Atrapada con un doctor
Capítulo 245

Capítulo 245:

«¿Quién… quién… quién era el hombre?», se preguntó mientras empezaba a llorar.

‘¿Qué pasó después de que me durmiera?’ se esforzó por recordar.

Lo último que recordaba era que Angela la había empujado a la piscina sin que nadie viniera a ayudarla.

‘¿Qué pasó cuando perdí el conocimiento? ¿Quién me durmió?’

Como médico, sabía claramente lo que le había pasado a su cuerpo, pero quería saber quién era el hombre que se había acostado con ella.

Cuando encendió la lámpara de la cama, el desorden de la habitación y el olor nauseabundo le provocaron náuseas.

Había c%ndones usados tirados por el suelo. Había… seis c%ndones.

¿Podría un solo hombre haber usado seis c%ndones o significa que me vi%laron varios hombres?

Nita empezó a temblar y a gritar sólo de pensarlo: «¡Ah! ¿Quién me ha hecho esto?”

Esto fue un golpe fatal para ella.

Tenía una vida perfecta. Era el modelo perfecto y disfrutaba de la sensación de ser admirada.

Sólo tuvo se%o con Derrick una vez, porque no tenía otra opción.

Pero ahora, ante la posibilidad de haber sido vi%lada por varios hombres, sería anormal que consiguiera mantener la calma.

Sin embargo, si ese hombre era Arvin, no se habría molestado.

Su rostro se sonrojó con esta suposición.

Entonces llamó a dos hombres para que la ayudaran a investigar lo que había ocurrido por la tarde, pero todos los camareros dijeron que no lo sabían.

Cuando pidieron el vídeo de vigilancia, el guardia de seguridad del hotel afirmó que la cámara de vigilancia de esa planta estaba estropeada.

Nita no se fiaba de lo que decían y fue en persona al departamento de seguridad. Pero, por desgracia, era como el guardia había dicho: la cámara estaba rota.

Esto la enfureció, ya que era la única forma de encontrar las respuestas que buscaba. No pudo llevar los c%ndones usados al hospital para que los analizaran.

Temía que la gente descubriera su secreto y no quería correr ningún riesgo que mermara su reputación.

No tuvo más remedio que tragarse el amargo trago en silencio.

Salió del hotel a medianoche.

Todavía estaba conmocionada y enfadada por lo que le había ocurrido esta tarde, así que no se dio cuenta de que se le acercaban dos hombres.

La metieron en un monovolumen y se marcharon.

Una vez metida en la furgoneta, le ataron las manos con cuerdas y le vendaron la boca. No pudo correr ni gritar pidiendo ayuda.

La furgoneta se detuvo para aparcar.

Ella seguía muy asustada.

Parecía un lugar muy tranquilo porque no oía ningún ruido.

Sólo una tenue luz de la calle les ayudaba a ver la carretera.

El edificio al que la llevaron era muy luminoso y estaba bien vigilado.

Su miedo se intensificó cuando lo vio.

Había un hombre sentado en un sofá de cuero con una mirada fría.

Era Arvin.

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