Contigo -
Capítulo 54
Capítulo 54:
POV: Mónica.
“Eres única”
“Eso es mentira hay miles como yo, solo que tú no las conoces, me gusta cocinar, tu mamá lo hace también”
“No solo es la cocina cariño, no te importa ensuciarte las manos haciendo trabajo de campo en la hacienda, no te preocupa que tu perfecta manicura se dañe, o en los almacenes llenarte de polvo, si puedes ayudar a un empleado no lo dudas, me hace sentir orgulloso estar a tu lado”
“Amaneciste cursi”
“Para ti siempre”
Se acerca a mí, me toma de la cintura y me da un beso.
“Gracias, por decir esas cosas no creo que sea algo especial”
“Claro que sí, has visto a Ester hacer eso alguna vez”
“Ella es una niña mimada”
“Tú también cariño, tu papá y tu abuelo están dispuestos a darte el mundo, pero jamás se te subió el dinero a la cabeza”
“A ti tampoco”
“No, porque mamá me lo hubiese bajado de un golpe”
Reí por su afirmación y le di un pequeño beso.
“Tienes razón”
“Siempre preciosa”
Nos pusimos a desayunar y después nos dedicamos a ver series abrazados en el sofá, pedimos almuerzo y para cuando mi teléfono sonó con el mensaje de Miriam recordándome que íbamos a salir esta noche, Alonzo no pudo evitar mostrar su curiosidad.
“¿A quién le sonríes?”
Levanto mi vista del teléfono.
“A Miriam, me está recordando que hoy saldremos con los chicos”
“¿Vas a salir de fiesta?”, dijo con un puchero, me acerqué a él y le di un beso.
“Sí, también tengo que pasar tiempo con mis amigos, no seas egoísta”
“¿Puedo ir?”
“No te llevas con ellos”
Volvió a hacer un puchero.
“Sal con Miguel”
“Él no es tan lindo y se%y como tú”
Me hizo reír.
“Pero tiene lo suyo”
“Está bien, promete que no dejaras que otro chico se te acerque, solo bailaras con Miriam”
“Lo pensaré”
De la nada se colocó sobre mí en el sofá.
“Creo que tendré que dejar algunas marcas para que todos sepan que tienes dueño”
“Está bien, prometo que bailare solo con Miriam y Cristina”, dije rodando los ojos y él sonrió satisfecho.
Me preparo para salir con mis amigos, Alonzo observa cada uno de mis movimientos sé que quiere decir algo sobre mi vestido.
Es corto, negro, de satén y espalda descubierta, tirantes de espaguetis que se cruzan en la espalda.
“¿Sucede algo?”, le preguntó al ver que realmente quiere decir algo, pero no se atreve.
“Luces preciosa, pero…”
“¿Pero…?”
“Yo no estaré ahí”
“Lo sé”
“¿No quieres ponerte otro vestido?”
“No, este me gusta”
“A mí también, pero sé que todos te verán y querrán bailar contigo”, dijo acercándose a mí y tomándome de la cintura.
“No te preocupes, me sé defender sola, solo bailare con quien yo quiera”
“¿Por qué tienes que ser tan linda?”, dijo con un puchero.
“Entonces no te gustó por linda, vaya”
“Me gustas por eso y muchas cosas más, pero sé que también por lo mismo otros te ven”
“No tienes de que preocuparte”
“No me preocupa que tu hagas algo cariño, me preocupa que los demás se pasen de listos, no bebas mucho, ¿De acuerdo?”
“Sé manejar el alcohol, ya te dije me puedo defender”
“Está bien”
Me dio un largo beso y después junto nuestras frentes.
“Quiero quitarte ese vestido”, dijo con una sonrisa llena de picardía.
“Después”
“¿Es una promesa?”
“Puede ser”
“Te estaré esperando con ansias”
Salí de mi casa, hoy Joseph me cuidara ya que Antonio tiene el día libre y mis amigos están más acostumbrados a Joseph ya que es quien me ha cuidado toda la vida.
Pasamos por Cristina y Miriam y nos encontraríamos con los demás en una discoteca de moda.
Entramos al lugar y fuimos al área VIP James, Rafael, Santiago y Federico estaban ahí, estaba tan feliz de ver a mis amigos y de pasar tiempo con ellos.
Comenzamos a beber y a hablar de todas nuestras anécdotas, juntos decidimos ir todos a bailar, bajamos a la pista de baile y comenzamos a divertirnos.
Después de un rato bailando de repente siento que alguien me abraza por la espalda, me aparto bruscamente de la persona y volteo a ver al idiota ese.
Me sorprendo al ver que se trata de Rodrigo.
“Te mueves bien”, dice con una sonrisa que me dio escalofríos.
“¿Quién te ha dado permiso de tocarme?”
“Vamos Mónica, casi lo pedías a gritos por la forma en que te estás moviendo, estás caliente”
“Mónica ¿Todo bien?”, pregunta Federico acercándose a mí y tomándome de la cintura mientras ve con el ceño fruncido a Rodrigo.
“Esto se pone interesante, ¿No me digas que también sales con él? Vaya Mónica, eres más traviesa de lo que esperaba”
“¿Conoces a este idiota?”, pregunta Federico.
“Para mi desgracia sí, trabaja en la empresa”
“Vaya, al parecer no conoce su lugar”, dice Federico viéndolo de pies a cabeza con cara de asco.
“Y según tú niño ¿Cuál es mi lugar?, respondió Rodrigo con arrogancia.
“Entiendo que fuera de la oficina no la veas como tu jefa, pero deberías respetarla como dama, te pido por favor que nos dejes en paz, solo nos estas amargado”
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