Déjeme ir, Señor Hill
Capítulo 870

Capítulo 870:

Shaun permaneció en silencio, pero estaba claramente de acuerdo con Rodney.

Mientras Catherine observaba cómo el brillo de los ojos de Shaun se apagaba poco a poco, su corazón se llenó de sarcasmo. Se burló de sí misma por haberse sentido conmovida por sus palabras veinticuatro horas atrás.

Después de pasar por tantas penurias, ¿Aún no se había dado cuenta de que aquel hombre era un mentiroso?

Cuando la quería, podía decirlo todo.

“Shaun, sólo quiero preguntarte una cosa. ¿Qué puedo hacer para que dejes ir a Logan?» Catherine preguntó en voz baja.

“¿Dejarlo ir?» Rodney reaccionó como si hubiera oído un chiste.

“¿Estás soñando? Hizo daño a Sarah. La gente como él debería ser torturada hasta la muerte. Por cierto, ¿Por qué te preocupa tanto alguien que trabaja para ti? ¿Será que tienes una aventura con él?».

“Cuidado con lo que dices».

Tan pronto como Catherine advirtió severamente a Rodney, pudo percibir claramente la repentina furia en los ojos helados de Shaun.

En el fondo, estaba maldiciendo a Rodney. Incluso esperaba que no tuviera descendencia ni se juntara con la mujer que amaba.

“Puedo dejarlo ir», Shaun enunció cada palabra agriamente, «Cuando muera, verteré sus cenizas en el retrete».

“Shaun, Logan y yo somos inocentes. Prefieres creer las palabras de Rodney que las mías a pesar de compartir la cama conmigo. Ahora por fin lo entiendo”.

Catherine bajó la mirada, sus pestañas ocultando el brillo de sus ojos.

A Shaun se le rompió el corazón al ver su expresión. ¿Tenía ella la impresión de que él quería comportarse así? Todo se debía a su insistencia en salvar a Logan.

«Catherine Jones, me has decepcionado. Nunca pensé… que fueras tan malvada».

Rodney le había dicho esto muchas veces antes pero ella nunca le dio importancia. Sin embargo, cuando lo mismo salió de la boca de Shaun, no pudo evitar esbozar una leve sonrisa.

Sus ojos incluso enrojecieron.

¿La estaba llamando malvada?

Después de tres años, seguía tan ciego como siempre. Seguía sin ver los verdaderos colores de Sarah.

“¡¿Cómo te atreves a sonreír todavía a estas alturas?! » Rodney gritó furioso.

“Es gracioso”.

Catherine se secó las comisuras húmedas de los ojos antes de darse la vuelta y caminar hacia el ascensor.

“Alto”.

Rodney pidió inmediatamente a sus subordinados que la rodearan.

“¿Adónde piensas ir?»

“¿Por qué? ¿Planeas capturarme por tu cuenta?» Una mirada pétrea brilló en los ojos de Catherine.

“Ustedes no son los que mandan en Australia ahora. Afirman que yo secuestré a Sarah, pero ¿Tienen pruebas? Sólo porque atraparon a alguien que conozco, estan seguros de que fue cosa mía. ¿Mencionó la persona que atrapaste que fui yo quien le dio instrucciones para hacerlo?».

Aguijoneado por sus críticas, Rodney estaba tan exasperado que ensanchó los ojos.

“¡Me da igual! Lo admitas o no, hoy no puedes irte».

“Bien, Joven Maestro Snow, esto significa que me estás secuestrando a la fuerza”.

Catherine se le acercó de repente.

“¿Puedo saber si es usted policía?»

“Yo…»

“No lo eres. Tu tío se va a presentar a primer ministro el año que viene. ¿Crees que puedes actuar sin escrúpulos y atrapar a cualquiera al azar? Ahora, estás tratando de poner tus manos sobre la presidenta de una empresa que cotiza en bolsa. Es más, soy la hija de Joel Yule, una de las diez figuras más brillantes de Australia».

Los ojos de Catherine brillaron con fiereza.

“Joven Maestro Snow, su tío tiene ahora bastantes competidores. Todo el mundo en la Familia Snow se ha comportado con cautela por el bien de las elecciones del próximo año, sin embargo, sólo estás arrastrando a tu tío hacia abajo. ¿Estás seguro de que quieres arruinar la reputación de tu familia y convertirte en el culpable?»

“Tú…» Las venas de Rodney se abultaron en un ataque de furia. Sintió unas ganas irrefrenables de estrangularla.

Sin embargo, lo que ella decía era cierto. Sabía muy bien lo importante que era la elección de su tío el año próximo.

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