Atrapada con un doctor
Capítulo 360

Capítulo 360:

Fue al quinto día cuando por fin me decidí a preguntarle a mi padre. «Papá, ¿Dónde está Kris?»

Papá me echó un vistazo y luego respondió: «Él está ocupado con su trabajo en estos días, por lo que ha estado durmiendo en la oficina de la empresa últimamente. ¿Qué pasa, Pauline? Estás rara».

Me sentí tímida de repente, así que sonreí y respondí: «No pasa nada. Sólo que me resulta extraño no haberle visto en tantos días».

No sabía si eso había convencido a papá en aquel momento.

Una semana después, mi hermano me dijo que Kris había roto con su novia.

«¿Qué? ¿Sabes por qué?» le pregunté sorprendida a mi hermano mientras comía fruta en el sofá.

Sin embargo, él se rio y dijo con calma.

«No están casados. Y es un caso común para los novios. Así que no hay una gran razón detrás de su separación”

Sabía que era un caso común para mi hermano, pero para Kris sería totalmente diferente.

Obviamente, era extraño.

Kris no era un hombre desleal y poco confiable.

Por el contrario, era un hombre de una sola mente.

No se separaba de una chica una vez que decidía estar con ella, a menos que tuviera una buena razón.

Kris apareció casi medio mes después.

Le miré atenta y detenidamente, pero no encontré nada diferente.

Tenía el mismo aspecto que antes.

A mi madre le gustaba mucho la perla, y por eso decidí especializarme en diseño.

El día antes de irme a estudiar a Inglaterra, le pregunté a Kris: «¿Irías a Inglaterra conmigo, Kris?».

Me había acompañado desde mi infancia.

Aunque tenía que irme al extranjero para cursar estudios superiores, aún me resistía a separarme de él.

No me contestó inmediatamente, sino que me miró en silencio.

Después de un largo rato, respondió: «Pauline, pronto tendré que ocuparme de un contrato importante, así que…”

Kris me dio unas palmaditas en la cabeza.

Desde luego, no podía dejar pasar este contrato, porque gracias a él seguiría progresando en su carrera.

Me agarré a su brazo apresuradamente al oír esto y le pregunté: «Entonces, ¿Puedes despedirme mañana?».

Esta vez no declinó mi petición y me prometió que lo haría, con una leve sonrisa.

Pero yo estaba inquieta, así que me mordí el labio con fuerza y le miré sin pronunciar palabra.

Quizá él también percibió mi inquietud, así que me miró preocupado y preguntó: «¿Estás bien?».

Le miré fijamente y la preocupación de sus ojos me animó. «Kris, ¿Podrías alejarte de otras mujeres, ahora que no voy a estar a tu lado?», solté esas palabras. «Lo siento. Me refiero a…” Quería darle explicaciones, pero era incapaz de decir nada.

«Bien, te prometo que no lo haré».

Me respondió breve, pero muy firme sin hacer caso de mi continua inquietud.

Me quedé de piedra y mi corazón se aceleró a una velocidad alarmante.

Su ancha palma había estado acariciando mis mejillas, inconscientemente.

En ese momento le estaba cogiendo de los brazos, pero ahora los tenía enredados en su cintura.

Lentamente bajó la cabeza y cerré los ojos.

En cuanto sus labios tocaron los míos, oí que alguien llamaba a la puerta.

Me sobresalté y me asusté, así que luché rápidamente por apartarme de sus brazos, manteniendo cierta distancia con él.

Era mi padre, que llamaba a la puerta.

Nos miró con sus ojos penetrantes y finalmente me dijo: «Pauline, vuelve a tu habitación. Tengo algo que hablar con Kris».

«De acuerdo», respondí en voz baja.

A los veintisiete años, mamá organizó una cita a ciegas para Kris.

También tenía que asistir a un seminario médico con mi padre.

Dijeron que muchas personalidades del mundo de la medicina asistirían al seminario.

Cuando me saludó un joven, papá me lo presentó.

Es más, papá incluso me contó muchas cosas sobre aquel hombre, que parecía ser médico.

Sin embargo, no me interesaba.

Papá también se había dado cuenta de que yo andaba despistado y por eso me contó con franqueza el verdadero propósito de llevarme allí.

Como había alcanzado la edad de casarme, papá estaba ansioso por presentarme a alguien. Esperaba que me interesara el hombre que había seleccionado para mí.

Ahora que había leído la intención de papá, le pregunté tentativamente: «Papá, ¿Qué piensas de Kris?».

Mi padre me miró con sus ojos profundos, pero no dijo nada.

No me gustaba cuando me miraba así.

Sabía que tenía algo que decirme, pero se quedaba callado, así que no me quedaba más remedio que intentar leerle la mente.

Pero fracasé como siempre.

Kris actuaba a menudo de la misma manera que mi padre.

