Demasiado tarde
Capítulo 426

Capítulo 426:

Kathleen se sorprendió. «¿Asustada?».

«Siempre me pongo nerviosa cuando lo veo».

dijo Sion con cautela. «Sus ojos parecen demasiado intimidantes».

Al oír aquello, Kathleen se tocó la barbilla y asintió: «Es cierto. A veces tampoco consigo mantener el contacto visual con él».

Samuel daba bastante miedo cuando estaba serio, pero era otra persona cuando se mostraba amable.

«No, es diferente. Cuando te mira, le gotea miel de los ojos. Sus ojos parecen muy fríos cuando mira a otras personas. Son como para congelar a la gente -comentó Sion.

Sintiéndose un poco avergonzada, Kathleen se dio la vuelta y buscó a Samuel.

Estaba haciendo una llamada en el estudio.

Con una mueca de desprecio, Samuel dijo a la persona que llamaba: «¿Trevor quiere invitarme? Dile que no puedo porque no me encuentro bien».

La persona que llamaba dijo algo, a lo que Samuel contestó: «Dile que me metí con la Familia Hoover porque me aburría demasiado mientras me recuperaba». Con eso, colgó la llamada.

Kathleen entró y le preguntó: «¿Trevor se ha puesto en contacto contigo?». Samuel respondió asintiendo con la cabeza.

«¿Por qué no se puso en contacto conmigo? ¿Acaso no soy lo bastante importante?», refunfuñó Kathleen.

«Porque para él lo más importante son los asuntos de la empresa», dijo Samuel con una sonrisa burlona.

«¡Jajaja! Sí que es el marido de Luna. Los dos son tan molestos». Samuel le acarició suavemente la cara.

Justo entonces, Kathleen recordó algo. «Por cierto, ¿Te invita a Fairlake?».

«No. Vendrá a Jadeborough tres días después. Asistirá a una conferencia sobre tecnología».

Kathleen levantó una ceja. «¿La de inteligencia artificial?»

«Sí.»

Aquello puso a Kathleen en alerta. «Por lo que recuerdo, el Grupo Macari tiene ahora la mejor tecnología de inteligencia artificial del país. Parece que Trevor quiere unirse a vosotros y obtener una parte de los beneficios».

«Efectivamente, ha habido mucha gente que ha querido trabajar con el Grupo Macari en los últimos años. Sin embargo, tenemos suficiente mano de obra y capital, y no tenemos intención de colaborar con otros. A pesar de todo, debo asistir a la conferencia tecnológica», dijo Samuel.

«Entonces, te encontrarás con Trevor aunque no lo hagas intencionadamente, ¿Verdad?». preguntó Kathleen.

En respuesta, Samuel asintió.

«Llévame contigo. Déjame conocerle», pidió Kathleen, rodeándole el brazo con las manos.

Samuel no pudo evitar sonreír, ya que era bastante raro verla actuar de forma tierna delante de él. «Vale, te llevaré».

«¡Genial!» Justo cuando Kathleen se alegró, sonó su teléfono.

Era una llamada de Rory.

«¿Diga?»

«Kathleen, ¿Estás libre estos días? Hay un programa que empezará a rodarse en los próximos días», le dijo Rory a Kathleen.

Ésta se quedó sorprendida. «¿Tan pronto? Pero si aún no estoy preparada».

«Podrás adaptarte poco a poco a medida que avance el rodaje. Empieza pasado mañana. Haré que alguien vaya a buscarte para entonces», insistió Rory.

Sin otra opción, Kathleen sólo pudo aceptar. «De acuerdo, entonces».

Cuando terminó la llamada, Samuel sonrió y dijo: «Si te aburres, únete al rodaje. Puedo seguir otras cosas si alguna vez surge algo».

«Me preocupa no poder actuar como antes», admitió Kathleen. «Como sabes, perdí la memoria. Me da miedo ponerme nerviosa delante de la cámara».

«¿Qué tal si ves tus actuaciones de antes e intentas hacerte una idea?». sugirió Samuel.

«De acuerdo». Kathleen asintió antes de decir: «¿Quieres verlo conmigo?».

«Por supuesto. Samuel le rodeó los hombros con el brazo y salió del estudio con ella.

Al salir de la habitación, Kathleen recordó algo de repente. «Visitemos a tu familia esta noche y hablemos de nosotros a tu abuela y a tus padres».

«De acuerdo. Hagámoslo».

Al anochecer, Kathleen y Samuel llegaron a la residencia de los Macari.

La Familia Macari había estado atenta a lo que ocurría con la pareja los últimos días, y la que se sentía más feliz por la situación no era otra que Diana.

