados detrás de ellos. Todos ellos eran los mejores y más destacados abogados del equipo Grupo Imperio del Dragón Law.
Luego, todos ellos se dirigieron regiamente al tribunal sin vacilar, a pesar de los suspiros reticentes de los trabajadores de los medios de comunicación deportados.
La sesión se celebraría en el Juzgado nº 5. Los familiares y amigos de Molly entraron primero en la sala, mientras sus abogados se dirigían a los vestuarios para ponerse las batas de abogado. Después, se reunirían todos en una pequeña sala de reuniones para mantener el debate final sobre esta sesión, que determinaría quién podría obtener la custodia de Mark.
Aún no sabían quién de entre los abogados de Brian se ocuparía de este importante caso. Los abogados del Grupo Imperio Dragón confiaban en tener al menos un 80% de posibilidades de ganar el caso. Es decir, si Brian no había recurrido a medios ilegales para competir con ellos. Porque cada uno de esos diez abogados era de lo mejor de la profesión jurídica.
Cuando estaba a punto de empezar la sesión del tribunal, todos se pusieron ansiosos y nerviosos. Podían sentir el aire helado y tenso que envolvía toda la sala. Sin embargo, en aquel momento, Molly no se sentía tensa. Se dirigió directamente hacia su hijo, Mark, y se puso medio en cuclillas delante de él. Le cogió las manitas y se las apretó tranquilizadora. El niño levantó la cabeza y se encontró con la mirada de su madre, llena de amor y determinación. Molly dijo suavemente: «Mark, recuerda que mamá te quiere mucho, mucho».
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