Capítulo 13:

Él no respondió, simplemente le lanzó una mirada discreta y notó el papel que ella tenía en las manos.

“¿Todavía no te has aprendido esta lista?” preguntó, al ver que ella examinaba la lista que él había hecho.

“Sí, ya me la sé de memoria, solo estaba repasándola para no olvidar nada,” explicó. Entonces él la ignoró y abrió la puerta de su oficina para entrar.

“¡Señor!” lo llamó ella, haciendo que se detuviera en medio del camino.

“¿Qué pasa?” preguntó impaciente.

“¿Por qué no le gustan los niños?”

Sabía que esa pregunta podría sonar extraña, pero necesitaba tocar el tema para revelarle sobre el embarazo.

“¿Necesitas realmente una razón?” sonrió sarcásticamente. “Son ruidosos, irritantes, no tienen límites y representan una carga.”

“¿Por qué crees que un niño es una carga?” preguntó ella.

“¿No lo crees tú también?” respondió con otra pregunta. “Dime, Sofía, si tuvieras un hijo, ¿no interferiría en tu vida?”

“Tal vez un poco, pero eso no justifica no gustar de ellos, ¿verdad?” preguntó ella.

“¿Un poco?” inquirió. “Por lo que sé, vives en este país, lejos de tu familia. Si tuvieras un hijo, ¿podrías lidiar con el trabajo y otras…”

“¿Responsabilidades personales? Los detesto porque son completamente dependientes, pegajosos e irresponsables.”

“El nombre ya lo dice, son niños,” explicó.

“No tengo paciencia para ese tipo de cosas,” respondió él.

“¿Entonces no estás considerando ser padre pronto?” preguntó ella.

“No estoy considerando ser padre, nunca,” respondió.

“Pero… ¿qué pasaría si ocurriera?” insistió.

“Eso nunca va a ocurrir, como bien sabes, me sé cuidar muy bien.”

“Ningún método es cien por ciento seguro, y…”

“Detente,” la interrumpió nervioso. “Eso nunca va a suceder, y aun si ocurriera,” explicó, “si por casualidad una mujer quedara embarazada de un hijo mío, estoy seguro de que hay métodos que pueden evitar que ese niño llegue a nacer.”

Los ojos de ella se abrieron de par en par, como sospechaba, esa sería la decisión de Ethan: evitar que ese bebé llegara al mundo.

“Entendido, señor,” respondió con un nudo en la garganta.

“¿Tiene alguna otra pregunta sobre lo que está en la lista?”

“No, señor.”

Entonces él simplemente dio la vuelta y entró en su oficina. Sofía se quedó desconcertada, sin saber qué hacer. Realmente, había algo de verdad en lo que decía Ethan. Un niño era una responsabilidad enorme, que consumiría mucho de su tiempo y energía. Tal vez tenía razón; lo correcto sería evitar que ese bebé naciera, ya que sería un niño que crecería sin la presencia de un padre.

Y, probablemente, de una madre también, ya que ella estaría sola, trabajando la mayor parte del tiempo para mantenerlo. En la computadora, comenzó a buscar el nombre de clínicas de aborto legalizado. Aunque estaba en contra de esa práctica, sentía que sería…

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