Sentada en el sofá, dijo con seguridad: «Sabía que acabaríais juntos».

Kathleen no pudo evitar sonrojarse ante sus palabras.

Diana cogió la mano de Kathleen como siempre había hecho antes y añadió sonriendo: «Cariño, Samuel te ha hecho sufrir demasiado antes. A partir de ahora, no dudes en vengarte de él. No te avergüences de ello». Hiciera lo que hiciera Kathleen, Diana la apoyaría.

«De acuerdo. Kathleen asintió.

Desiree y Eilam también se alegraron de cómo habían salido las cosas, pues ya no tenían que abandonar el país y separarse de su bisabuela, sus abuelos y su padre.

Por fin, su familia podría permanecer unida.

Después de cenar, Diana volvió a su habitación para descansar, mientras Samuel y Calvin charlaban en el estudio.

Los dos niños estaban agotados de jugar, así que se fueron primero a la cama.

Así, sólo quedaron Kathleen y Wynnie en el salón.

Cuando Kathleen vio que Wynnie abría una nueva botella de vino, se sorprendió.

«Señora Macari, ¿No ha bebido suficiente vino?».

Ignorando su pregunta, Wynnie le sirvió un vaso y se lo entregó. «Aquí tiene».

Kathleen aceptó el vaso y bebió un sorbo. El vino sabía fantástico.

«Kate, ¿Estás realmente dispuesta a estar con Samuel?». preguntó Wynnie con la mayor sinceridad.

«Sí, lo estoy», respondió Kathleen tímidamente.

Tras una breve vacilación, Wynnie volvió a hablar. «No elegiste estar con él por su mano, ¿Verdad?».

Kathleen sonrió con indiferencia ante aquella pregunta. «Es una de las razones. A decir verdad, Samuel también me lo preguntó».

Wynnie se quedó asombrada. Su relación está progresando muy deprisa.

Por fin están aprendiendo a no guardarse las cosas.

«Señora Macari, no soy el tipo de persona que permite que otras personas me obliguen a hacer algo. Puedo utilizar diversos medios para curar la muñeca de Samuel, y no hay necesidad de que me sacrifique», expresó Kathleen con calma.

Al ver que Wynnie asentía a sus palabras, tomó otro sorbo de vino y continuó: -Lo quiero de verdad. A lo largo de los años, hubo otros hombres que se me confesaron, pero siempre sentí que cierto alguien tenía mi corazón. Cuando después conocí a Samuel, ese sentimiento se intensificó. La vida es demasiado corta, así que no quiero preocuparme por las opiniones de los demás. Como me gusta, estaré con él. Si un día descubro que no somos el uno para el otro, tampoco me obligaré a seguir con él.»

«Kate, te has vuelto más perspicaz que antes», comentó Wynnie pensativo.

«No sé cómo era antes, pero quiero tratarme mejor». Al decir esto, Kathleen terminó el vino de su copa.

A partir de ahora, quería seguir a su corazón.

Wynnie la miró atentamente.

Entonces Kathleen dijo: «Señora Macari, por favor, cuide de Desi y Eil un rato más. Trevor vendrá a Jadeborough tres días después».

Al oír aquello, Wynnie frunció el ceño. «¿Viene para asistir a la conferencia tecnológica?».

Kathleen asintió con la cabeza.

«No te preocupes», tranquilizó Wynnie. Sabía que la situación en Jadeborough se volvería inestable con la llegada de Trevor.

«Sí, Señora Macari. Gracias por tu ayuda». En ese momento, la cabeza de Kathleen empezó a palpitar un poco.

Wynnie la cogió de la mano y la reprendió: «Otra vez estás siendo demasiado educada».

«Bueno, Samuel y yo estamos divorciados», comentó Kathleen con una leve sonrisa.

«No puedo creer que ese gamberro no haya registrado vuestro matrimonio. Luego le daré una buena paliza en tu nombre».

Un poco achispada, Kathleen respondió: «No hace falta. Lo haré yo misma más tarde».

«Aunque esté mal pegar a alguien, te apoyaré», animó Wynnie en broma.

Kathleen no pudo evitar reírse de sus palabras.

Justo entonces, oyeron pasos que bajaban del segundo piso.

Kathleen se levantó del sofá, balanceándose ligeramente por el vino que había tomado.

Al llegar al primer piso y verla así, Samuel echó un vistazo a la botella de vino que había sobre la mesa.

Apoyó a Kathleen y frunció el ceño hacia Wynnie. «Mamá, en serio». A cambio, Wynnie le sacó la lengua.

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