«Papá, ¿Por qué te quedas callado? Ya lo sabías, ¿Verdad? Sí, amo a Kris, así que por favor no me presentes a ningún otro hombre.»

Todo el mundo sabía que Arvin era una persona muy astuta. Así que estaba bastante segura de que era capaz de mirar a través de mi corazón, ya que era muy inteligente.

Sin embargo, nunca esperé que papá me refutara directamente.

Siempre me había querido mucho e incluso se esforzaba por darme todas las cosas bonitas del mundo que pudiera pedir. «No. No puedes estar con Kris», dijo papá.

«¿Por qué?» Me entristeció mucho oírle decir eso.

Mamá y papá habían criado a Kris desde pequeño, siempre decían que Kris era más brillante que mis hermanos mayores.

Pero ahora, ¿Por qué nos impedía estar juntos?

Era incapaz de averiguar la razón.

Esa noche, recibí la noticia de que Kris estaba gravemente herido y lo habían llevado al quirófano.

De repente me di cuenta de por qué papá me había impedido estar con él.

Kris había hecho contactos en secreto mucho antes.

Estaba creando una visión de su vida cuando yo estaba en el primer ciclo de secundaria quejándome de los pesados deberes.

Se juró a sí mismo que vengaría la muerte de sus padres.

La Reina Dianne, nunca despertó del coma y murió hace ocho años.

Le había acompañado desde que falleció su madre.

Kris era un hombre robusto y salió del dolor de perder a su madre en una semana.

Le oyó jurar que vengaría la muerte de ambos.

Ocho años después…… vengó a sus padres y masacró a sus enemigos en País H.

Pero también pagó por ello un alto precio.

Si papá no se hubiera dado cuenta de su peculiar comportamiento y no hubiera enviado ayuda al País H, Kris ya estaría muerto.

Papá comprendió que Kris le guardaba rencor desde hacía muchos años, así que le preocupaba que su objetivo de venganza me pusiera en peligro.

Y esa fue la razón por la que papá no me permitió estar con él.

Aunque consiguió vengar a sus padres con éxito, resultó gravemente herido en el proceso.

Papá dijo que había hecho todo lo posible para salvarlo.

Si Kris despertaba algún día, él ya no interferiría conmigo y que yo podría hacer lo que quisiera.

Decidí renunciar a la clasificación para el concurso de diseño de joyas para poder cuidar de Kris en el hospital.

Mi padre se enfadó un poco conmigo e incluso quiso pegarme.

Estaba decepcionado porque me había querido mucho y, sin embargo, yo lo había dejado todo por otro hombre.

Sin embargo, mi madre podía entender por lo que estaba pasando, ya que también era una mujer.

Mamá se puso delante de mí y detuvo a mi padre.

Todos los miembros de mi familia estaban preocupados por mí, ya que mi mente parecía desquiciarse un poco.

Pero, por suerte, gracias a nuestro incansable esfuerzo, por fin conseguimos que Kris volviera de la tierra de los muertos.

Un año y medio después, Kris por fin despertó.

Fui la primera persona a la que vio al abrir los ojos.

«Has adelgazado mucho», me dijo.

Seguí limpiándole el cuerpo para mantenerlo limpio.

«Sí. Perdí el apetito desde que no podías comer conmigo todos los días», le contesté.

Toda mi vida he sentido que estábamos destinados a estar juntos porque nacimos el mismo día en el mismo hospital.

Crecimos juntos a una edad muy temprana, pero nunca nos cansamos el uno del otro.

A los veintinueve años, mi deseo se hizo realidad y me casé con Kris.

Aunque nuestra boda no fue tan magnífica como la de mis padres, para mí siguió siendo perfecta.

Toda la gente del Imperio Shine recibió la noticia de que me había casado con Kris.

Era el yerno de Arvin y se llamaba Kris.

Después de la boda, prometí a mis padres que iba a vivir con ellos por el momento.

Un año más tarde, me quedé embarazada y Kris empezó a avanzar en su carrera y a estar ocupado con su trabajo todos los días. Pero hacía lo posible por cancelar muchas citas para pasar más tiempo conmigo.

El día que di a luz a nuestro bebé, Kris firmó un contrato por valor de diez mil millones de dólares.

Me agarró de las manos y me dijo en voz baja que ahora podría darnos a mí y a nuestro bebé una vida mejor.

Era un día soleado.

Mi hermano mayor se hizo cargo por fin y oficialmente del hospital de mis padres, mientras mi segundo hermano mayor se dedicaba a la política con mi tío.

Mamá viajó por el mundo con mi padre y yo me convertí en la esposa de Kris.

Por fin conseguimos la felicidad que mucha gente persiguió durante toda su vida.

Soy Pauline y espero caerte bien.

También espero que puedas vivir una vida feliz.

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Nota de Tac-K: Pasenla muy muy bien durante el fin de semana, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ٩(^◡^ )

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