Déjeme ir, Señor Hill
Capítulo 920

Capítulo 920:

Shaun había esperado durante mucho tiempo, sin embargo, Catherine no compartió nada en Facebook.

Su corazón se hundió en la desesperación.

Aunque ella había negado tener relación alguna con él, seguían relacionándose, lo que demostraba que se preocupaba por él. Ahora que no había noticias de ella, significaba que le había ignorado por completo.

La sensación de ser ignorado era jodidamente miserable.

Shaun tiró su teléfono a un lado y se puso de pie. La herida empezó a dolerle de nuevo.

Hadley se quedó sin habla.

“Joven Maestro Mayor, el doctor ha hecho una excepción y ha aprobado tu regreso a la oficina a pesar de que tu herida no se ha curado. Deberías dejar de torturarte».

“Envíame de vuelta a la mansión».

Hadley lanzó un suspiro de alivio, sabiendo que no iba a buscar a Catherine. De lo contrario, sería problemático que su herida se abriera como la última vez y le diera fiebre.

«Por cierto, cómprame los juguetes favoritos de Suzie», le recordó Shaun.

Hadley se quedó de piedra, pero asintió de inmediato. Acompañar a su hija más a menudo era una opción mucho mejor que meterse en una relación.

A las cinco de la tarde, Liam recogió a Suzie del preescolar.

Suzie saltaba mientras sostenía una bola de algodón de azúcar. Sin embargo, cuando la niña vio a Shaun en la silla de ruedas, se quedó helada.

“Tío Shaun, ¿Por qué tienes la pierna lisiada?».

“No, me acaban de operar. Todavía no se me ha curado la herida, así que no puedo andar», respondió Shaun en voz baja.

“Tío Shaun, das mucha pena”.

Los ojos de Suzie brillaron de simpatía. Aunque era un idiota, seguía siendo su padre biológico.

“Deja que te sople en la herida, ¿Vale?»

“No pasa nada. Ya me siento mucho mejor”.

El corazón de Shaun se derritió.

“Te he comprado muchos juguetes. El Tío Hadley ya los ha puesto en tu habitación. Hay utensilios de cocina, una caja de maquillaje, PAW Patrol y muchos más».

“Es estupendo. Gracias, Tío Shaun”.

Suzie saltó de alegría, pero se calmó muy pronto.

“Espera un momento. Mi madre decía que no existen las comidas gratis”.

Shaun se quedó sin habla.

Liam no pudo evitar reírse de él.

“Suzie, tu mamá tenía toda la razón. Te dio una comida gratis sin razón…».

“Liam…» Shaun le dirigió una mirada fría.

“Hace tiempo que te lo recordé”.

Liam resopló.

“Ahora, por fin te arrepientes. Pero, por desgracia, nada en el mundo puede curar los remordimientos. Los que resultaron heridos no pueden fingir que no ha pasado nada. Es más… Logan es muy importante para Cathy».

Shaun apretó el brazo de su silla de ruedas.

“Tú fuiste quien la envió al extranjero en aquel entonces, así que debes conocer bien la historia entre Logan y ella. ¿Puedes contármela?»

«¿No me guardas rencor por sobornar al médico para que fingiera su muerte y enviarla al extranjero?” se burló Liam.

“Todavía recuerdo cómo me diste un puñetazo».

Las atractivas cejas de Shaun tenían un matiz de fastidio. Sí, había golpeado a Liam, pero ¿Debía disculparse personalmente con él?

Para comprender mejor a Catherine, Shaun no tuvo más remedio que respirar hondo y dijo a regañadientes: «Liam, tengo que admitir que fui impulsivo en aquel entonces. Tenías razón».

En aquel momento, no lo sintió así ya que no estaba enamorado de Catherine. Ahora que lo recordaba, sin duda se sentiría desdichado si Catherine hubiera muerto.

Liam le miró con asombro. No esperaba que Shaun le pidiera disculpas.

¡Tal vez los cerdos podían volar!

“De acuerdo. Te lo contaré. Logan y Austin se criaron en los barrios bajos del País A. Para sobrevivir, fueron enviados a una organización a una edad muy temprana para llevar a cabo misiones. Sin embargo, las cosas que hacían eran vergonzosas. Logan y Austin quisieron desertar, pero la organización les dio caza.

Resulta que Cathy, que fue allí hace dos años, los salvó, y lo que tenían que hacer a cambio era trabajar para ella incondicionalmente durante cinco años. Los dos son la mano derecha de Cathy, y le han sido muy leales».

.

.

.