Atrapada con un doctor
Capítulo 80

Capítulo 80:

Aparte de Teresa, también había otra mujer que recibió la foto en la que Arvin abrazaba a Angela.

Era Lily. Inmediatamente se puso las gafas, miró la foto y se rio a carcajadas.

Arvin y Angela son el uno para el otro. Angela no la había defraudado.

Angela no se enteró de que la seguía un montón de gente.

Estaba cenando con Arvin en el restaurante llamado Private Kitchen.

«Refrigerador sin Alma…» Angela recordó el incidente en su laboratorio de investigación y desarrollo y se emocionó mucho al soltar el apodo de Arvin.

Arvin la miró fríamente. Al instante, Angela disimuló la vergüenza con una gran sonrisa. «¡Oh, querido chico guapo!»

«Sabes, la gente decente no suele hablar cuando está comiendo».

Después de media hora, Arvin y Angela salieron del restaurante.

Arvin caminaba a grandes zancadas mientras Angela le seguía con pasos de bebé.

Pronto había bastante distancia entre ellos, así que Angela tuvo que correr para seguir a Arvin.

Le agarró de la mano y le dijo despacio: «Señor guapo de piernas largas, ¿Podría caminar despacio, por favor?».

Arvin la miró y abrió la boca: «¿Sabes por qué en Corea del Sur las chicas llaman a los chicos ‘oppa guapo de piernas largas’?».

Angela no sabía nada de esto. Sólo había ido tres veces y todas habían sido para hacer turismo.

¿A quién le importaban estas cosas?

Llamar ‘guapo’ a los chicos era sólo una moda. En la mayoría de los programas de televisión, los protagonistas siempre llamaban a los chicos ‘oppa guapo’, ¿No?

«De acuerdo con la edad, tú eres mi ‘oppa’, ¿No?»

‘Oppa en coreano significaba hermano mayor en chino. No tenía nada de malo’. pensó Angela.

«Sí, significa hermano mayor, pero normalmente se utilizaba para llamar a una persona con la que estás muy familiarizado y…». De repente, Arvin dejó de caminar y miró fijamente a los ojos de Angela mientras decía en tono serio: «Sólo entre parientes cercanos».

Oh… La última frase le sonó un poco exagerada a Angela. Se sintió incómoda.

Arvin no dejó de hablar. Y añadió: «Si estás hablando con un hombre corriente o a quien respetas mucho, puedes añadir su nombre de pila antes de oppa».

«¿En serio?” Angela nunca había oído hablar de esto.

Con la mano alrededor del brazo de Arvin, Angela estaba confusa, pero no se molestó en pensar más en ello.

En cuanto llegaron al aparcamiento, Arvin la empujó suavemente hacia la puerta de su coche.

Se apoyó en la puerta con el brazo y le susurró al oído: «¿Así que me llamarás oppa porque tienes una relación íntima conmigo?».

Arvin tenía una voz tan hermosa que Angela casi se sumergió en ella.

En el fondo de su corazón, le gustaría asentir. Sin embargo, decidió sacudir la cabeza en señal de desaprobación sólo para salvar su rostro: «¡Ya te gustaría!».

Luego subió rápidamente a su coche y se sentó en el asiento del copiloto.

Al mismo tiempo, cuando abrió la puerta del coche, los ojos de Arvin se llenaron de tristeza.

Pronto llegaron al apartamento de Arvin.

Cuando ambos se pusieron las zapatillas, Arvin agarró la mano de Angela y registró su huella dactilar en el escáner que había en la cerradura de su puerta.

Angela estaba muy emocionada, pero no se portó mal. Se limitó a hacerle una broma: «¿No te preocupa que pueda robarte cosas?».

Tras confirmar que la huella dactilar de Angela podía abrir la puerta de su apartamento, Arvin cerró causalmente la puerta y dijo: «Adelante. Llévate lo que quieras. Puedes llevarte todas mis cosas si quieres».

En realidad, ella no quería nada, excepto…

Antes de que pudiera decirlo, Arvin la miró a los ojos y supo al instante lo que estaba a punto de decir.

Inmediatamente le advirtió: «¡Excepto mi laboratorio de investigación y desarrollo!».

Angela estaba a punto de abrir la boca, pero al oír sus palabras, la cerró de inmediato.

Quería su laboratorio de investigación y desarrollo.

Para disimular su inquietud, Angela fingió que no le importaba.

«No me importa en absoluto».

