Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 27
Capítulo 27:
Asustado, salió corriendo de la oficina, llamó a su chofer para que lo esperara en la entrada del edificio y apresurado se montó en el carro.
“Máximo, acelera, llévame a mi departamento”
Al llegar distinguió a Catrina metida en la tina desmayada, su cabeza reposaba en la cabecera de la bañera con un brazo afueras, unas gotas de sangres salpicaba en el piso junto a una cuchilla.
Se acercó despavorido, la tomo de en sus brazos y salió del lugar.
A los pocos minutos llegaron al hospital y Kyle entró corriendo con Catrina en brazos mientras gritaba por un doctor, una enfermera recibió la información de la paciente, mientras el doctor la llevaba en brazos.
Kyle esperó pacientemente en la sala de espera, estaba muy irritado sin saber qué hacer.
‘Por Catrina no siento nada, ni siquiera atracción y por mi esposa siento todo, voy a hacer lo posible para que este matrimonio funcione’
Salió de sus pensamientos abruptamente, cuando llegó una enfermera y le habló.
“Usted es el esposo de la señora Catrina”
“¡No! Soy un amigo, pero dígame, ¿Me la puedo llevar?”
“La señora Catrina ya reaccionó, puede pasar por administración para pagar y luego se la puede llevar a su casa”
“Gracias”
Se dirigió a caja y pagó los gastos médicos.
Catrina estaba despierta esperando que entrara Kyle, cuando despertó preguntó a la enfermera quien la trajo y esta respondió que un hombre joven, sonrió al saber de quién se trataba.
Luego puso su cara triste al verlo entrar.
“¿Cómo te sientes?”
“¿Por qué me salvaste? Me hubieras dejado morir”
Empezó a llorar a mares.
“Debes calmarte, ¿Por qué hiciste eso?”
“Prefiero morir a vivir sin tu cariño”
“Catrina entiéndelo, yo no te amo y quitándote la vida no es la solución, ¿Crees que haciendo esto vas a conseguir que esté contigo nuevamente?”
“Está bien, puedo aceptar que no me amas, pero por favor no me dejes sola, por lo menos seamos amigos, prometo no interferir en tu matrimonio”
Se rascó la cabeza, no sabía si era buena, pero accedió.
“Está bien, podemos ser amigos, ven vamos te llevaré a casa”
Él la ayudó a bajar de cama, ella se enganchó de su brazo y a pasos lentos salieron del hospital.
El camino fue silencioso, al llegar, él la ayudó a bajar del carro y la acompañó a la habitación, la acomodo en la cama, coloco unos medicamentos en una mesita al lado de la cama.
Fue a la cocina y busco una jarra de agua con un vaso y se lo colocó también en la mesita.
“Catrina me tengo que retirar, aquí te dejo las indicaciones con la hora que debes tomarte los medicamentos, por favor no hagas las cosas más difíciles y tómatelos a tiempo”
“Me vas a dejar sola, me siento mal, por favor no me dejes sola, solo por hoy quédate”, rogaba con la necesidad de estar con él.
“Catrina, no empieces, si accedí a ser tu amigo es porque te estimo, pero no abuses, mañana vendrá una enfermera a cuidarte hasta que te quiten los puntos, María se encargará de la limpieza del apartamento y te preparara la comida”
“¿Vendrás a verme?”
Suplicaba con la mirada.
“No te prometo nada, hoy me desaparecí de la oficina, cuando aparezca mañana va a ser un día complicado, si tengo chance, paso a verte”
“Gracias, amigo, espero verte mañana”
Se despidió de ella con un beso en la frente, le dio la espalda y desapareció del apartamento.
Con una sonrisa triunfante, Catrina se acomodó en la cama, las cosas habían salido mejor de como las planeo.
‘Sé que no será fácil tenerte nuevamente en mi cama, pero buscaré la manera de ganarme tu confianza, esa insípida mujerzuela pronto va a conocer lo soy capaz de hacer por mi hombre’
“¿Estás todavía con Catrina? Esa mujer no te la va a poner fácil”, agregó Freed.
“Acabo de salir del apartamento”
“¿Cómo la dejaste?”
“Ella está bien, necesito un trago, te espero en el club”
Lindsey estaba pendiente de su esposo, no ha llegado, se durmió un rato, hasta que se despertó pensando en él.
Al ver su lado vacío se levantó y bajó a la cocina, abrió la nevera, sacó una jarra y se sirvió en un vaso agua, no sintió cuando alguien entraba a la casa.
Kyle la vio ahí en la cocina con un pijama de dos piezas, camisa de tirante y short, mostrando su hermosa figura.
Se acercó inmediatamente, su cabeza estaba hecha un caos, sin contar los vasos de whisky que se había tomado mientras conversaba con Freed, ella era su calmante, se la quería comer allí enterita.
Lindsey ponía un vaso en el fregadero, cuando sintió unos brazos fuertes y posesivos abrazándola por detrás, ella se sobresaltó, pero antes de gritar le susurraron al oído.
“Tranquila muñequita, soy yo, ¿Por qué estás despierta?”
Lindsey se sonrojó al sentir un abultado pantalón presionando en la parte baja de su cintura haciéndola estremecer.
Trató de darse la vuelta, pero la tenía acorralada, su aliento a licor la puso nerviosa y su forma de abrazarla era demandante y er%tica al punto de acalorarse.
“Kyle ¿Por qué llegas tan tarde? Me tenías preocupada”
“Perdóname por preocuparte, déjame quererte ¿Sí?”, dijo dándole un beso en el cuello mientras ella sintió que se le aflojaban las piernas.
“Aquí no, por favor, pueden llegar alguien y vernos o escucharnos”
“Quiero hacerte el amor aquí, ¿No te gusta hacerlo en silencio?, con el temor de ser encontrados”, murmuró con una voz ronca y seductora mientras mordía alrededor de su oído.
La volteó para tenerla frente a frente y pasó una mano por detrás de la cabeza de ella para darle un beso de lo más lujurioso y necesitado, él tenía los ojos cerrados mientras se la comía descaradamente.
Lindsey abrió los ojos como platos, el temor de ser descubiertos la estaba matando.
Su mano libre se metió por debajo de la camisa acariciando su espalda mientras ella jadeaba dentro de su boca.
—Ky… Kyle, ¿Qué haces? Suéltame, nos pueden ver”, pronunció demasiado suave para ser tomada en serio.
Ella quería resistirse, pero era demasiado er%tico lo que está experimentando con ese hombre.
“¡No! Hagamos el amor en silencio, luego te llevo a la habitación y puedes explotar todo lo que quieras”
Ella solo asintió con la cabeza, no tiene fuerza para negarse al se%o ardiente que emanaba de él.
Él la monta sobre el mesón de la cocina y le quita el short, para su sorpresa.
“¡No tienes ropa interior? Eres una niña traviesa y estás muy húmeda, dime ¿Quieres que te lo haga verdad?”
Su hendidura se humedece más mientras él metía dos dedos en su intimidad.
“Sí, por favor, Kyle”, contestó con voz entrecortada, tratando de reprimir los g$midos.
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