El amor a mi alcance
Capítulo 1749

Capítulo 1749:

Holley estaba preocupada durante la cena, pero a Black no parecía importarle. Lo que le importaba era su presencia.

«Holley, vamos a un bar. Es un lugar más adecuado para charlar». Sugirió Black, probando todos los medios que se le ocurrían para pasar más tiempo con Holley. De momento no quería separarse de ella.

«De acuerdo». Mirando a Black, Holley pensó: ‘Haré todo lo que pueda para satisfacer los deseos de Black. Además, esta noche podría ser todo lo que tenemos’.

La música del bar era ensordecedora, como de costumbre, pero todo el mundo parecía disfrutar con ella, como si los ritmos estridentes pudieran borrar su mala suerte y hacer que se deshicieran del mal trago del día. Las luces estroboscópicas de colores parpadeaban por la pista de baile, abriéndose paso entre el oscuro grupo de gente que bailaba desenfrenadamente.

«Black, ¿de qué quieres hablar?» Holley se inclinó y preguntó, sin querer andarse con rodeos.

Sin embargo, Black no estaba dispuesto a hablar. Ladeando la mandíbula, le hizo un gesto a Holley para que mirara a la pista de baile que tenían delante. Al ver que sus ojos le seguían, sonrió. «Holley, ¿te gustaría bailar conmigo?».

Black le ofreció la mano, esperando a que Holley la aceptara. Pillada desprevenida, dudó en cogerla. Su mente hacía todo lo posible por calcular lo que Black quería hacer, pero no encontraba respuesta. Sintiéndose impotente, finalmente aceptó.

En cuanto pisaron la pista de baile, la música a todo volumen empezó a apagarse. Los salvajes haces de luces brillantes y coloridas empezaron a atenuarse, dejando paso a intermitentes y lentos pulsos de tenues colores. Ahora que sonaba una conmovedora balada, algunas personas volvieron a sus asientos, mientras que otras se abrazaban como si se tratara de una señal. Black y Holley se abrazaron en cuanto empezó la canción, entrelazando sus cuerpos en la pista de baile como los demás. Acercándose a Holley, Black susurró: «Holley, sabes cuánto te quiero. Estar lejos de ti me hace difícil respirar. No quiero separarme de ti, no importa lo que piense o diga la gente Al sentir el profundo afecto de Black, Holley se sintió conmovida. De no ser por la tenue luz del bar, sus ojos rojos la habrían delatado. No sabía cuánto se controlaba ahora, pues lo único que podía sentir era su indiferencia…»

Frunciendo ligeramente el ceño, Holley apartó a Black. Mirándole a los ojos, con expresión seria en el rostro, le preguntó: «¿No te lo dejé claro la última vez? ¿Por qué te enredas conmigo? Estás fuera de mi alcance. Nunca podremos ser la pareja perfecta. Me voy a casar pronto con Jason. Así que, por favor, olvídate de mí».

Si Black no lo oía con sus propios oídos, aún podía fingir que Rex le había mentido sobre todo. Pero ahora, incluso Holley le estaba diciendo lo decidida que estaba a estar con Jason.

¿Qué otra cosa podía hacer Black? La verdad era que no podía hacer otra cosa que soltarse, pero no quería. Agarrando el brazo de Holley, hizo más fuerza involuntariamente. Sus ojos se llenaron de rabia mientras preguntaba: «¿Por qué?

¿Qué le hace mejor hombre? ¿Por qué le eliges a él en vez de a mí? ¿Por qué?»

La voz de Black rugió por encima de la música lenta, atrayendo la atención de los demás.

Por un segundo, Holley se sintió avergonzada, al notar los ojos de todos sobre ellos. Sacudiéndose la mano de Black con todas sus fuerzas, respondió: «¿Por qué? Simplemente ya no te quiero. ¿No es razón suficiente?».

Las palabras de Holley golpearon a Black como puñales. No sabía qué era peor, si que ella le dijera en la cara que no lo quería o que lo rechazara en público.

Black miró fijamente a Holley, con la incredulidad reflejada en sus ojos. Se quedó quieto, ignorando a las demás personas que le empujaban y chocaban contra él mientras seguían bailando toda la noche. Sintió que la sangre se le subía a la cabeza, pero permaneció en silencio. Parecía que el tiempo se había detenido para él.

