Capítulo 52:

«¿Tenemos que irnos?» Ariana gimoteó mientras Michael la guiaba para hacer las pruebas.

«Sí, me estás preocupando demasiado al no comer». Michael apoyó su mano en la parte baja de la espalda de ella. «Además, no puedo llegar a hacer el amor contigo si siempre estás durmiendo».

Ariana rió entre dientes: «A veces eres tan ridículo. ¿Eso es lo que te preocupa?»

«A mí también me preocupas tú». Pronto llegaron al Departamento de Ginecología y Obstetricia.

Quince minutos después.

El médico estaba frotando un gel en el abdomen de Ariana. Ella sonreía mirando la máquina que tenía delante.

«¿Por qué sonríes?» preguntó Michael con frustración. No se sentía cómodo con que nadie tocara así a su mujer.

Ariana sólo pudo suspirar y mirar fijamente a su mezquino marido.

«Felicidades señor y señora Matthews…».

«¿Qué pasa?» Michael cortó al médico.

Ariana se puso pálida pues comprendió lo que el doctor diría a continuación.

El médico se rió: «No tienen que preocuparse demasiado. Está embarazada de 8 semanas».

«¿Lo dice en serio?» preguntó Michael con calma pero en realidad estaba bailando por dentro. Happy ni siquiera podía describir cómo se sentía en ese momento.

«Estoy seguro. Puedes echar un vistazo. El feto es pequeño, así que aún no se ven muchos detalles». Explicó el médico.

Después de que la ginecóloga le explicara lo que debía y no debía hacer, le dio a Ariana un prenatal y fijó una cita para las próximas tres semanas.

Michael llevó a Ariana a la consulta. Ella no habló en todo el tiempo desde que salieron del hospital.

Le dolía el corazón por su reacción. No parecía contenta con el embarazo.

Ariana estaba sentada en el sofá sin mirar nada en concreto. Estaba sumida en sus pensamientos.

Michael estaba trabajando pero se sintió distraído por lo inusual de ella. Llamó a Alex por teléfono: «Por favor, despeja mi agenda del día». Colgó antes de que Alex pudiera responder.

Se acercó a Ariana y le echó una mano para que se levantara. Ella le siguió hasta el salón.

Michael la sentó en la cama y se inclinó para quitarle los tacones. Tomó nota para comprarle otros zapatos planos.

Ariana se sentó como una marioneta mientras Michael la guiaba.

Michael hizo lo mismo con su zapato. Se quitó la chaqueta y se fue al otro lado de la cama.

Se tumbó en la cama y tiró de ella hacia sus brazos.

La abrazó por la cintura y le besó la frente: «No te preocupes, todo irá bien. Estaré ahí para los dos en cada paso del camino».

«No estoy preocupada». Ella mintió.

«No tienes que mentirme. Pasamos esa etapa de orgullo y ego de nuestra relación. Somos tú y yo contra el mundo y ahora tenemos un miembro más en nuestra familia».

Ariana le dedicó una sonrisa triste: «Vale».

«Bunny, háblame. ¿Te arrepientes del embarazo?». Comprobó su reacción pero no revelaba nada más que tristeza.

«¿No quieres gestar a mi hijo?» Preguntó Michael sintiendo que el corazón se le salía del pecho.

Ariana sintió la espesa tristeza que rodaba por su cuerpo. Estaban uno frente al otro. Ella lo besó, él respondió y ella profundizó el beso. Le puso la mano en el pecho y le apretó la camisa con el puño.

Cuando se separan para respirar, Ariana le regaña: «Deja de decir tonterías. Estoy muy contenta por el embarazo. Quiero gestar a tu bebé más que nada en este mundo».

«Entonces, ¿Por qué estás tan perdida en tus pensamientos desde que salimos del hospital?». Michael la acercó como si eso fuera posible y apoyó su frente en la de ella.

Ariana suspiró: «Quiero estar en la vida de mi bebé y también quiero que crezca con su padre».

«¿Qué estás diciendo?» Michael sabía que ella estaba pensando en el contrato en ese momento.

Ella jugueteó con su bien peinado pelo corto y exclamó dubitativa: «Quiero decir que tenemos un contrato para terminar el matrimonio en un par de meses y… y no puedo ganarte en los tribunales por la custodia».

«El bebé es nuestro y a partir de hoy ese contrato es nulo». Le aseguró.

Ella le miró seria: «No quiero que te quedes conmigo por el niño. Quiero que me quieras por mí».

«¿Qué demonios pasa por tu cabeza?», le mordió el labio.

«Bunny te prometí que no es nada de eso. De hecho, ¿Cuándo firmaste un contrato de matrimonio?».

La boca y los ojos de Ariana se abrieron de par en par al darse cuenta. ¿Cómo pude ser tan estúpida de no darme cuenta de algo tan importante como un contrato?

La boca de Michael se movió hacia arriba con una suave sonrisa, «Déjame contarte un secreto. No tenía intención de divorciarme desde el principio».

Le frotó el bajo vientre y le susurró al oído: «Me gustaste desde el día en que te conocí. Me dejaste una primera impresión.

Te daba un año para que te enamoraras de mí. Te quiero Ariana Matthews y quiero estar contigo el resto de nuestras vidas».

Ariana empezó a llorar al instante, el embarazo la emocionaba. Le puso la mano en la nuca y le acercó la cara para poder besarle.

«Yo también te quiero». Dijo entre sollozos.

Michael sonrió. Ariana se sentía realmente mejor después de su charla.

«Déjame contarte un secreto». Ella le señaló: «Nunca lo uses en mi contra». Michael asintió y le hizo un gesto para que continuara.

«Me gustas desde la primera vez que te conocí. Aunque The Matthew’s Group es la empresa que más dinero paga en Westron City, eso era sólo un 30%. Me presenté principalmente para volver a verte, pero no esperaba verte en mi primer día». Reclutamiento y RRHH se encarga de la entrevista así que obviamente Michael la reconoció en ese momento.

«Ahora míranos, estamos a punto de formar nuestra propia familia». Michael se acurrucó en el pliegue de su cuello y susurró suavemente.

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