Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 374

Capítulo 374:

Cuando Elliot apareció junto a la mesa, Avery estaba a punto de dar un mordisco al pastel y casi partió el tenedor de plástico por la mitad al verle. ¿Cuáles eran las probabilidades de que se encontrara con él en la rara oportunidad de que cenara fuera?

Tammy frunció el ceño. «Qué casualidad, Señor Foster. ¿Tiene una reunión aquí?»

Saludó con un gesto sarcástico al grupo que estaba detrás de Elliot, y los demás le dedicaron sonrisas educadas y cuidadosas al mismo tiempo.

Elliot echó un vistazo al pastel que había sobre la mesa y miró a los dos niños. «¿Es su cumpleaños?» Su voz era baja, potente y confusa.

Recordó que el cumpleaños de Hayden era el 13 de abril, no hoy.

La sangre de Avery se heló en ese mismo instante. No había querido celebrar su cumpleaños porque temía que él sospechara.

Sin embargo, aún los había sorprendido celebrando a escondidas.

Elliot estudió pensativo la expresión de pánico y ansiedad en el rostro de Avery.

«¿Así que el cumpleaños de Hayden no es el 13 de abril, sino hoy? ¿Y también lo es el de Layla? ¿Comparten estos dos niños el mismo cumpleaños? Podría ser…»

«¿Tienes mucho tiempo libre? ¿Por qué te importa el cumpleaños de quién es hoy? Además, ¿Quién dice que sólo podemos comer pastel en el cumpleaños de alguien?». Tammy arrebató los gorros de cumpleaños de las cabezas de Layla y Hayden y se los puso a Avery y a ella misma. «Hoy es el aniversario de mi amistad con Avery, así que hemos salido a celebrarlo. ¿Tienes algún problema con ello?»

Su expresión de pánico desapareció en un instante ante las palabras de Tammy.

Elliot bajó la mirada para mirar a Avery y dijo con sarcasmo: «¿Anhelando casarte, Avery?”

Sorprendida por la pregunta, levantó la vista para encontrarse con sus ojos. Antes de que pudiera decir nada, Tammy aprovechó la oportunidad y dijo: «¿No puedes ocuparte de tus propios asuntos, Elliot Foster? Que Avery quiera o no casarse no tiene nada que ver contigo. Incluso si quiere casarse, no se casará contigo. Déjalo ya».

Las palabras de Tammy hicieron que el corazón de Elliot se agudizara y sus ojos se tornaron viciosos.

«Tammy Lynch, no estaba hablando contigo. Cuida tu lengua».

Incapaz de mantenerse al margen, Avery intervino. «Tammy sólo dijo lo que quería decir. No tienes que gritar en público, ¡Es muy impropio de ti!»

Hizo hincapié en la palabra ‘público’ y Elliot salió al instante de su rabia.

Apretó los puños con una expresión fría y se dio la vuelta para marcharse.

Cuando se hubo marchado, Tammy suspiró aliviada y dijo: «¡Qué miedo! Es la primera vez que se ensaña conmigo».

«La próxima vez no me defiendas o Jun lo va a pasar mal.

Quedará atrapado entre los dos».

Tammy hizo un puchero y dijo: «¿No crees que está actuando de forma extraña? Se han divorciado, así que ¿Por qué sigue molestándote? Incluso te ha preguntado si quieres casarte… ¿Se va a casar contigo si dices que sí?».

Preocupada, Avery se limitó a decir: «No hablemos de él. La próxima vez que salgamos, evitaremos los lugares que frecuenta la gente rica».

«¡Eh, no es que estemos haciendo algo malo! ¿Por qué tenemos que evitarlo nosotros? No le tengo miedo». Avery respiró profundamente.

Elliot la aterrorizaba. Sus dos hijos eran su debilidad, y si no le quedaba otra opción, le daría un hijo a Elliot. Nunca le dejaría tener a Hayden y Layla.

«Mamá, ¿Por qué te ha preguntado si quieres casarte?» preguntó Layla.

Tammy se echó a reír y explicó: «Tu madre se ha probado hoy un vestido de novia, ¡Y estaba tan seductora y hermosa! Seguramente, esa basura de Elliot vio la foto y se sintió atraído por tu madre».

Avery se sonrojó. «Tammy, no publiques ninguna foto mía en las redes sociales a partir de ahora».

«¡Él no es mi amigo en las redes sociales, así que probablemente fue Chad o Jun quien se la envió! Me acabo de dar cuenta de lo entrometidos que pueden ser estos hombres. Son incluso peores que nosotras las mujeres».

Avery peló las gambas para los niños cuando la pantalla de su teléfono se iluminó. Al ver el nombre de Elliot en la pantalla, se quitó los guantes desechables.

Desbloqueó la pantalla y vio el mensaje de Elliot. Era el nombre de un hotel y un número de habitación

.

.

.