Capítulo 147:

Siena se sonrojó vergonzosamente.

«Hermanita, mis padres llevan más de diez años buscándote. Ahora que han salido los resultados de la prueba de ADN, formas parte de nuestra familia. No volverás a pensar en dejarnos, ¿Verdad?». preguntó Robert con dudas en el corazón.

Robert obligó a Siena a expresar su opinión.

«Robert, ¿Buscas algo con lo que hablar? Ella ya es miembro de nuestra familia, ¿Adónde irá?». Hayden respondió a la pregunta.

Aquellas palabras hicieron que la fibra sensible de Siena se tensara.

¡Esta era una oportunidad para no darle más vueltas!

Hayden era digno de ser hermano mayor; no sólo su aura era invencible, sino que cada palabra que decía hacía que Siena se sintiera poderosa.

«¡Qué bien! De verdad que ya no quiero ver a mi madre triste». Robert se rió y siguió hablando con Siena: «Siena, cuando vayas a nuestra casa, sabrás que todos te queremos mucho».

Media hora más tarde, el coche entraba lentamente en la Mansión Foster.

Siena había estado allí hacía unos días.

En aquel momento, Elliot y Avery estaban de vacaciones en Bridgedale, y no había nadie en casa.

En ese momento, ella pensó que esta era la casa de Lilly, y todavía suspiraba en su corazón que la casa de Wesley era tan lujosa.

Inesperadamente, Siena volvió aquí tan pronto. Y aquí, se convirtió en su hogar.

Elliot y Avery salieron inmediatamente de la habitación al oír el ruido.

Hoy hacía un día precioso, soleado y sin nubes.

Cuando Siena salió del coche, vio a Elliot y Avery.

Los dos ya no eran fotos vacías en Internet, sino que estaban frente a ella de forma vívida.

Elliot era alto y tenía un temperamento excepcional, su edad real no se le notaba en absoluto en la cara.

Y a su lado estaba Avery, de figura esbelta y delgada, temperamento apacible y rasgos pintorescos.

Los dos eran como una pareja hecha en el cielo, se compenetraban muy bien, y se veía que su relación era más fuerte que el oro, y nadie podía separarlos.

Porque sus manos siempre estaban cogidas la una de la otra.

«Siena, soy Avery, y soy tu madre. Él es Elliot, y es tu padre. Te hemos estado buscando, pero no hemos podido encontrarte. No sé adónde fuiste, y tampoco pudimos encontrarte. Menos mal que has vuelto esta vez, si no hubieras vuelto, quizá nunca te hubiéramos encontrado».

Avery soltó la mano de Elliot y cogió la de Siena con ambas manos: «Entremos en casa. Fuera hace demasiado calor».

Avery condujo a Siena al interior de la casa.

«Cámbiate estos zapatos». Caminando hacia la puerta, Avery cogió los zapatos de Siena.

Todas las necesidades diarias de Siena habían sido preparadas por el Departamento de Seguridad de Avery.

Todos eran nuevos.

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