Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 584

Capítulo 584:

«¡Tengo derecho a saber!»

Sus ojos se pusieron rojos mientras se quejaba, «¡No puedes cambiar el hecho de que soy el padre aunque no quieras admitirlo!»

«Ahora lo sabes, ¿No?» Respondió ella con indiferencia.

«¡Ahora sí lo sé, pero no lo he oído de ti! Muéstrame los informes del laboratorio». Exigió.

«No hay ningún informe de laboratorio». Su muñeca empezaba a doler por el agarre de él y se agachó para apartar sus dedos. «¡Suéltame!»

«¿Por qué no hay un informe de laboratorio?» Él aflojó el agarre pero no lo soltó del todo. Se limitó a subir la mano por la muñeca de ella y continuó reprendiéndola.

Incapaz de mentir mientras era confrontada por Elliot, ella explicó: «Hice la prueba en Bridgedale, así que sólo me enviaron un mensaje».

«¡Muéstrame el mensaje!» le ordenó, con toda la intención de insistir hasta que hubiera visto el mensaje por sí mismo.

En ese momento, Mike y los niños salieron del comedor y vieron a6f Elliot.

«¿Qué está haciendo aquí?» murmuró Layla.

«Tu madre ha llorado esta mañana, pero no sé por qué…» dijo Mike.

Hayden frunció el ceño. «¿Qué le pasa a mamá?»

Mike se encogió de hombros. «¡No lo sé! No me lo dirá, aunque se lo pregunte, pero parece normal ahora mismo cuando estábamos comiendo. Tal vez no sea un gran problema».

Mientras hablaban, Avery abrió la puerta y salió al patio con Elliot.

Mike llevó a los niños de vuelta al comedor, mientras que Elliot siguió a Avery al interior de la mansión. Ella cogió su teléfono de la mesita y abrió el mensaje para mostrárselo.

Tras leer el mensaje, bajó la mirada hacia su abdomen y le preguntó: «¿Por qué has ido hoy al hospital?».

«Me han hecho una amniocentesis».

«¿Para qué?»

«Para confirmar si realmente hay algo malo en el bebé», reacia a continuar con el tema, respondió rápidamente: «los resultados saldrán en dos semanas, así que puedes venir a preguntarme sobre ello dos semanas después».

Elliot levantó la vista y divisó tres pares de ojos que los observaban desde el comedor, así que agarró a Avery por la muñeca y la llevó arriba.

«¡¿Qué estás haciendo?!» Avery apartó la mano, no queriendo estar a solas con él.

Elliot odiaba que Avery lo apartara, pero lo hacía con frecuencia. Se agarró a su muñeca una vez más y, como castigo, apretó su agarre con fuerza.

«Necesito hablar contigo. ¿Quieres que se enteren de todo?» Echó un vistazo a su rostro sonrojado y la condujo escaleras arriba.

Una vez en el segundo piso, entraron en el dormitorio de Avery.

Avery era reacia a dejar que Elliot entrara en su dormitorio, pero Elliot no se consideraba un invitado después de entrar en su casa y actuaba como si fuera el dueño de la mansión.

«Avery, si los resultados llegan dentro de dos semanas y muestran que el bebé sigue sin estar sano, ¿Qué piensas hacer?». Cerró la puerta del dormitorio y preguntó.

«Interrumpir el embarazo», respondió ella sin dudar.

Se le heló la sangre ante su respuesta. «¿No dijiste que ibas a darlo a luz, aunque tuviera algún problema? ¿Por qué cambias de opinión ahora?»

«¿Por qué debería darlo a luz? ¿Para que sufra?» Ella estaba confundida por su pregunta.

“¿No querías desesperadamente que me deshiciera de él? ¿Deberías estar contento ahora?»

«¡Es mi hijo! ¡No es posible que me alegre al saber que está enfermo o muerto!» Las lágrimas brotaron de sus ojos. «¿Tenías que hacerme daño, Avery?»

Queriendo poner fin a la discusión sin sentido, se dio la vuelta y dijo: «¡Vete si no necesitas nada más! Necesito descansar ahora».

«¿Qué es eso de los 300 millones?» Se acercó a ella para obligarla a enfrentarse a él. «¿De dónde has sacado tanto dinero? ¿A quién se lo pediste prestado?»

«No se lo pedí prestado a nadie». Se sintió presionada cuando su imponente figura se cernió sobre ella y no pudo evitar dar unos pasos atrás. «Me lo he ganado yo misma».

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