Atrapada con un doctor
Capítulo 78

Capítulo 78:

Una de las enfermeras respondió: «Bien. Se trata de trabajo, pero… ¿Realmente necesitan hablar de trabajo todos los días? ¿Incluso a la hora de comer?».

Angela se limitó a asentir.

Resultó que Nita y Arvin trabajaban juntos todos los días, ¡Incluso durante las comidas!

Mientras pensaba en esto, Angela perdió inmediatamente el apetito para comer.

Sentada frente a Angela estaba Nancy. La agarró de la mano y la consoló. «¿En qué estás pensando? Están diciendo tonterías. Déjalas en paz».

Angela negó con la cabeza. Sabía que lo que decían podían ser estupideces, pero aun así se sintió incómoda al oírlas.

¿Qué le pasaba?

Además, a Angela le pareció algo raro. Cuando salió del restaurante y se dirigía al departamento de hospitalización VIP, pudo oír a la gente hablar de Arvin por todas partes.

Oyó decir a unas enfermeras que estaban sentadas en el pabellón: «¿Sabes qué? El cumpleaños del Señor Gu es la semana que viene».

«Vaya. ¿Cómo lo sabes?»

«¡Un amigo del sobrino de mi tío conoce al Tío del Señor Gu y me lo contó!».

«Tal vez deberíamos darle algo al Señor Gu como regalo de cumpleaños»

«Vamos, ¿Has visto al Señor Gu recibir regalos de alguna mujer? Verás. Angela tuvo que colarse en el despacho del Señor Gu para darle las camisetas!».

Angela se quedó sin palabras.

Realmente quería preguntarles por qué siempre estaba involucrada en cualquier tema relacionado con Arvin.

¿Cómo era posible que siempre la atacaran verbalmente sin haber hecho nada malo?

Como estaba ansiosa por conocer a Arvin, Angela sentía un sufrimiento extremo durante sus horas de trabajo.

En un intento de aliviar su estrés, Angela llamó a Arvin en cuanto salió del trabajo, pero el teléfono siguió sonando durante mucho tiempo. Él no respondió a su llamada.

Lo hizo otra persona.

«Hola. El Señor Gu está en una operación ahora mismo. ¿Puedo hablar con usted?»

Fue una mujer quien contestó la llamada, y la voz sonaba muy parecida a… la de Nita.

¿Por qué Nita tomaría la llamada de Arvin? Y a juzgar por lo que había dicho Nita, parecía que Arvin no había guardado su número de teléfono.

En este caso, las cosas serían mucho más fáciles. De todos modos, Nita no sabía que era ella, así que Angela contestó al instante. «Sí. Estoy esperando a que salga del trabajo y me pregunto cuándo estaría disponible».

Esta vez, fue Nita quien se quedó callada. Miró el número guardado con el nombre de niña y se preguntó quién podría ser esa niña.

¿Por qué iba a esperar a que Arvin saliera del trabajo?

Metió la mano izquierda en el bolsillo de la bata blanca y preguntó con cuidado.

«¿Por qué esperas a que salga del trabajo?»

«¡Me prometió que… iría de compras conmigo!». Angela empezó a hablar sin control. Después de todo, pensó que no podía decirle que Arvin le había prometido llevarla a casa.

Cuando se cercioró de que era Nita la que estaba en la otra línea, Angela se vio de repente atrapada en un estado de ánimo hostil.

Tal hostilidad se desencadenó sin motivo. Ni siquiera la propia Angela se dio cuenta de su existencia.

«¿De compras?» Nita sonaba un poco suspicaz al respecto. Por lo que ella sabía, Arvin estaba muy ocupado todos los días y nunca lo había visto ir de compras. Así que no pudo evitar dudar de si la niña le estaba tirando un farol.

«¡Sí, le pedí que me llevara a agarrar muñecas!». Angela alardeó deliberadamente.

Como le había pedido a Nancy que se adelantara, paseó sola por el hospital mientras esperaba a Arvin.

Paseó cerca de un jardín y encontró un banco para sentarse. No muy lejos de ella, una joven pareja se besaba.

Cuando Angela estaba a punto de desviar su atención de la pareja, dejaron de besarse, por lo que pudo ver claramente al hombre que miraba hacia ella.

Era Randal.

Frunció el ceño, pensando por qué se habría cruzado de nuevo con Randal.

«¿Arv tomaría muñecas?» Nita se sintió más confusa. Nunca se imaginó a Arvin agarrando muñecas.

