Atraído por mi mujer de mil caras -
Capítulo 852
Capítulo 852:
Con un profundo suspiro, Marissa reflexionó sobre su ridículo matrimonio. Sentía dolor en el corazón pero no entendía muy bien por qué. Aunque era un tema difícil de abordar, le explicó brevemente a Paul lo que había ocurrido. También le reveló que Lawrence y Lindsay eran hijos de Tiffany y Connor.
Paul se quedó sorprendido y furioso. La revelación de que los dos niños dulces y hermosos con los que se había tropezado en el Sunrise eran en realidad sus nietos le produjo una alegría sorprendente. Llevaba muchos años fuera de casa y descubrir que tenía nietos le llenó de felicidad.
Pero lo que le enfurecía era el hecho de que Connor hubiera hecho daño no sólo a una de sus hijas, sino a las dos…
Paul conocía a Connor desde niño y siempre le había tenido cariño. Era inteligente, guapo e ingenioso. Paul incluso había predicho que Connor se convertiría en una persona extraordinaria.
Después de perder la memoria, Paul se había encontrado con Connor cuando éste y Marissa intentaron acabar con Amiri en el Sunrise. En aquel momento, Paul se dio cuenta del profundo afecto que Connor sentía por su esposa y elogió al joven por su devoción. No era habitual ver a un hombre rico tan abiertamente cariñoso con su mujer.
En general, Paul tenía en alta estima a Connor, aunque también albergaba cierto temor hacia él. Sin embargo, la perspectiva de Paul sobre Connor había cambiado.
Antes de recuperar la memoria, le parecía intrigante el drama que protagonizaban Connor y las hermanas Nash, ya que las relaciones entre los jóvenes solían ser complejas.
Pero ahora, como padre de las hermanas Nash, Paul estaba lo suficientemente furioso como para querer enfrentarse físicamente a Connor. Connor había sido una vez un buen chico. Paul se preguntaba por qué había cambiado tanto de adulto.
Sintiéndose molesto, Paul dijo: «Connor es un bastardo. ¿Cómo se atreve a despreciar a mi hija? ¿Cree que le tenemos un cariño especial? A mis ojos, es insignificante. No es digno de casarse con ninguna de mis hijas».
Mientras Marissa explicaba su relación con Connor, se sintió bastante avergonzada. Sin embargo, oír a Paul reprender así a Connor casi la hizo estallar en carcajadas.
Paul protegía ferozmente a sus hijas. Estaba defendiendo a Tiffany. Paul conocía los rumores generalizados sobre el enamoramiento de Tiffany con Connor. Si Tiffany hubiera sido la hija de otra persona, Paul podría haber tratado la situación a la ligera. Pero como era su padre, le enfurecía.
Marissa se tocó la oreja en silencio, demasiado cautelosa para hablar. De repente, Paul soltó: «Menudo sinvergüenza. Cuando vuelva a Blebert, me aseguraré de que Connor pague por lo que ha hecho. ¿Cómo se atreve a obligar a mi hija a casarse? ¿Acaso cree que se puede intimidar fácilmente a mi familia?».
Cuando Marissa oyó aquello, sus labios se crisparon, pero también sintió calor. Esta vez, su padre había regañado a Connor para que la defendiera. Ningún padre aceptaría fácilmente que obligaran a su hija a casarse.
Sonrió en secreto. Justo cuando estaba a punto de intentar calmar a Paul, él le dijo bruscamente: «¡Marissa, yo apoyo que te divorcies en cuanto puedas! ¡Divórciate de él ya! No vuelvas a tener nada que ver con ese canalla de Connor!».
Marissa asintió dócilmente. «De acuerdo».
No había esperado que su padre se enfureciera tanto. Estaba claro que se preocupaba profundamente por sus hijas. En ese momento, Paul dijo: «Tenemos que devolver a los dos niños a la familia Nash. Connor no es apto para ser su padre, ¡y la familia Daniels no es apta para criar a nuestros hijos!».
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