Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 57

Capítulo 57:

«¿Sabes que pronto seré el CEO de esta empresa, verdad?»

«Sí, he escuchado algunos comentarios al respecto», respondió ella.

«Si sigues desempeñándote bien, permitiré que sigas siendo mi secretaria cuando sea ascendido.»

«No es necesario que haga eso», respondió rápidamente.

«¿Por qué no?», preguntó, sorprendido por la respuesta.

«Estar siendo la secretaria del director, trabajar para un CEO es mucha responsabilidad.»

«No deberías pensar así. Tu salario se duplicaría y tendrías otro punto en tu currículum.»

No debería negar que él tenía razón, pero imaginarse trabajando para él todos los días no sería nada fácil. Ethan ya no tenía una personalidad fácil de tratar y además tenía un lado oculto. ¿Cómo viviría cargando eso todos los días sin demostrar ninguna culpa?

«Tienes razón. Pero no pensaré tan grande, estoy segura de que hay personas más capacitadas que yo.»

«De eso no dudo», bromeó. «Pero soy yo quien decide quién quiero a mi lado.»

Su rostro estaba serio y su expresión era la misma. Sin embargo, ella sentía que él estaba siendo más amable desde el primer día que se conocieron.

Al salir de allí, Sofía terminó sus tareas, feliz de poder salir temprano del trabajo. Planeaba dormir toda la tarde, ya que últimamente se sentía muy cansada. Sacó el celular para enviar un mensaje a Kate, avisándole que no almorzarían juntas. Sin embargo, un mensaje de un número desconocido llamó su atención. Antes incluso de abrirlo, su corazón dio un vuelco al ver la foto de la persona que le había enviado el mensaje. Considerando si debía leerlo o no, acabó decidiendo hacerlo para saber de qué se trataba.

«Me alegro de volver a verte, ¿podríamos encontrarnos este fin de semana? Necesito tu ayuda.»

Cuando leyó la última frase, se sintió intrigada. ¿Por qué Mateo la necesitaba? Sin pensarlo dos veces, decidió responderle, preguntándole qué necesitaba. No pasó ni un minuto y él la llamó por video. Ella contestó de inmediato.

«Hola, Sofía, disculpa por molestarte, debes estar ocupada, ¿verdad?» preguntó Mateo al otro lado de la línea.

«No, no hay problema, de hecho, estaba ordenando mis cosas. Ya me estoy yendo a casa.»

«¿Te vas a casa a esta hora? ¿Por casualidad almuerzas allí?»

«Sí, como cerca de la empresa, pero no voy a trabajar por la tarde, así que me iré a casa temprano.»

«¿Ha pasado algo?» preguntó.

«No. Simplemente mi jefe me dejó más temprano.»

«Qué bueno que tienes un buen jefe,» dijo él. «Ya que estás libre esta tarde, ¿quieres ir a almorzar ahora conmigo?»

La invitación la tomó por sorpresa. Nunca imaginó que él la llamaría a esa hora y mucho menos la invitaría a comer.

«No creo que sea una buena idea,» dijo ella. Todo lo que quería era evadir a Mateo.

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