Contigo
Capítulo 4

Capítulo 4:

POV: Alonzo.

Conozco a Mónica de toda mi vida, antes solía jugar mucho con ella, pero después dejó de interesarme pasar tiempo con ella y comencé a pasarlo con mis otros amigos lo que hizo que me distanciara.

Ahora no sé cómo hablarle o como volver a ser su amigo, siento que estamos en páginas diferentes.

Ella tiene una personalidad brillante y burbujeante, mientras yo soy más serio y frio, no tenemos nada en común.

Acompañé a mis padres a un evento de los Harper, pero estaba tan aburrido. La hermanastra de Mónica no dejaba de coquetear conmigo, la mocosa, creo que tiene 14 años.

A pesar de su corta edad es muy bonita y tiene un excelente cuerpo, pero es tan irritante, puede parecer físicamente una mujer, pero su personalidad es la de una niña todavía.

Cuando Mónica y su abuelo aparecieron en el evento no pude dejar de verla, desde esta mañana que la vi en la escuela quise saludarla, pero no me atreví, seguramente quedaría como un idiota frente a ella.

Es imposible que ella no llame la atención, es una niña muy hermosa, siempre lo ha sido.

Esta noche trae un elegante vestido que resalta su figura, llama tanto la atención por su elegante porte.

No necesita mostrar nada de piel para que todos la miren, su rostro parece el de un ángel, sus ojos azules llaman la atención y hacen que te pierdas en ellos, sus carnosos labios casi te piden ser besados, sus cabellos caen sueltos con unas sutiles ondas y su piel tan blanca me provoca dejarle una marca,

‘Demonios ¿Qué estoy pensando?, ella apenas cumplió 16 y yo 18, tengo que sacar eso de mi mente’

Su abuelo sugirió que debía casarme con su nieta, y por mi sucia mente solo me imaginé que, si eso sucedía, podría hacerle el amor tanto como me apeteciera. Se ve tan inocente y algo en mi interior dice que soy yo quien debería tomar esa inocencia.

Ella se disculpa por los comentarios de su abuelo y dice que tengo novia lo que me toma por sorpresa.

Yo no tengo novia, tengo chicas con las que suelo desestresarme, pero ninguna es formal, no se de dónde saco esa idea. odio que inventen relaciones que no tengo, pero ella se escucha muy segura, debo saber de dónde sacó esa idea para aclararlo.

Ella se disculpó y fue al baño, la seguí y una vez salió la encaré, me dijo que en la escuela había escuchado que Rita es mi novia. No voy a negar que me he divertido con Rita, pero solo somos amigos con beneficios, no soy su novio, ni me interesa serlo.

Si es que algún día llego a formalizar con una mujer tiene que ser con una dama y en definitiva Rita no es ese tipo de mujer.

Ella salta de una cama a la otra sin preocupación, no digo que esté mal, a mí me beneficia, pero no la veo como mi novia, no pienso ser un cornudo.

Su mirada se conecta con la mía por un instante sus ojos son como el océano, te puedes perder en ellos, volví a la realidad cuando su hermanastra llegó, esa niña me fastidia así que me fui de ahí.

Al día siguiente Miguel, mi mejor amigo, llegó burlándose de mí.

“Viejo, te comprometiste con la princesa, ayer te dije que me gustaba y tu vas y la haces tu prometida. Eso no se hace viejo”

“¿De qué diablos hablas?”

Me mostró las fotografías del día de ayer, odio a los malditos medios solo nos vieron juntos ni siquiera saben lo que hablaron nuestras familias, pero ellos ya hablaban de compromiso.

No es que me moleste que digan que tengo algo con Mónica, eso alejaría a los buitres, pero sé cómo son en esta escuela, no tardarán en hacerle la vida imposible.

“M¡erda, te veo después”, le dije a Miguel.

Busqué a Mónica, pero no la encontré, tenía que entrar a mi primera clase, la buscaría después. En la siguiente clase la busque, me costó encontrarla porque entre clases los pasillos son un caos.

La vi, pero lo que llamó mi atención fue el chico que estaba detrás de ella con mirada desafiante, seguí su mirada y ahí estaba Rita sosteniendo a Mónica del brazo.

“Rita”

Llame su atención, ella me dio una absurda explicación de su actuar y el chico detrás de Mónica la desmintió.

Me siento molesto al ver la cercanía de ese chico con Mónica.

Ella le sonrió y se fue con él de la mano. Maldición, no sé por qué me molesta tanto.

“Bebe, esa niña solo quiere guindarse de ti”, dijo Rita y la miré molesto.

“Te he dicho mil veces que odio que me digas así”, dije en tono severo.

“No quiero que molestes a Mónica, si no, no respondo Rita”

“Entonces es cierto, te comprometiste con ella, aceptaste un matrimonio arreglado cuando siempre dices que nunca lo harás”

“No es mi prometida Rita, deja ese rumor que inventaron los medios, nuestras familias son socios, y nos conocemos de toda la vida”, le dije a Rita.

“Lo del compromiso es solo un chisme que inventaron los medios por que no tenían nada que hacer, no quiero que la molesten por mi culpa, así que mantente al margen”

Me sonrió y enredo su brazo en el mío.

“Está bien, sabía que todo era mentira”

Me solté de su agarre.

“Tengo clases”

Me fui y ella parecía molesta, pero no me importa, no puedo sacarme de la cabeza al tipo que se fue con Mónica.

Hoy vamos a evaluar a los nuevos reclutas para el equipo de Fútbol americano, no les estaba prestando atención.

La verdad estoy aquí porque soy el capitán, pero estoy de mal humor desde esta mañana no quiero estar aquí.

Estaba sentado, perdido en mi teléfono cuando Miguel llamó mi atención.

“Mi princesa vino a la práctica”

Levanté la vista y miré a Mónica hablando con el chico de hace rato y otro. Ambos traen uniforme, al parecer quieren entrar a mi equipo.

Los mire con una sonrisa de lado, vamos a ver si tiene lo que se necesita.

Había otros chicos con ellos, pero yo no podía dejar de verla a ella.

“Empecemos”, les dije a todos.

Hice sufrir al noviecito de Mónica y no voy a decir que no me divertí, pero el niño tiene agallas, soportó todo el entrenamiento.

“Oye”, dijo Miguel.

“¿Puedes dejar al chico en paz?, tiene talento, pero así lo vas a matar”

“No sé de qué hablas”

“Le estás exigiendo demasiado al amigo de la princesa, ¿Acaso estás celoso que sea amigo de tu prometida?”

“No es mi prometida, ya te dije que es un chisme”

“Pues no lo parece”

“No digas idioteces”

Terminamos el entrenamiento cuando discutimos con el entrenador y el resto del equipo quienes habían pasado la prueba de los nuevos.

Me molesto admitir que el noviecito de Mónica y su otro amigo habían pasado, son buenos, así que tuve que dejarlos entrar.

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