Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 128

Capítulo 128:

“¿Por qué?”

“Porque ya sé lo que va a pasar.”

“¿Cómo así, acaso no quieres?”, lo miró con expresión confusa.

“Ve lo que planeas”, dijo, alejándose de ella. “¿Realmente crees que me creí tu discurso de anoche sobre que soy suficiente para pasar el resto de la vida contigo?” Se acomodó la camisa, que se había arrugado. “Ethan, ¿qué estás insinuando con esto?”

“Sé lo que hiciste de madrugada, Eva, no te hagas la tonta, o me voy a enojar más de lo que ya estoy. ¿Qué crees que estabas haciendo cuando decidiste perforar todos los condones que estaban en mi billetera?”

“E-este…” balbuceó.

“No te hagas la inocente, eso me enoja más. ¿Sabes lo que pasaría?”, preguntó con la voz alterada. “Incluso si logras lo que planeabas, esto no iría a ninguna parte. ¿Me estás escuchando? Tú sabes lo que te obligaría a hacer, quedarías embarazada.”

“Amor, necesitas dejar de revivir el pasado. Un hijo te pararía bien, curaría las heridas que insistes en abrir. Tienes que darte cuenta de que podemos formar una hermosa familia.”

“¡Cállate!” le gritó. “No sabes nada, ¿me oyes? Te prohíbo hablar de este tema. Sal de mi casa ahora mismo, todo acabó entre nosotros”, ordenó, nervioso.

“Ya basta, solo estaba pensando en nuestro futuro”, respondió asustada.

“¿En qué estabas pensando para considerar algo tan horrible? ¿Qué idea absurda es esta?”, caminó hacia la puerta del apartamento, la abrió e insinuó que saliera.

“Fue tu padre”, confesó, llorando. “Tu padre me sugirió hacer esto, dijo que si quedaba embarazada, intentaría convencerte de dejar que el bebé naciera.”

Diciendo esto, corrió hacia sus pies, se arrodilló y suplicó que no la echara.

“¿Mi padre?”, preguntó incrédulo. “¿Ese hombre se atrevió a sugerirte que hicieras eso? ¿A pesar de saber lo que pasé?”

“Sí, te juro que fue él quien me dio esa idea. Al principio, también me pareció una locura, pero después de que me prometió que haría que cambiaras de opinión, me sentí más confiada y pensé que podría funcionar.” Explicaba entre lágrimas.

“¿Desde cuándo esto?”, preguntó, y Eva se quedó en silencio, lo que lo puso aún más nervioso. “Si realmente quieres que esto continúe, será mejor que me digas toda la verdad. Sabes que las mentiras y esto que acabas de hacer son una buena excusa para terminar todo.”

Con miedo de que él terminara la relación, ella contó cómo sucedió todo.

“Por favor, no hagas esto, sabes todo lo que dejé atrás para estar contigo, no es justo querer terminar por culpa de otros. Yo también soy una víctima aquí, si te pusieras en mi lugar aunque sea un poco…”

“¡Deja de decir tonterías y cuéntame la verdad de una vez!”, exclamó, nervioso. Era demasiada información para digerir en tan poco tiempo. Cerrando la puerta del apartamento, preocupado de que los vecinos escucharan sus gritos, la miró fijamente, esperando que ella dijera toda la verdad de una vez.

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