Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 128

Capítulo 128: 

Avery se sacudió violentamente el agarre de Wanda en el brazo.

Reconoció el coche como el de Elliot y se acercó a él.

Cuando se abrió la puerta del lado del conductor, el guardaespaldas se bajó y cargó directamente contra Wanda.

Avery temió que estuviera a punto de golpear a Wanda.

Se precipitó al lado del guardaespaldas y lo retuvo.

«¡No la toques! Su hija acaba de morir. Es natural que se emocione”.

«Ja… ¡Supongo que todavía no te han echado de la Familia Foster! Eres muy buena seduciendo a los hombres, ¿No?» se burló Wanda.

El guardaespaldas levantó el brazo preparándose para abofetear a Wanda en la cara.

Avery lo detuvo una vez más y dijo: «Vuelve al coche. Entraré después de hablar con ella».

El guardaespaldas dirigió una mirada intimidatoria a Wanda, advirtiéndole que no pusiera un dedo sobre Avery.

Wanda sintió un escalofrío que le recorría la columna vertebral, pero tuvo que soportarlo.

Ahora que su hija estaba muerta, tenía que seguir viva.

Sólo así podría vengar a Cassandra.

Una vez que el guardaespaldas regresó al coche, Avery se dirigió a Wanda y le dijo: «¡Di lo que quieras sobre el asesino, pero no te atrevas a mencionar a mi padre! Eres la primera persona a la que perseguiría si volviera de entre los muertos. Le diste a tu hermano un puesto en la empresa de papá y malversaste trescientos millones de dólares en cuestión de años… ¡Me aseguraré de que devuelvas cada centavo que le quitaste!»

«Eso fue obra de mi hermano. ¿Qué tiene que ver conmigo? ¿Acaso crees que yo quería que la Familia Tate se arruinara?» Wanda frunció el ceño. «Pasé todos esos años con tu padre. ¿Realmente crees que le haría eso?»

«Dices eso, y sin embargo estás usando el dinero que tu hermano robó para vivir a lo grande en el extranjero. ¡Dudo que hubieras vuelto aquí si no fuera por la muerte de Cassandra!»

El rostro de Wanda se volvió escarlata de furia.

«¡Shaun me lo contó todo!», gritó. «¡Tomaste el programa de supercerebro de tu padre para ti! Shaun dijo que tu padre gastó cientos de millones de dólares para desarrollar el programa. ¿Qué derecho tienes a reprenderme?»

«Por supuesto, tengo derecho», respondió Avery. «Las cosas que tengo me las dio mi padre, ¡Pero tú le robaste! ¡Son una panda de ladrones! Me aseguraré de que tu hermano suelte hasta el último centavo que le quitó a papá. Me aseguraré de que se pudra en la cárcel».

La presión arterial de Wanda se disparó, pero no tenía palabras para defenderse.

Lo único que pudo hacer al final fue ver a Avery entrar en el coche y marcharse a toda velocidad.

En cuanto cerró la puerta del coche, Avery se recompuso rápidamente.

Se giro hacia Elliot y le preguntó: «¿Qué haces aquí?».

Elliot le pasó una botella de agua y respondió: «Sabía que Wanda iba a venir. Temía que se peleara contigo».

«¿Soy tan débil?» preguntó Avery mientras tomaba un sorbo de agua.

«Sólo pones una fachada fuerte frente a mí», respondió Elliot con indiferencia.

Avery lo fulminó con la mirada y luego dijo: «Tengo hambre. No tengo energía para discutir».

«¿Comemos fuera?» sugirió Elliot. «¿Qué te apetece?»

«Cualquier cosa está bien», dijo Avery, y de repente le vino una idea a la cabeza y añadió: «Me apetece que cocine mi madre».

«¿Vamos a casa de tu madre?».

Avery miró las piernas de Elliot y luego dijo: «¡Olvídalo! El edificio no es accesible para sillas de ruedas. No será conveniente para ti».

«Podríamos ir a casa y coger el bastón».

«Si vamos a ir a casa, también podríamos comer en casa. ¿Por qué molestarse en ir a casa de mi madre?»

«Dijiste que querías comer la comida de tu madre».

«Sólo decía eso».

Avery no esperaba que él se tomara sus palabras tan en serio.

Elliot sacó su teléfono e hizo una llamada.

-Avery lo miró fijamente y se preguntó a quién estaría llamando.

Un momento después, la voz de Laura llegó a través de su teléfono. «¿Hola? ¿Eliot?»

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