Capítulo 109:

«No deberías beber así mientras estés aquí.»

«¿Me estás enseñando cómo debo comportarme?»

«No, por supuesto que no», respondió rápidamente.

Una vez más, el silencio reinó, pero al estar abrazada por él, Sofía sintió que no podría dormir.

«¿Por qué me trajiste?», decidió preguntar. «Mi presencia no es necesaria, pudiste haber traído a tu novia.»

«Te traje porque creo que las cosas son más divertidas contigo.»

«¿Cómo así?», le cuestionó.

«Me gusta tu presencia, Sofía, me gusta tu olor, tu voz», acercó su boca a su oído. «Me gustas tú.»

«Detente con eso», intentó alejarse. «Ya te dije que entre nosotros no pasará nada más.»

«¿Por qué no? Estamos tan lejos de casa, no necesitas que alguien nos vea.»

«No es solo por eso que me importa. Mi conciencia me dice que esto no está bien, especialmente ahora que conocí a tu novia y sé lo que siente por ti.»

«¿Y qué tal si hacemos un trato?», propuso él.

«¿De qué estás hablando?», se volteó hacia él.

Aunque estuviera oscuro, Sofía sintió la cercanía entre los dos. No podía negar que la presencia de Ethan le provocaba sensaciones que nunca antes había experimentado. Por más que intentara contenerse, estar cerca de él le quitaba toda su capacidad de razonamiento.

«Vamos a aprovechar los dos días que nos quedan para disfrutar de la compañía del otro. Sé que sientes atracción por mí, yo también me siento muy atraído por ti.»

«No te hagas ilusiones. No caeré en tu juego.»

«Son solo estos dos días. Si después de que regresemos no quieres nada más, respetaré tu decisión. Prometo que no intentaré nada más y te trataré solo como mi secretaria.»

Ella sabía que no debería aceptar eso, que la propuesta de él iba totalmente en contra de sus convicciones, que estar con un hombre comprometido era incorrecto.

Pero entonces, ¿por qué no respondió nada? No se opuso, ni siquiera cuando él se acercó y comenzó a buscar sus labios, con una sed insaciable de querer besarla.

Pasaban de las diez de la mañana cuando Sofía se despertó y se dio cuenta de dónde estaba. Al ver a Ethan a su lado en la cama, tan tranquilo como el mundo, sintió un peso en la conciencia. Recordó que, una vez más, no pudo resistirse a sus avances.

Tomando su teléfono celular, presionó el botón lateral para ver la hora, pero recordó que estaba apagado. Sin intención de ser curiosa ni inoportuna, tomó el celular de Ethan solo con el propósito de saber la hora, ya que el huso horario la confundía. Sin embargo, al encenderlo, vio un mensaje de Eva y terminó leyendo la notificación.

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