Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 669

Capítulo 669:

Nora no se atrevió a responder. ¡Avery se ha vuelto loco! ¡Estaba muerta de miedo!

«Me subestimas». Avery pellizcó el rostro dolorido e indigno de Nora. Ella enunció: «¡Nunca he dependido de un hombre para vivir! Aunque el cielo cayera sobre mí, daré a luz a mi hijo con éxito. Tus planes pueden funcionar una o dos veces. ¿Crees que funcionarán la tercera vez?” Cuando Chad se acercó corriendo, la cara de Nora ya se había hinchado.

Cuando Nora vio a Chad, gritó al instante: «¡Chad! ¡Ayuda! ¡Avery se ha vuelto loca! ¡Me ha pegado! ¡Me va a matar a golpes! ¡Woo, woo, woo!» Chad se acercó inmediatamente a ella y apartó al guardaespaldas de Avery.

«Avery, ¿Qué estás haciendo? Estamos en la oficina. No deberías venir aquí haciendo una escena», Chad ayudó a Nora a levantarse y le dijo con severidad.

Avery tenía una mirada fría y tranquila. «Le daré una lección donde quiera. Si no le parece bien, que su jefe hable conmigo».

Chad se quedó sin palabras. ¿Qué pasaría si conseguía que Elliot hablara con ella? Al final, seguirían dejándola en paz.

«Chad, llama rápidamente a Chelsea. Si Chelsea sabe que me han acosado, me ayudará». Nora se aferró con fuerza a los brazos de Chad. No se atrevía a soltarlo.

Chad la miró. La compadecía, pero sus sentidos le decían que se controlara.

Avery no era una persona impulsiva. Debía de haber una razón por la que estaba tan enfadada ese día.

«Nora, haré que el guardia te envíe al hospital», dijo Chad, «creo que tienes la nariz torcida».

Nora chilló y se cubrió la cara.

Una vez que Chad entregó a Nora a los guardias, condujo a Avery fuera del departamento de relaciones públicas. Este incidente causó demasiado revuelo. No podía controlar lo que el personal hablaba en privado.

Si Avery no fuera Avery, si fuera otra persona, nadie podría entrar sin más en las oficinas del Grupo Sterling, y mucho menos golpear a un miembro del personal.

Todas las plantas de la oficina tienen guardias.

Cuando Avery estaba dando una lección a Nora, ninguno de los guardias se atrevió a detenerla.

Dar una paliza a Nora era un asunto menor. Si le ocurría algo al bebe de Avery, ¿Quién iba a asumir la responsabilidad?

Avery vio que Chad pulsaba el botón del piso superior. Dijo: «¿Vas a llevarme al despacho de tu jefe?».

La actitud de Chad se suavizó mucho más que antes. «Te voy a llevar a tomar un poco de agua».

«No tengo sed». Avery pulsó el botón de la planta baja. «Si tu jefe te pregunta, sólo di que he perdido los nervios y que quería darle una lección. Al fin y al cabo, no tengo pruebas concretas de que me esté imitando, así que sólo podía hacer lo que me diera la gana».

Chad no pudo contener una sonrisa. «No te enfades. Tanto si se ha hecho pasar por ti para hacer esas cosas como si no, no dejes que otros se aprovechen de ti en el futuro.»

«Para ti es fácil decirlo. Si fueras tú, ¿Te enfadarías?». Avery respondió: «Yo no necesito ninguna reputación, pero mis hijos sí. Ahora que el colegio ha empezado. Si los otros niños del colegio dijeran cosas de mí a mis hijos, ¿Podría contenerme?».

La sonrisa en el rostro de Chad desapareció. «Le contaré al Señor Foster sus dificultades».

«¿Qué hay que contarle? Me peleé con él ayer, ¿No lo sabes?»

Chad se quedó sin palabras. Efectivamente, no lo sabía.

«No voy a ir al último piso». Avery vio que el ascensor se había detenido en el último piso.

«De acuerdo, entonces te haré bajar». Chad cerró las puertas y la acompañó hacia abajo.

Cuando el ascensor estaba en la planta baja, las puertas se abrieron lentamente con un tintineo.

Fuera del ascensor estaban Elliot, de negro, y Chelsea, con un vestido rojo.

Cuando Chelsea vio a Avery, se encolerizó al instante. «¡Avery, qué derecho tienes a golpear a mi prima!»

Dijo Avery con pereza: «La próxima persona a la que golpearé serás tú».

Chelsea estaba furiosa: «Tú…» Elliot escuchó su conversación. Su expresión se ensombreció al instante.

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