Cuando sus ojos se abrieron -
Capítulo 1706
Capítulo 1706:
Elliot calculó por el tiempo, Avery ya ha llegado a Bridgedale.
¿Por qué su teléfono sigue sin funcionar?
¿Apagado, o bloqueado?
«Mamá…» En la camilla, Layla ardía aturdida, murmurando en voz baja: «Mamá hermano… no se vayan… no me dejen… woo woo…»
Elliot miró la carita de dolor de su hija y susurró, entonces apretó los dedos en el teléfono.
¿Por qué Avery es tan cruel?
No sólo fue cruel con él, ¿Cómo puede ser tan cruel con la niña?
¿Piensa ella alejarse de los niños?
De repente, ella se volvió tan poco familiar para él.
No pudo evitar preguntarse, ¿Realmente cometió un gran error?
Elliot volvió a marcar el número de Avery, y obtuvo la misma respuesta de ahora.
Parecía que no pensaba volver a ponerse en contacto con ellos.
Cuando la ambulancia llegó al hospital, sacaron a Layla del coche y le tomaron la temperatura.
En casa, su temperatura corporal no superaba los 38,5 grados, pero ahora, ¡Su temperatura ha superado los 40 grados!
El doctor le recetó inmediatamente a Layla un medicamento para bajar la fiebre.
Elliot fue a comprar la medicina para que Layla la tomara, y entonces el doctor le entregó dos listas.
«Ve a buscar la medicina, la infusión».
El guardaespaldas tomó la orden y fue a pagar la cuenta.
Elliot cogió a Layla en brazos.
El cuerpo de Layla temblaba, el sudor le recorría la frente.
Era como una bola de fuego, ardiendo con fuerza.
Después de que el guardaespaldas trajera la medicina y la enfermera le pusiera una inyección a Layla, el tenso corazón de Elliot se relajó.
Era la primera vez que recordaba que Layla tenía fiebre alta.
Antes de que Avery estuviera allí, la niña estaba a su lado y la cuidaban bien. Incluso si había una enfermedad o un dolor menor, ella podía ayudar a la niña a curarse sin tener que ir al hospital.
Ahora, en cuanto Avery se fue, la niña se puso enferma, como si fuera un castigo de Dios para Elliot.
Al cabo de una media hora, Layla empezó a sudar como una loca.
Tenía el cabello mojado y la ropa empapada.
Elliot salió a toda prisa y trajo ropa limpia con pañuelos para la niña.
Al cabo de un rato, a Layla le bajó la fiebre y tenía un poco de frío de tanto sudar.
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