Capítulo 61:

«Espero que durante este tiempo que pase aquí, podamos vernos más a menudo.»

«Bueno, no lo sé. Estoy en un nuevo puesto que ocupará mucho de mi tiempo, no puedo garantizar que nos veamos mucho.»

«Aun así, cuando tenga tiempo libre, como hoy, haré lo posible por venir a verte. No puedes imaginar cuánto te echo de menos, Sofía,» reveló.

Aunque no estaba creando ninguna expectativa respecto a Mateo, ella no contaba con escuchar ese tipo de cosas de él.

«No me has buscado desde que dejé la consulta, pensé que ya no te acordabas de mí.»

«Por supuesto que me acordaba de ti. Pero pensé que debía respetar tu espacio,» dijo mientras la miraba a los ojos. «No sabía que te hacía tanto daño, incluso haciéndolo todo de forma indirecta.»

«No creo que necesitemos hablar más de eso. Han pasado más de dos años, es mejor seguir adelante.»

«Aun así, siento que te debo una disculpa. Una verdadera disculpa, esta vez.»

«No es tu culpa. No se manda en el corazón de los demás.»

«Me siento mal por perder a una persona tan maravillosa como tú.»

«Estoy seguro de que la persona que me reemplazó está haciendo un buen trabajo también.»

«No estoy diciendo que te extrañe por eso.»

Una vez más, las palabras de Mateo la confundían. Quería responderle de una manera que demostrara que no le importaba lo que decía, pero no pudo. Simplemente se quedó en silencio.

«Mi amigo Tyler me dijo que te conoció. ¿Por casualidad él es una de las personas con las que estás disfrutando de la vida?» preguntó Mateo, sin mostrar ningún tipo de vergüenza en su pregunta.

«Bueno, él es amigo del hombre con el que mi amiga Kate está teniendo un romance. Lo conocí por casualidad, y no, no tengo ningún interés aparte de la amistad con él.»

«Qué bien, me molestaría tener que engañar a un amigo mío,» reveló, sin mostrar ninguna vacilación.

La comida que sirvieron fue sencilla, y ella decidió ignorar lo que Mateo acababa de decir. Había cosas que podían suceder, pero ella consideraba que era demasiado tarde para cambiarlas.

«Dijiste que necesitabas mi ayuda. ¿Qué quieres decirme?» preguntó ella, recordando el mensaje que él le envió.

«Está bien,» sonrió él, dándose cuenta de que ella no quería tocar ese tema. «Mi hermana menor se va a casar.»

«¿En serio?»

Mateo tenía una hermana menor que vivía con sus padres. Después de la universidad, se graduó en pediatría y pronto consiguió un novio.

«Ella me invitó a ser el padrino de la boda, pero lamentablemente no podré aceptar,» dijo con cierta melancolía. «La oferta que recibí aquí en Estados Unidos me impide participar en algunos eventos para los padrinos, así que solo podré estar en el día de su boda como invitado.»

«Qué pena. Quiero decir, me siento por ella,» corrigió Sofía. «Pero estoy muy feliz por ti, haciendo seguimientos con residentes de otro país. Eso significa que tu trabajo está siendo más reconocido.»

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