Contigo
Capítulo 29

Capítulo 29:

POV: Mónica.

El verano terminó en un abrir y cerrar de ojos. Alonzo y yo pasamos la mayor parte del tiempo juntos mientras nos fue posible. Hoy estábamos volando a Massachusetts por que se mudaba para empezar la universidad, vamos con sus padres.

Voy acurrucada a su lado en el avión, ya no lo voy a ver a diario al menos no en persona, no lo voy a poder abrazar o besar todos los días, tal vez estoy siendo infantil, pero me acostumbre tanto a su presencia.

El avión aterrizó y una camioneta nos esperaba en el aeropuerto privado, primero iríamos al pent-house qué sus papás compraron para él y después a arreglar unas cosas al campus.

El pent-house era enorme para una sola persona, pero su papá insistió en que sería lo mejor ya que tanto ellos como yo viajaríamos seguido, sería más cómodo hospedarnos aquí.

Toda la decoración del lugar era sobria, muy al estilo de Alonzo, su mamá insistía en ponerle un poco de color, pero todos ignoraron su comentario.

Después de dar un recorrido por el campus fuimos a cenar con sus papás, solo estaremos aquí un par de días, Alonzo tiene que terminar de instalarse y yo debo volver a casa pues comienzo un nuevo año en la secundaria.

Esos días se pasaron volando y de repente yo estaba de vuelta en Los Ángeles, sentía una presión en el pecho.

Alonzo y yo siempre nos estábamos escribiendo, hablando por teléfono o teniendo video llamadas.

Mi primer día en la escuela llegó, me siento emocionada, baje a desayunar sola porque papá estaba de viaje con Nicol y ni idea de dónde estaba Ester.

Tomé las llaves de mi auto y me dirigí a la escuela, al llegar me molesto ver un auto estacionado en mi lugar habitual, pero no iba a amargarme por eso, busqué otro lugar y entre.

Todo se ve exactamente igual que el año pasado con la diferencia que no está Alonzo.

Fui a mi casillero y mis amigos no tardaron en llegar, obviamente pase tiempo con ellos en las vacaciones así que fue como si nos hubiéramos visto apenas ayer.

Fui a mi primera clase y al parecer ninguno de mis amigos iba a estar conmigo, entré al salón y vi varias caras conocidas y otras nuevas, me senté y de repente un chico se sentó a mi lado, pude escuchar los murmullos de los demás.

“Hola, soy Federico”, dijo con una gran sonrisa.

Federico era un chico de tez blanca, fornido, con ojos color miel, alto y bastante atractivo.

“Mónica!”, dije de manera simple, no lo había visto antes.

“Soy nuevo aquí, estoy algo asustado”, dijo de forma que solo yo lo escuché.

“No tienes por qué, la mayoría aquí son amables”

El profesor entró e interrumpió nuestra conversación para iniciar la clase y al terminar Federico ya era mi amigo, resultó que teníamos varias clases juntos y lo invité a almorzar con mis amigos. Ellos lo recibieron de la mejor manera, y rápidamente encajó en nuestro grupo además teníamos a Cristina, la nueva amiga que Miriam había hecho, al parecer este año el grupo será más grande.

Al llegar a casa de la escuela mi nana subió con mi merienda, le conté sobre mi día y sobre mis nuevos amigos y después me di un baño.

Me puse ropa cómoda y llamé a mi hermoso novio quien no me contestó, seguramente está ocupado, así que decidí llamarlo más tarde.

Me puse a hacer mi tarea y un par de horas después Alonzo me llamó

“Amor, lo siento, estaba ocupado, no miré tu llamada hasta ahora”

“No te preocupes, no pasa nada”

“¿Qué tal tu primer día en la escuela?”

“Bien, pero me hiciste falta”

“No te preocupes, te acostumbraras, algo nuevo que quieras contarme”

“Sí, hice nuevos amigos”

“¿De verdad?”

“Sí, Cristina y Federico”

“Me alegro amor”

Estuvimos hablando de cosas sin sentido un rato más hasta que mi nana me aviso que la cena estaba lista.

Bajé y Ester estaba en el comedor.

“Vaya al parecer estás contenta con la ausencia de Alonzo”, dijo apenas me vio con una ceja levantada”

“Niña, ¿No tienes nada mejor que hacer que fastidiar?”

“Él no tardará en aburrirse de ti, están en etapas diferentes de la vida, él es todo un universitario y tú una niña de secundaria, pronto se olvidará de ti”

“Sigue soñando Ester”

Tomé mi cena y me dirigí a la cocina, mi nana y los demás empleados estaban cenando ahí, ellos son mil veces mejor compañía qué Ester.

Rápido todo comenzó a tornarse normal, me había hecho bastante cercana a Federico, aunque eso había traído consigo un par de peleas con Alonzo, ya que en varias ocasiones que él hizo una video llamada Federico estaba en mi casa.

No estábamos haciendo nada malo, de hecho, estábamos trabajando en proyectos que nos habían dejado en la escuela, Alonzo se molestaba y pasábamos días sin hablarnos. Yo viajaba una vez al mes a visitarlo y sus compañeros de universidad se la pasaban metidos en su casa, no nos dejaban estar solos.

Aun así, siempre tratábamos de resolver nuestros problemas y hablábamos de lo que nos molestaba siempre y cuando no estuviéramos enojados ya que sabíamos que si lo hacíamos enojados terminaríamos diciendo cosas hirientes.

Si alguno se enojaba nos dábamos un espacio prudente hasta que se nos pasara y después hablábamos.

Acción de gracias llegó y yo estaba más que feliz, pues Alonzo tenía unos días libres en la universidad y vendría a Los Ángeles.

Me desperté temprano y me alisté para ir al aeropuerto a recibirlo, esperé en la camioneta y me bajé una vez las puertas del avión privado se abrieron, lo vi bajar del avión y sonreí, el me vio y sonrió también.

Corrí hacia él y me atrapó en sus fuertes brazos mientras yo me aferraba a él como un Koala, con mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura mientras lo besaba.

“Te extrañé”, dije mientras le daba muchos besos.

“Yo también te extrañé amor”, dijo con una bella sonrisa.

Escuché que alguien aclaro su garganta detrás de él y mire a una de sus amigas de la universidad creo que se llama Isabel, Alonzo me dejó en el piso y tomó mi mano.

“Amor, ya conoces a Isabel”

“Hola, Mónica, qué sorpresa que tú nos recibieras”, dijo con una falsa sonrisa.

“No sabía que venias”, dije con una sonrisa forzada.

“Sí, bueno, Alonzo sabe que mi familia está en Inglaterra y me iba a quedar sola en el campus por las festividades así que me ofreció su casa”

“Sí, él es así de dulce”, dije disimulando mi molestia.

Alonzo me miró con el ceño fruncido, pero no dijo nada.

Camino a su casa la tal Isabel no dejaba de hablar de todas sus anécdotas con Alonzo, la verdad, estaba fastidiada de ella, una vez llegamos a su casa la mamá de Alonzo nos esperaba afuera y al parecer ella tampoco sabía que Isabel venía pues su cara lo decía, aunque rápidamente lo disimulo

“Hijo me hubieras avisado qué traías a tu amiga”, dijo la mamá de Alonzo.

“Lo siento mamá, fue algo de último momento”

“No importa, los amigos de mi hijo siempre son bienvenidos”

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar