Atrapada con un doctor
Capítulo 144

Capítulo 144:

En el Hospital de Yao, Sven estaba discutiendo algo con Hogan cuando vio a su hermana salir del coche de Arvin.

Angela se sintió muy feliz, caminó hacia el departamento de investigación y desarrollo como un pájaro feliz.

Sven estaba sorprendido.

Incluso sin palabras.

‘El poder del amor’ pensó.

Por la noche, Daisy y Chuck se quedaron en el apartamento de Angela.

Dormían en su habitación mientras ella lo hacía en la de Nancy.

Cuando ella estaba jugando con su teléfono, entró Daisy.

«¡Mamá! ¿Por qué no estás dormida?». Daisy se agachó junto a su cama.

Dijo: «No puedo dormir. Estoy un poco preocupada por ti».

«¿Yo? ¿Qué pasa? ¡Todo está bien!»

Estaba cantando de alegría.

Daisy miró a su hija: «Angela, ¿Qué pasó en el almuerzo? ¿Qué te hizo Arvin?»

«Oh… en el almuerzo…»

Parecía que había pasado mucho tiempo, como un sueño lejano y medio olvidado.

Sin embargo, no podía decirle una palabra a su madre al respecto.

«No importa. Sólo me dolía la cabeza».

‘No le preguntes a Arvin. No le preguntes a Arvin. No le preguntes a Arvin’ Ella rezó en su interior.

«Entonces, ¿Por qué Arvin se disculpó contigo?»

«Porque… me hizo daño. Por eso me pidió perdón», mintió, cocinando cualquier cosa que surgiera en su mente.

Daisy la miró con mucho escepticismo. «Angela, dime. ¿Te gusta Arvin?»

En realidad, no necesitaba preguntar eso.

La respuesta estaba escrita en su rostro.

A Angela le gustaba Arvin.

«¡Mamá, no preguntes eso!”

Angela se cubrió el rostro con la colcha.

Daisy se la arrebató y tiró de ella hacia abajo para encontrar el rostro de Angela sonrojado.

Esto demostraba exactamente que a su hija le gustaba Arvin.

«Angela, ¿Le gustas a Arvin?».

Angela abrió la boca: «Quizá… le gusto. O tal vez no. No lo sé».

Después de todo, Arvin nunca lo dijo directamente.

Angela no podía asegurarlo.

Daisy no dijo nada.

Miró a su hija, que parecía una niña tonta. «¿Qué dirías si yo, por ejemplo, se lo preguntara mañana a Arvin?».

¡Horror!

«¡No! ¡Mamá, déjalo! No es tu problema».

‘¡No puedo dejar que mi mamá le pregunte a Arvin!’

Como sabía que Angela quería a Arvin, Daisy decidió tener una nueva visión de él.

Arvin era joven y prometedor, maduro que a su vez era firme, mientras que Angela era traviesa e inestable.

Daisy se sentiría a gusto si estos dos caracteres opuestos pero complementarios permanecían juntos.

Daisy se decidió agradablemente.

«Voy a visitar a Nancy. ¿Me acompañas?»

Como Nancy estaba herida y siempre había sido buena amiga de Angela, Daisy sabía que no podía negarse.

Angela asintió.

«Sí. ¿Qué te parece mañana por la noche, cuando termine mi trabajo?».

«De acuerdo. Cuídate en el laboratorio de investigación, ¿De acuerdo?».

Había estado preocupada por su hija desde la primera quemadura que había recibido en el laboratorio.

«¡Entendido, mamá! Estoy bajo supervisión. No te preocupes».

«¡Está bien!»

Más tarde, hablaron sobre detalles de la vida, Daisy sintió que comprendía perfectamente el pensamiento de Angela.

A la mañana siguiente, en una cafetería, mientras Angela estaba de servicio, Teresa y Daisy quedaron para tomar un café para charlar.

Al principio, charlaron agradablemente.

Más tarde, Teresa se dio cuenta de que Daisy siempre mencionaba a Arvin con verdadera avidez.

Así que fingió decirlo de manera informal: «Por cierto, Arvin se va a casar con Nita. Es la directora del departamento de ginecología y obstetricia. Está todo arreglado».

Un mes más tarde, sería año nuevo.

Si Rosa no aparecía, los padres de Nita exigirían a Arvin que se casara con ella.

Daisy se quedó atónita, cuando escuchó esto.

Resultó que a Arvin no le gustaba Angela.

¡Pero ella podía sentir que a Arvin le gustaba Angela!

¿Estaba equivocada?

Daisy recordó a la mujer estable y madura del Hospital Yao ayer.

En ese momento, estaba impresionada por la buena personalidad de Nita.

Aunque Daisy sabía que Angela no era tan madura como Nita, seguía creyendo que Angela era mejor.

Tal vez como madre, ¡Su propia hija es la mejor del mundo!

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