Sin embargo, le importaba mucho. Entonces, corrió inmediatamente al Laboratorio de investigación de Arvin.

Arvin permaneció inmóvil en la sala durante unos segundos.

Finalmente, la siguió para ver qué iba a hacer en su laboratorio y para hacer algo de trabajo también.

Sabiendo que estaban juntos en la misma habitación, sintieron que era suficiente.

Se sentían felices y contentos.

Después de ocuparse de sus asuntos, Arvin siguió estudiando su fórmula. Cuando se sentía atascado, se dirigía inmediatamente a su laboratorio para practicar un poco.

Llevaba una bata de laboratorio y se puso una mascarilla junto unos guantes mientras caminaba. Tras empujar la puerta, vio la figura de Angela y recordó que ella también estaba aquí.

Se acercó a ella en silencio.

La niña murmuraba mientras sostenía dos frascos de dr%ga en las manos: «¿Cuál es su eficacia? ¿Cómo pude olvidarlo? ¡Oh, ya me acuerdo! Esto es tóxico. Nunca debería tocarlo…»

Angela bajó inmediatamente la botella de dr%ga.

Al ver eso, Arvin sintió un alivio instantáneo y dijo: «¿Qué has inventado durante los últimos 130 minutos aquí dentro?».

Angela se dio la vuelta, agarró un frasco con cuentagotas y lo agitó. «¿Lo ves? He hecho esto y lo he puesto en el frasco cuentagotas. La gente no puede hablar durante un rato si se lo rocías en el rostro».

Arvin no tenía nada más que decir excepto: “¿Podrías inventar algo útil, por favor?».

Sin embargo, Arvin estaba bastante sorprendido de que Angela fuera capaz de inventar un spray en dos horas.

A Angela no le importó la actitud grosera de Arvin. Se limitó a dejar el frasco cuentagotas y le contestó: «Depende de mi estado de ánimo».

Arvin echó un vistazo a su reloj de pulsera. Era casi medianoche. «Deberías irte a dormir ya». Arvin instó a Angela.

«Tómatelo con calma. Todavía estoy sobria».

Angela llevaba mucho tiempo sin tocar estas botellas.

«¿Cómo es que parece que hace años que no entras en un laboratorio de investigación?». Eso era una locura. Por lo que Arvin sabía, la casa de Angela tenía uno en el segundo piso.

Al oír la pregunta de Arvin, Angela respiró hondo. «¡Oh, por favor, ni lo menciones!».

Luego, sonrió satisfecha y se dio la vuelta para mirar a Arvin. «¡Pero debería darte las gracias!»

Él no entendía por qué decía eso, así que se limitó a mirar a Angela confundido, esperando a que hablara y explicara su razón.

Angela se sintió incómoda, pero no tuvo más remedio que decirle la verdad a Arvin. «Desde que quemé el laboratorio de Sven dos veces, mi padre y Sven me prohibieron entrar en su territorio, mucho menos construir mi propio laboratorio de investigación. Eso me volvió loca. Ahora que te he conocido, Refrigerador sin Alma, ¡Me has ayudado con mi sueño! Me has permitido emerger inventando y creando cosas nuevas. Estoy tan emocionada. ¡Para! ¿Qué haces? ¿Por qué me alejas?».

Al oír la razón por la que no se le permitía entrar en su propio laboratorio, Arvin empujó instantáneamente a Angela fuera de la habitación.

Tras entrar en la sala de desinfección, Arvin se quitó la mascarilla y los guantes, advirtió a Angela: «¡No vuelvas a acercarte a mi laboratorio!».

Para Arvin, que Angela quemara accidentalmente su centro era lo de menos. Sin embargo, mucha de la sustancia peligrosa que contenía explotaría tras quemarse y desprendería aire tóxico…

No podía imaginarse que Angela sufriera daños en una situación así.

Después de todo, su seguridad era lo más importante.

Angela no podía entender la buena intención de Arvin y se sintió como si no la quisieran, otra vez. «¡Eres tan parecido a Sven y a mi padre! Los odio».

Todo el tiempo pensó que Arvin era bueno con ella porque le permitía entrar en su laboratorio, a diferencia de Sven y su padre. Sin embargo, se equivocó.

Cuando Arvin vio que Angela se enfadaba, le explicó pacientemente: «Me has entendido mal. Sabes que las cosas del laboratorio son bastante peligrosas. ¿Y si algo explota y yo no estoy allí para salvarte?».

.

.

.