Capítulo 30:

“Sí, no te preocupes, el médico dijo que solo necesito tomar mucha agua, no hay de qué preocuparse. Por favor, no me apartes de mi cargo por esto.”

“No estoy preocupado, y no estaba pensando en hacerlo.” respondió él, volviendo a comer.

“Qué bueno.”

Respondió aliviada, sintiendo que esa excusa había tenido el efecto esperado. Después del almuerzo, aunque ella insistió en dividir la cuenta con su jefe, él no aceptó. Entonces salieron del restaurante y entraron al auto, donde Ethan insistió en llevarla a casa.

“Quiero preguntarte una cosa más sobre ayer.” inició Ethan la conversación, frente al edificio donde Sofía vivía.

“¿Qué más quieres saber?”

“¿Estuviste molesta conmigo?” preguntó él.

No podía negar que lo que sucedió anoche fue totalmente culpa suya. Si la hubiera tratado profesionalmente y le hubiera dado un ride cuando lo pidió, no habría pasado por aquel bochorno ni habría corrido el riesgo de que algo peor ocurriera.

“Estuve un poco molesta, pero como te dije antes, solo quiero olvidar lo que pasó.” respondió sincera.

«Sé que fue un error dejarte allí, especialmente porque estábamos en horario de trabajo.»

La preocupación en el rostro de Ethan hizo que Sofía comenzara a pensar que tal vez él no era una persona tan mala. Quizás lo que decían sobre él eran solo comentarios de gente malintencionada y envidiosa.

«Olvida eso, no necesitas seguir pensando en ello.»

«Espero que no lo tomes personalmente ni que quieras culpar a la empresa por esto.»

«Nunca tuve la intención de hacerlo ni lo consideré.»

«¿Entonces estamos bien?» le preguntó él.

«Sí.» respondió ella, abriendo la puerta del coche y saliendo. «No se preocupe, señor, esto ya quedó en el pasado. Gracias por el almuerzo, que tenga un buen día.»

Ethan simplemente arrancó el coche y se fue, dejando a Sofía de pie, con un profundo deseo de llorar. Al entrar en su apartamento, comenzó a reflexionar sobre la mañana que pasó con su jefe. Parecía que todo lo que había hecho estaba planeado. Al final, solo estaba preocupado por la reputación de la empresa o por una posible demanda laboral. Por eso volvió anoche a buscarla. No pensó en ella; en todo momento, solo estaba pensando en sí mismo.

«Qué idiota fui…» murmuró, sentada en el sofá, pensando que quizás Ethan podría ser una buena persona. Al abrir su bolso, volvió a observar los exámenes que se había hecho. Comenzó a mirar nuevamente esos papeles. Aunque no entendiera mucho de esas imágenes, sabía que allí existía una vida creciendo, fuerte, mostrando que quería existir.

También recordó a Ethan, cómo parecía estar de buen humor y comprensivo, incluso parecía estar preocupado por ella, pero todo era…

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar