Atrapada con un doctor
Capítulo 14

Capítulo 14:

Inconscientemente, Angela ya se había bebido la mitad de la copa de vino.

Cuando Anthony volvió a su asiento, Angela miró a Randal, que estaba sentado a su lado. No hablaba demasiado.

No podía beber más. Si lo hacía, se emborracharía.

«Ellie, antes deberían comer todos. Mi madre me llamó cuando conducía y olvidé devolverle la llamada. Quiero llamarla ahora».

Ellie aprobó. «Vuelve pronto»

«De acuerdo».

Angela asintió con la cabeza a Randal. Agarró su teléfono y salió de la habitación.

Mientras caminaba por el pasillo, Angela recorrió los contactos de su teléfono para encontrar a alguien que pudiera venir a recogerla.

Justo en ese momento, vio a un hombre que salía de la habitación. Se fijó bien para reconocer de quién se trataba.

¿Es Arvin?

Se le ocurrió una idea. ¿Por qué no pedirle ayuda a Arvin?

Lo pensó durante unos minutos y se quedó mirándole.

Cuando Arvin se fijó en ella, la miró fríamente. Aún no estaba segura de si debía pedirle ayuda.

Siempre le había ofendido cuando estaba en el hospital, pero aún había una pequeña posibilidad de que Arvin no la rechazara en privado, ¿No?

Interrumpió a Arvin, que regresaba a la habitación: «Estimado… respetable Señor Gu».

Arvin la miró sorprendido y aterrorizado. La forma en que ella le había llamado llamó definitivamente su atención.

El vino tinto que acababa de beber le hizo ruborizarse las mejillas.

Igual que cuando se emborrachó aquella noche, hace ya mucho tiempo.

Sabía que él la miraría con expresión inexpresiva. Por vergüenza, se frotó las manos y preguntó: «¿Acabas de llegar?».

«Entonces, ¿Qué pretendes? ¿Qué quieres de mí?»

“¿Puedo pedirte ayuda?» Por su propio bien, probó suerte y se lo pidió.

Sin embargo, Arvin la rechazó. «¡No!»

Angela se sintió muy molesta por su despiadado comportamiento. «Por el bien de mi hermano, ¿Puedes ayudarme?»

«¡No!»

Angela se sintió fatal por pedir ayuda. Bajó la mirada y respiró hondo. «Está bien. Perdona si te he molestado».

Luego, fijó los ojos en su teléfono y siguió buscando a alguien en sus contactos.

Como Arvin la rechazó, tuvo que llamar a otras personas.

Justo cuando Arvin decidió volver a entrar, oyó la voz de Angela detrás de él. «Arnold, ahora estoy en Venus Internacional y he bebido mucho vino. Puede que beba más luego si no vienes. ¿Puedes recogerme?»

«¿Qué? ¿Cuándo te fuiste a América? Nancy ha vuelto a casa».

«Está bien. No necesitas pedirles a otras personas que vengan aquí. Por favor, continúa con lo que estás haciendo. Se lo pediré a Benson. Siempre he sabido que no puedo beber demasiado, pero hoy es el cumpleaños de la hermana de mi novio. No puedo rechazarlo».

Después de su llamada con Arnold, llamó a Benson inmediatamente. «Benson, ¿Dónde estás? ¿En Ciudad D? Me lo dijiste la última vez, pero lo olvidé. ¡Ja, ja! No pasa nada».

Arvin giró el picaporte y abrió la puerta.

Luego, entró en la habitación y se alejó de Angela.

Angela no quería hacer otra llamada. Craig era el único al que podía llamar, pero no era de fiar. Además, no tenía noción del tiempo.

Tuvo que darse por vencida.

También tenía algunas chicas en sus contactos telefónicos con las que podía contactar, pero ninguna de ellos sabía Kungfu. Si venían a buscarla, podría estar en peligro.

Cuando volvió a la habitación, Ellie se levantó de la silla.

Cuando vio a Angela, sonrió y dijo: «Estaba a punto de salir a buscarte. ¿Qué ha pasado? ¿Va todo bien?»

«Sí. Mi madre no paraba de darme la lata y no podía colgar el teléfono. Ja, ja».

Angela retiró la silla e inclinó la cabeza para ocultar la culpa en sus ojos.

Después de comer algo, Angela susurró a Randal: «Me emborracho con facilidad. No puedes dejarme sola aquí».

Randal intentó sonreír. Agarró los palillos y le dio una anilla de calamar, que colocó en su plato. «No te preocupes. Nunca te dejaré sola aquí».

Gracias a su promesa, Angela tuvo el valor de beber un poco más cuando las amigas de Ellie que la instaron a beber.

En el baño de hombres.

Dos hombres, enganchados uno en los hombros del otro, caminaban inseguros hacia el lavabo.

«Angela parece un poco borracha. Más tarde, podemos buscar una excusa para llevarla al KTV».

«¿De verdad quieres que te cante una canción? ¡Ja, ja!» Hablaron mientras hacían sus necesidades en el retrete.

Anthony nunca ocultaba sus pensamientos. Por supuesto, ¿Quién es él? Es el hijo menor del presidente del Grupo Jiang. ¡Puede hacer lo que quiera!

“Desde luego que no. Angela parece inocente y pura. De acuerdo con lo que he oído, ella es todavía virgen. Ella es definitivamente limpia. Por lo tanto, quiero tener una oportunidad”

«¡Jajaja! Nunca pensé que te gustara. ¿No tienes miedo de que Ellie se enfade si se entera?»

Anthony negó con la cabeza. «¡Claro que no! Esa mujer ama tanto mi dinero. Por eso quiere estar conmigo. Si se enfada, le daré un cheque, así todos los problemas se solucionarán al instante»

«¡Jajaja! ¡Qué jugada tan inteligente! ¡Me has enseñado mucho!»

Una vez que terminaron de hacer sus necesidades, salieron del baño.

Cuando los dos hombres estaban a punto de salir de la habitación, una de las puertas del cubículo se abrió.

Un hombre se dirigió al lavabo y se lavó las manos, mientras miraba a estos hombres con desconfianza.

Eran cerca de las nueve de la noche cuando Anthony sugirió que se trasladaran todos al KTV.

Angela se inclinó sobre la mesa para aliviar su mareo.

Bebía continuamente agua helada e intentaba mantenerse sobria.

Las personas que se encontraban en la sala fueron saliendo una a una.

Ellie estaba a punto de ir hacia Angela, pero estaba rodeada por los amigos de Anthony y todos salieron primero.

Lo que Angela no sabía era que Randal y Susie estaban charlando en el pasillo.

«¡Mírala, está muy borracha!».

Randal bajó la voz y dijo: «No quiero ocuparme de ella ahora. Podemos pasar más tiempo juntos».

Susie se sintió encantada por su gesto, pero pensó en Angela: «¿Qué pasa con ella? ¿De verdad piensas dejarla sola?».

Pasar este momento íntimo con Randal era un triunfo tan dulce para Susie. Sin embargo, en su interior, no soportaba ver que su antigua compañera de clase que se quedaba allí sola.

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