Capítulo 54:

«Exactamente, veo que aprendes las cosas muy rápido», dijo él mientras se levantaba de donde estaba sentado. «Estoy feliz de que seas astuta, es alguien así quien necesito para trabajar a mi lado.»

«¿Eso fue un elogio?», preguntó ella.

«Considera que sí. Ahora todavía hay muchas cosas que necesito resolver.»

Salieron del apartamento y entraron al coche. Ella condujo, aunque él había insistido en que lo hiciera, ya que pensaba que ese también debería ser su trabajo de ahora en adelante, pues no sabía qué había firmado en ese contrato.

Cuando llegaron al estacionamiento de la empresa, se sorprendieron al ver a Eva, que los esperaba en su coche.

«¿Qué haces aquí?», preguntó él, cambiando su tono de voz.

«Buenos días, cariño», respondió ella, ignorando su pregunta, acercándose y dándole un beso.

La escena dejó a Sofía avergonzada.

«Estaba pasando por aquí y decidí venir a visitar a mi futuro prometido, pero cuando me dijeron que no habías llegado, te esperé en el coche.»

«No deberías estar aquí, es mi trabajo, estoy muy ocupado para darte atención.»

«Lo sé, aun así, verte ya es suficiente para mí», dijo Eva, apartando sus ojos de Ethan y mirando a Sofía. «Veo que eres una excelente secretaria, siempre estás lista para Ethan.»

«Solo hago lo que me dicen que haga», respondió Sofía, haciendo que Eva la mirara en silencio por un momento.

«¿Podrías dejarnos a solas un momento?», pidió Eva. «Necesito decir algo a mi novio.»

«Claro, con permiso. Que tengan un buen día, señorita Thompson.»

Sofía salió de allí rápidamente, dirigiéndose hacia el ascensor. Aunque no había hecho nada malo, sentía una extraña culpabilidad por algo. Se dio cuenta de que el tono de voz de Eva había cambiado desde el día en que se conocieron en el aeropuerto, y si no se equivocaba, podría jurar que la mujer estaba empezando a sentir celos de ella con Ethan. Eso no sería nada bueno, porque si eso fuera cierto, Eva podría encontrar la manera de influir en Ethan para que la despidiera.

«Esto no puede pasar, no puedo perder mi trabajo», murmuraba mientras presionaba el botón del piso donde debía bajar. Mientras la puerta del ascensor se cerraba, miró a la pareja que estaba en el estacionamiento e intentó entender la relación entre los dos.

Cuando se dio cuenta de que Sofía había entrado al ascensor, Eva volvió su mirada hacia Ethan, quien parecía nervioso.

«¿Está pasando algo entre ustedes?», preguntó.

«Qué pregunta más tonta», él rodó los ojos.

«Esa no es una respuesta, Ethan, quiero que seas sincero conmigo.»

«Claro que no está pasando nada, no seas paranoica», respondió él.

«No soy paranoica. Solo pensé que ustedes parecen estar muy cerca», dijo ella.

«Ella es mi secretaria, es normal que estemos cerca», respondió él.

«Pero es extraño que vengan a trabajar en el mismo coche, ¿no crees?»

«Sabes que ella se quedó con mi coche anoche.»

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