«¡Sí!»

Nita soltó una carcajada inesperada.

«Vamos, pequeña. ¿Me estás tomando el pelo? Arv nunca iría a tomar muñecas. ¿Sabes lo ocupado que está? Tiene tantas citas para operarse que no tendrá tiempo libre hasta finales del año que viene. Además, tiene que prepararse para las elecciones a director y asistir a varias fiestas relacionadas con el trabajo. ¿Cómo va a tener tiempo para salir contigo?».

Siendo un hombre de éxito, Arvin sí se merecía que una mujer excepcional como Nita le ayudara en su trabajo.

“Tiene tantas citas de cirugía que no estará libre hasta finales del año que viene… y se presentará pronto al puesto de director…».

A Angela nunca se le había ocurrido que Arvin estuviera tan ocupado.

Sin embargo, cuando lo pensó un poco más, se dio cuenta de que su padre también volvía poco a casa debido a su ajetreado trabajo, al igual que su hermano.

Angela y su madre rara vez los veían por casa.

Al saber que Arvin estaba muy ocupado, Angela seguía sin querer perder el hilo de su conversación con Nita. «Por muy ocupado que esté, aún tiene que encontrar esposa, ¿No?».

Nita sonrió satisfecha y contestó: «¿Quieres decir que Arv te convertiría en su esposa?».

Su desprecio disgustó a Angela. «¿Tú con Arv? Venga ya. No finjas que son íntimos. ¿Quién eres tú? ¿Eres la mujer o la novia de Arvin? ¡No le llames así! Incluso si no se casara conmigo, él nunca…»

‘Casarse contigo’. Angela se atascó con las dos últimas palabras al pensar en Teresa, la madre de Arvin.

‘Ya que a Teresa le gusta tanto Nita, ¿Es posible que le pida a Arvin que se case con Nita?’

Pensando en esto, Angela no quiso continuar más la conversación. «Bien. ¡Adiós!»

‘¿Teresa le pediría a Arvin que se casara con Nita? Si realmente arreglara que su hijo se casara con Nita, ¿Aceptaría Arvin?’

Angela reflexionaba sobre la posibilidad de que Arvin se casara con Nita.

«Angela. ¿Qué haces aquí? ¿Nos estás espiando mientras nos besamos?». Aquí llegó la molesta voz de Randal.

Angela tenía una mueca de desprecio en el rostro.

Estaba pensando en cómo desahogarse y descargar su ira.

¡Parecía que Randal y Susie habían tomado la iniciativa de sacrificarse!

«¿Te parece que te he estado espiando? ¡Eres un egocéntrico, Randal! Son como un chico malo y una amante. Les deseo un amor eterno».

Angela se levantó y se dispuso a marcharse con su mochila.

Lo que ella había dicho irritó tanto a Randal que incluso se le trabó la lengua durante un rato.

Tras unos segundos de silencio, finalmente dijo: «¡Angela! No seas prepotente».

Angela miró hacia atrás y los fulminó a ambos con la mirada. «Susie. ¿Es hora de que te pongas una inyección de ácido hialurónico? Aunque dudo que Randal pueda permitirse embellecerte el rostro con una dosis regular de ácido hialurónico”

Antes de que Susie pudiera siquiera responder, Angela le dijo a Randal: «Si no puedes permitirte proveerla, dímelo. ¿Quizá pueda darte una tarjeta de crédito o algo así? Considéralo caridad para que puedas permitirte el ácido hialurónico que tu novia puede usar para su rostro».

¿Qué quería decir ella con darle una tarjeta en caridad? Obviamente le estaba tratando como a un mendigo.

Las dos personas se sintieron tan agraviadas que ambas mostraron una mirada extremadamente irritada.

A Randal le encantaría darle una lección a Angela usando su puño si tan sólo Angela no hubiera aprendido artes marciales.

«Te lo advierto, Angela. No seas insistente».

«Estoy siendo insistente. ¿Y qué?» Angela se paró frente a Randal y Susie de forma arrogante mientras cruzaba los brazos.

Antes de marcharse, Angela se echó la mochila al hombro con elegancia y luego advirtió a Randal: «¡No vuelvas a molestarme o te envenenaré y te convertiré en mudo!».

Angela no presumía de esto en vano.

Tal vez, había heredado algún don de su padre, Chuck. Angela tenía talento para inventar fórmulas y preparar medicinas.

Era realmente eficiente en esos campos.

.

.

.