Contigo -
Capítulo 46
Capítulo 46:
POV: Mónica.
Llegamos a la que será mi oficina, tiene un gran ventanal desde donde se puede ver la ciudad, es amplia.
“Pensé en darte mi oficina, mandé a quitar toda mi decoración para que la decores a tu gusto”
“¿Y tú? Aun no te vas, dijiste que esperarías al divorcio”
“Lo sé, pero ya no voy a necesitar todo este espacio tengo una más pequeña al final del pasillo solo para cuando la necesite”
“Puedes quedarte aquí y lo sabes papá”
“Es mejor que todos te vean ya como la directora de esta compañía”, dijo dándome un beso en la frente.
Después dimos un recorrido por la empresa, ya la conozco como la palma de mi mano, pero papá dice que es mejor que me presente en persona con los empleados.
Al medio día vamos a Almorzar, Ester papá y yo.
“Estoy muy orgulloso de las dos espero se apoyen en todo”
Ambas solo sonreímos, la verdad no nos llevamos bien.
“Ester, sabes que el termino de mi relación con tu mamá no tiene nada que ver con mi relación contigo, sigues siendo mi hija”
“Gracias”, dijo Ester de manera tímida.
“Tienes mi apoyo en todo lo que quieras”, le dijo papá.
“Bien, hora de comer, me encanta almorzar con mis dos hijas”, dijo con su brillante sonrisa.
Al terminar de Almorzar, papá tenía que ir al despacho de su abogado para iniciar su trámite de divorcio Ester y yo fuimos a la oficina.
“Ester podrías facilitarme los informes del último trimestre por favor”, le dije de manera amable.
“No soy tu secretaria Mónica, ve y búscalos tu misma”, dijo frunciendo los labios antes de marcharse.
Bueno, al menos sigue siendo la misma pesada de siempre.
Veo a Estela la que antes era la secretaria de papá y ahora la mía en su escritorio.
“Estela, ¿Crees que podrías conseguirme los informes del último trimestre por favor?”
“Claro señorita, en un momento se los llevó, por cierto, el Joven Spencer la espera en su oficina”
Eso último me extrañó, pensé que tenía trabajo que hacer y ahora está aquí.
Entro a mi oficina y lo veo con una brillante sonrisa acercarse a mí, intenta darme un beso, pero lo esquivo, me mira con el ceño fruncido.
“¿Qué te trae por aquí?”, pregunto ignorando su expresión.
“Quería invitarte a almorzar, pero llegue tarde, Estela dijo que saliste a almorzar con tu papá”
“Sí”
Me solté de su agarre y me dirigí al escritorio.
“Estás siendo muy dura”
“Alonzo, las cosas no funcionan como tú dices o quieres a la hora que quieras, ¿Pensaste que al verte iba a saltar a tus brazos?”
“A decir verdad, algo así me imaginé”
“No tengo tiempo para escenas de película, tengo mucho que hacer y hasta donde se tú también”
“No me amas”
“Sí, sí te amo, pero me amo más a mí y ahora tengo que demostrarles a muchas personas que soy capaz de manejar esta empresa, no puedo estar jugando contigo como cuando era una adolescente”
“No necesitas demostrarle nada a nadie, ellos solo lo tienen que aceptar”
“Para ti es sencillo, eres hombre, nadie cuestiona tu capacidad, para las mujeres el mundo es diferente, asumen que por ser sentimentales no somos capaces de manejar una empresa como esta”
“Amor te he visto desde hace años, sé que tienes la capacidad, la mayoría en este edificio creen que saber sobre algunos números y balances es suficiente para manejar todo esto, pero tú no, tú haces eso y mucho más y lo haces desde que eras una adolescente, desde que te vi manejar la hacienda como toda una profesional a los dieciséis años quedé embobado”, dijo con una dulce sonrisa.
“Gracias, ahora me toca enseñarles a todos esos idiotas de traje que si puedo”
“Lo harás genial”
Escucho que tocan la puerta.
“Adelante”
Estela entra con varias carpetas en la mano.
“Aquí está lo que me pidió”
“Gracias Estela, déjalas ahí”
Pone las carpetas en el escritorio y se retira.
“Eso se ve como mucho trabajo”, dice Alonzo viendo hacia las carpetas.
“Tengo que revisar lo del último trimestre para saber dónde estoy parada”
“Está bien, te dejo para que trabajes”
Se acerca a mí y me da un casto beso en los labios.
“Te veo al rato preciosa”
Sale de mi oficina y comienzo a revisar los documentos. Después de varias horas escucho unos golpes en la puerta.
“Adelante”, digo sin despegar mi vista de los documentos, a los pocos segundos, Rodrigo habla haciéndome mirarle.
“Necesito que apruebes estos documentos”
“Colócalos ahí, en un rato los reviso”
“Solo necesitas firmarlos yo ya los revisé”
Dejo lo que estoy haciendo y lo miro seria.
“No voy a firmar nada hasta no revisar que es, no soy idiota”
“Tu papá confiaba en mi”, dice en tono altanero.
“Yo no soy mi papá y no te conozco, de ahora en adelante voy a revisar y a estudiar los documentos antes de firmarlos, te guste o no”
Me miró muy molesto, puso los documentos en el escritorio y se retiró.
Siento que este hombre va a hacerme la vida imposible, al terminar el día estaba agotada, baje al estacionamiento y Antonio estaba esperando por mí
“¿Qué tal tu primer día jefa”
“Horrible, necesito gente de confianza a mi lado, las personas aquí quieren hacerme la vida imposible, ¿Crees que Maga acepte si le ofrezco trabajo?
Me miró con una amplia sonrisa.
“Lo estás haciendo por mí”
“No, lo hago por mí, créeme que en ti es en el que menos pensé, ella es muy buena en su trabajo”
“Eres cruel”
“Pero me adoras”
“Como sea, ¿A dónde vamos?
“Al nuevo departamento”
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