Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 263

Capítulo 263:

«Señor Foster, hemos dado con una información que sugiere que la Señorita Zoe también está buscando un médico», dijo el investigador privado que Elliot había encontrado en el extranjero.

Elliot lo había contratado para buscar un médico que pudiera curar a Shea. «La Señorita Sanford busca a un hombre de mediana edad que mida alrededor de 1,7 metros».

Elliot frunció el ceño. «¿Por qué está buscando a este médico?»

«Probablemente está intentando que cure a Shea», dijo el investigador privado.

La esperanza surgió en los ojos de Elliot mientras dijo: «¡Vamos a encontrar a ese médico antes que ella!»

«Bien. He encontrado algo más. Antes de su fallecimiento, el Profesor Hough parece haber tomado una estudiante. La información sobre este estudiante es completamente confidencial, y parece que había trabajado en el laboratorio del Profesor Hough.»

«¿Puede ser este estudiante el médico que Zoe está buscando?»

«Sí, eso es lo que estoy pensando también».

A las cinco de la tarde, Elliot fue a la Academia de Necesidades Especiales Angela para recoger a Shea del colegio. Se encontró con Avery, que iba a recoger a Hayden, en el aparcamiento. Los cuatro se detuvieron y se quedaron mirando en el aparcamiento.

Elliot apartó inmediatamente la mirada y ayudó a Shea a entrar en el coche. Avery se dirigió al asiento del conductor cuando vio que Hayden se acomodaba en el asiento infantil.

Los dos coches arrancaron, giraron y llegaron a la puerta del colegio al mismo tiempo. Por suerte, había suficiente espacio en la entrada, así que los dos coches salieron al mismo tiempo.

Uno giró a la izquierda y el otro a la derecha.

Justo cuando el coche estaba en la calle principal, Hayden dijo con voz apagada: «Mamá, quiero ir a otra escuela».

Shea seguía espiando desde fuera de la puerta del aula, y él ya había tenido suficiente. Había entrado en la academia para investigar la relación entre Elliot y Shea. Ahora que había resuelto ese misterio, ya no quería ir a la escuela.

«¿A qué escuela quieres ir? ¿Estás dispuesto a aprender y convivir con otros chicos ahora?» preguntó Avery.

Hayden permaneció callado.

La Academia de Necesidades Especiales Angela no era un mal lugar, pero eso podía deberse a que era el único alumno de su clase. Quería irse porque no quería ver más a Shea.

«Vamos a esperar hasta que termines este año, Hayden, ¿De acuerdo?» Avery intentó negociar con él. «Si odias la guardería, podemos probar con la escuela primaria el año que viene. ¿Qué te parece?»

Hayden se lo pensó y asintió.

Mientras tanto, en el otro coche, Shea se agarró al cinturón de seguridad. Tenía la cabeza inclinada. «Hermano mayor, ¿Podemos invitar a Hayden a mi fiesta de cumpleaños?»

«No vendrá». El tono de Elliot era suave, pero sus palabras dolían.

«¿Por qué no les agrado? ¿Es porque soy estúpida?» Las lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Shea.

«No», tragó Elliot, antes de continuar con voz ronca, «no les agradas porque me odian».

«¿Por qué no les agradas? Eres el mejor».

«Shea, soy bueno contigo, pero eso no significa que sea bueno con ellos», dijo Elliot con amargura. «Pasaré tu cumpleaños contigo».

Media hora más tarde, el coche entró en el patio delantero de la mansión de Elliot.

Después de la cena, la Señora Cooper llevó a Shea al patio trasero para recoger algunas frutas frescas. A Shea le gustaba la naturaleza. Habían plantado muchas flores y árboles frutales en el patio trasero, y todos los días, después de la cena, la Señora Cooper la llevaba a jugar allí.

Elliot entró en su estudio.

Dentro de una semana se celebraba el funeral de su padre y había tenido pesadillas las últimas noches.

Todos los años, por estas fechas, le asaltaban las pesadillas. Cerró la puerta del estudio y se dirigió a la estantería.

Había una caja carmesí en la tercera fila de la estantería. En ella se encontraba su más profundo secreto.

La razón por la que la había guardado en su estantería era porque el lugar más seguro solía ser el que estaba a la vista.

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