Contigo
Capítulo 79

Capítulo 79:

POV: Mónica.

“Tranquila, aun tendrás de mi por mucho rato”, le dije mientras me abrazaba.

“Auch”, me quejé.

“No te preocupes Estuve en compañía de ellos hasta que las siguientes visitas llegaron, los papás de Alonzo junto a él quien al parecer también paso dándose un baño, cambiándose de ropa y trayendo una maleta con cosas para que ambos pasemos cómodos la semana aquí.

Después de un rato papá se nos unió él también se quería quedar a dormir aquí en el hospital pero suficiente tengo con Alonzo quien se niega rotundamente en dejarme sola a pesar de que estoy en una sala VIP y me atienden de maravilla.

Las enfermeras se pelean por venir a atenderme solo por ver a Alonzo a mí me parece divertido verlas embobadas y él ni siquiera nota como lo ven.

Solo está perdido en su computadora muy serio.

Solo sonríe cuando me ve lo que hace que ellas suspire y murmuren qué él está perdidamente enamorado de mí y lo sé por qué yo también estoy muy enamorada de él.

Apenas trajeron mi anillo de compromiso de vuelta me lo volvió a colocar en el dedo alegando qué parece que le gustó al médico que me atiende por que ha venido varias veces a checar como estoy, a mí.

Él solo me parece amable.

Si sonríe y me explica todo lo que quiero saber con mucha paciencia, por eso Alonzo insiste en que le gusto, se pone a la defensiva cada vez que lo ve entrar y le recalca qué estamos comprometidos.

…

Al día siguiente casi muero de la risa cuando Maximiliano me envió un enorme arreglo floral con una nota que decía “Espero que te mejores pronto bella dama”.

Alonzo quería tirar las flores pero no lo deje, le dije que eran mías y eso lo puso de mal humor un buen rato pero aun así no me dejo sola, mientras seguía serio sentado trabajando en su computadora y me ignoraba por que seguía molesto decidí que ya era suficiente de su berrinche

“Auch”, me queje alto llamando su atención, corrió rápidamente a mi lado con cara de preocupación.

“Amor, ¿Qué pasa?, ¿Te duele?”, pregunto asustado

“Si, me duele”.

“¿Dónde?”.

“Aquí”, me puse la mano en el corazón, me miró más preocupado

“Es que mi prometido me ha ignorado todo el día y no me ha sonreído ni una sola vez”, dije haciendo un puchero, el me miró serio con el ceño fruncido.

“Creí qué en serio te dolía algo”.

“Sigues molesto, solo son flores”.

“Te las envío un tipo que no oculta sus intenciones hacia ti”.

“Pero yo solo tengo ojos para ti”.

“Aceptaste sus flores”.

“Son lindas, tu no me has traído flores”, me miró con los ojos muy abiertos.

Sacó su teléfono, tecleo algo y luego volvió a verme.

“Voy a tirar esas flores”, dijo decidido.

“Pero me gustan”.

“No las vas a necesitar”, llamo a la enfermera y le pidió que se llevara las flores Varios minutos después lleno la habitación con muchos arreglos de flores.

“Con uno era suficiente”, le dije cuando vi que casa mesa de la habitación estaba adornada con flores.

“Si voy a hacer algo lo voy a hacer a lo grande preciosa”, me dio un beso, al menos el enojo se le pasó

“Te amo”.

“Yo también te amo gruñón”.

“No aceptes flores de ningún hombre, yo planetaria un jardín entero solo para ti”.

“Lo sé”, respondí con una sonrisa.

Si digo que me aburrí la semana que estuve ingresada mentiría.

Alonzo estuvo conmigo todo el tiempo y mis amigos vinieron a visitarme.

Incluso Miguel el mejor amigo de Alonzo pasó visitándome y sacándome más de una risa por su forma de molestar a Alonzo.

“Viejo eres un amargado”.

“No claro que no”.

“Es obvio que sí, las enfermeras se desviven por ti y tu todo frío les das un simple gracias”.

“¿Y qué quieres que les diga?”.

“Se más amable”.

“Soy amable”.

“Princesa no sé cómo puedes salir con este tipo, es frío como un témpano”, reí por su comentario.

El Alonzo qué yo conozco y con el que trato a diario no es frío, es cariñoso, atento, amable, algo celoso.

Lo voy a admitir, pero no es grosero.

“Él no es frío”, le digo a Miguel con una sonrisa viendo a Alonzo quien me devuelve la sonrisa y me da un beso en los labios.

“Pfff patrañas, solo está fingiendo frente a ti, él es un témpano y un ogro”.

“Lo de ogro a veces se le sale pero jamás conmigo”.

“Oye Miguel por qué mejor no te largas”, le dijo Alonzo, lo que nos hizo reír a Miguel y a mí.

El teléfono de Miguel sonó e hizo un gesto de desagrado cuando vio la pantalla.

“¿Qué sucede?”, le pregunto Alonzo al ver el gesto de su amigo

“Es una chica con la que salgo, se está volviendo un fastidio, sí no fuera tan s%xy ya me hubiese desecho de ella”.

“Oye”, le dije por la forma en que se expresó de la chica.

“Princesa, no todas son como tú, esta chica cree que soy su cajero automático, lo peor es cuando hace un berrinche para obtener lo que quiere eso es molesto no tierno tiene razón”, le dijo Alonzo apoyando a su amigo, lo que me hizo verlo con una ceja levantada.

“Me tengo que ir”, dijo Miguel y se despidió de ambos

“Yo a veces hago berrinches, no conscientemente pero tú me lo recalcas, ¿Te molesta que los haga?”, le pregunté sería a Alonzo

“No, claro que no amor”, me respondió con una sonrisa.

“Ese es el punto, no los haces consciente, te ves como una niña pequeña peleando por lo que quiere, eso sí me parece tierno, es molesto cuando se esfuerzan por ser tiernas, solo terminan siendo molestas”.

“No lo sé, creo que me estas mintiendo y te molesta”, tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos.

“Te aseguro que amo cada detalle de ti, hasta el más mínimo”, me dio un beso qué yo profundice pero él se detuvo pego si frente a la mía con los ojos cerrados y soltó un suspiro.

“¿Qué paso?”, pregunte confundida por la forma en la que se detuvo.

“Ya no quieres estar conmigo”.

“Claro que quiero hermosa, ese es el problema,  aun tu herida es reciente y tengo tantas ganas de estar contigo qué no se si pueda contenerme, puedo lastimarte, además niña traviesa, estamos en el hospital aun”, ambos reímos a carcajadas

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