Holley casi no podía soportar verlo. De repente, un tipo chocó con Black, casi derribándolo. Black permaneció inmóvil, sin mostrar reacción alguna en el rostro, lo que hizo que Holley se sintiera molesta sin motivo. Frunció el ceño y gritó: «Black, ¿no me he expresado con claridad?».

«Holley, ¿por qué saliste conmigo al principio?» Aguantando el dolor que sentía, Black miró a Holley con desdicha.

Al sentir los ojos ardientes de Black, Holley no se atrevió a mirarle. Evitó mirarle a los ojos por instinto y fingió que no le importaba. «¿No te lo he dicho ya? Sólo salí contigo por dinero. ¿Por qué otra cosa crees que lo hice? Black, ¿qué más tienes aparte del dinero de tu familia? Jason también es rico, y es bueno conmigo. Por supuesto, lo elegiré a él antes que a ti. ¿Por qué elegiría a un perdedor que depende completamente de su padre?»

Holley sabía cuánto habían herido a Black sus palabras, pero las dijo intencionadamente de todos modos. Era la única manera de desesperarlo. De lo contrario, sería una fuente constante de más problemas.

A medida que las palabras de Holley iban calando, el dolor en el rostro de Black se hacía más evidente. Ya no podía ocultar su incredulidad y desesperanza. Sentía que todo su cuerpo temblaba y no pudo evitar retroceder un paso.

«¿Alguna vez me quisiste?» Apretando los puños, Black esperaba la respuesta de Holley, pero no se atrevió a oírla. Se limitó a preguntar insensiblemente.

«No. Nunca te quise». respondió Holley, sin perder un instante. Fingió indiferencia mientras miraba a Black, y su expresión era más espantosa que antes.

Era la respuesta que había esperado antes, pero no hubo mayor impacto que oírla directamente de los labios de Holley. Black parecía haber perdido todas sus fuerzas. No pudo evitar tumbarse en el sofá cercano.

Holley aprovechó la oportunidad y le dirigió una última mirada antes de salir rápidamente del bar.

Cuando Black volvió en sí, Holley hacía tiempo que se había ido. Aunque quisiera encontrarla, no podría.

Tras salir del bar, Holley suspiró aliviada. Aunque sabía que sus acciones habían provocado la vergüenza de Black e incluso le habían dejado desanimado, tenía claro que debía hacerlo.

La brisa nocturna llenaba el aire, provocándole escalofríos en la nuca. En la calle apenas había transeúntes. Caminando hacia su coche, Holley abrió la puerta y estaba a punto de entrar cuando un hombre la agarró por detrás.

Sorprendida, Holley se dio la vuelta de repente, pensando que se trataba de un ladrón. Estaba preparada para gritar pidiendo ayuda cuando reconoció su cara familiar. Nunca había pensado que Jason vendría al bar.

«¿No se supone que deberías estar en el hospital?» No pudo evitar preguntar a Jason con impaciencia, con las cejas arrugadas mientras hablaba.

Por otro lado, la expresión de Jason era exactamente la opuesta a la de Holley. Mirándola con mucho afecto, contestó alegremente después de un largo rato: «Te he echado de menos. Te llamé, pero lo rechazaste. Te dije que vinieras a verme, pero no lo hiciste. Así que decidí venir a verte en tu lugar. ¡Sorpresa! ¿No te alegras de verme?».

Jason miró a Holley con orgullo, esperando sus elogios, pero ella no parecía nada contenta. No pasó mucho tiempo hasta que se dio cuenta de que parecía disgustada.

«¡Jason, basta! ¿No tienes clara nuestra relación? ¿Hasta cuándo vas a seguir haciendo esto?»

Holley intentó zafarse del agarre de Jason, no quería hablar con él, pero él no pensaba soltarla. En lugar de eso, la agarró del brazo con más fuerza.

«Holley, no olvides que nos vamos a casar. ¿Realmente crees que te dejaré ir? Quiero estar contigo. Nada puede separarnos».

«¡Pero yo no quiero!» Holley soltó sin pensar.

Jason rió con complicidad. «¿Qué? Déjame adivinar. ¿Está Black en el bar? ¿No quieres que nos vea juntos?»

Al oír eso, Holley no puso buena cara. Pero no replicó porque no tenía sentido hacerlo. Jason finalmente la soltó.

«Vámonos. Tengo que volver al hospital», dijo Jason, caminando hacia el lado del pasajero. «Eres mi prometida. ¿No deberías llevarme de vuelta?» Sonriendo, le hizo un guiño a Holley antes de entrar en su coche.

.

.

.