Contigo -
Capítulo 72
Capítulo 72:
POV: Alonzo.
No sé qué paso por mi cabeza al pensar que ella iba a aceptar algo como eso, ella nunca ha sido de las que se queda sentada.
Es activa y siempre está haciendo algo, se molestó por mi petición como era de esperarse pero no sé qué más hacer.
Se ve cansada y aunque le diga que tiene mi apoyo ella jamás se apoya en nadie, a este punto me da miedo que colapse.
Una vez termino el bendito juicio vi a Mónica más relajada, como si le hubiesen quitado una carga de encima.
Estaba en mi oficina leyendo mi correo cuando al abrir una de las cartas me encontré con un extraño mensaje:
[Más vale que la cuides]
Mire una y otra vez el mensaje tratando de pensar en quien lo había enviado, no decía a quién debía cuidar, revise el sobre y no había nada más, llame a mi jefe de seguridad y le dije que investigará el remitente.
Salí a almorzar con Mónica me gusta verla como siempre sonriente y llena de energía, queriendo comerse el mundo y yo claro que estoy dispuesto a dárselo.
Por fin acepto vivir conmigo, pero con la condición que compremos un apartamento o una casa entre los dos, si ella me lo pidiera le daría todo lo que tengo sin dudarlo pero sé que le gusta valerse por sí sola, siempre y cuando viva bajo el mismo techo qué yo voy a hacerlo a su manera.
Al volver al trabajo mi jefe de seguridad me informa que al parecer el remitente es de un lugar abandonado, le pido que este alerta, esa nota no parecía de broma.
Al llegar a casa aún sigo pensando en la nota y justo cuando el ascensor está por cerrarse el motivo de mis sonrisas aparece en mi vista, hermosa como siempre la abrazo y la beso una vez está a mi alcance.
Antonio muestra su incomodidad por nuestras muestras de afecto pero ya a estas alturas debe estar acostumbrado le pedí que bajara solo en el piso de Mónica, intercambiaron una mirada extraña entre ellos lo que me hizo pensar en que algo está sucediendo.
Una vez él se baja le pregunto a Mónica pero dice que hablaremos en casa.
Al entrar la empleada sigue aquí lo cual es extraño porque nunca espera a que lleguemos esa fue la orden que le di de la nada Mónica pregunta si mande a investigar a los nuevos empleados, eso sí me huele a gato encerrado.
Cuando me dice lo que está sucediendo mi cerebro al fin entiende la bendita nota de esta tarde, se refiere a Mónica.
Alguien está detrás de ella.
El primero en el que pensé fue Rodrigo pero Mónica descartó y su teoría no me parece descabellada.
Sería demasiado obvio que pensaríamos qué fue el pero no pienso dejar de observar cada uno de sus movimientos por las dudas.
Mande a Investigar a todos los cercanos a Mónica en este momento no confío ni de mi sombra, qué objetivo pretenden lograr al amenazarla y ponerme sobre aviso.
Toda esta situación me tiene estresado.
Si algo le sucede a Mónica me muero la estuve llamando cada hora para ver cómo estaba hasta que ella me pidió que me detuviera, qué estaba exagerando y tal vez si, pero solo quiero saber que está bien.
Recibí otra nota:
[No te esfuerces tanto, aun puedo llegar a ella]
Tome lo primero que encontré y lo lance contra la puerta en cuanto la leí no sé quién diablos está detrás de todo esto tengo a mi equipo de seguridad buscando hasta debajo de las piedras pero no logro dar con el culpable.
Eso me pone furioso.
Me gusta tener todo bajo mi control y esto en definitiva se me está saliendo de las manos.
Le propuse a Mónica irnos a una isla desierta y la verdad era algo que estaba en mi mente para la propuesta de matrimonio, pero ahora solo quiero sacarla de Los Ángeles y mantenerla a salvo lejos de todo y todos, si pudiera guardarla y protegerla en una caja lo haría sin pensarlo Llamo furioso a mi jefe de seguridad.
“Dime que tienes algo”, espeto molesto.
“Seguimos buscando señor”.
“Eso has dicho desde ayer y no tienes ni una pista”.
“Lo lamento señor”.
“Más lo vas a lamentar si alguien le toca aunque sea un cabello a mi mujer”, le digo.
“Hago lo que puedo con lo que tengo señor”, me responde.
“No es suficiente”.
Colgué el teléfono molesto, en el fondo sé que no es su culpa esos idiotas están haciendo un excelente trabajo para que no sepamos quienes son, pero no voy a dejar que lleguen a Mónica, sobre mi cadáver e incluso muerto jamás lo permitiría.
Llamo a Antonio con la esperanza que el equipo de seguridad tenga algo.
“Dime que tu equipo si tiene algo, qué saben quién está detrás de todo esto”.
“Señor creo que no es seguro que hablemos por teléfono”.
“¿Crees que los tengan intervenidos?”, le pregunto.
“En este momento creo cualquier cosa”.
“Tienes razón, mejor hablemos en persona”.
“Paso por usted en 10 minutos Señor”.
Tomé mi saco y bajé al estacionamiento a los pocos minutos una camioneta negra se estacionó, Antonio bajo el vidrio y me hizo una seña para que me subiera, una vez lo hizo me extendió la mano pidiéndome algo pero no entendía que así que lo mire con el ceño fruncido.
“Teléfono”, dijo apenas audible, se lo entregue y lo apago antes de ponernos en marcha.
“¿Qué sucede?”, pregunto un poco preocupado.
“Verá, ayer revise el apartamento de Mónica porque algo me tenía intranquilo y encontré algunos micrófonos, hay alguien infiltrado, además la camioneta donde ella se moviliza tenía un rastreador”.
“Maldición”, golpeo el tablero.
“Tranquilo viejo, el auto no tiene la culpa”, dijo Antonio.
“¿Cómo me pides que esté tranquilo?”, le gruño.
“Porque con la cabeza fría es como mejor pensamos, tenemos que revisar tu apartamento, ya revise las cámaras de ambos pasillos y ningún extraño ha entrado, además también tenemos que revisar tu auto”.
“Porque mi equipo de seguridad no ha encontrado ni siquiera eso”.
“Porque a diferencia de tu equipo de seguridad que solo te ven como su jefe, Mónica para mi es mi amiga y estoy dispuesto a todo para protegerla”.
“Puede que tengas razón, ella sabe sobre esto”.
“No, y no se lo digas, ya está muy nerviosa con la situación y Molesta por tener a Joseph pegado como un chicle pero él es quien la cuidaría como yo”.
“Aún no tienes una idea de quién puede ser”.
“No, esos idiotas se están cuidando muy bien, pero tarde o temprano cometerán un error y yo estaré atento”.
“Oye no te interesa ser mi jefe de seguridad”, rio a carcajadas.
“No creo que a Mónica le agrade qué le quites a su jefe de seguridad”.
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