Atraído por mi mujer de mil caras -
Capítulo 725
Capítulo 725:
De algún modo, consiguió levantarla de la silla, continuando con sus incesantes besos mientras la llevaba hasta la pared, apretándola suavemente contra ella.
Con un tirón juguetón, le abrió el cuello, dejando al descubierto sus hombros y su cuello, que pronto lucieron las marcas de sus cariñosos besos.
A pesar de su dura apariencia, Marissa se derretía como algodón de azúcar entre sus brazos, dejando escapar suaves sonidos involuntarios que la avergonzaban.
No era la primera vez que Connor la besaba con tanta intensidad, pero esta vez era diferente, más dulce, más irresistible. Era tan dominante que ella no podía resistirse.
Si no paraba nunca, dudaba que tuviera fuerzas para apartarlo. Y si él le pedía más, no quería ni pensar a dónde podría llevarla.
Cuando el apasionado beso terminó, ambos jadeaban, con el corazón acelerado y los cuerpos calientes e inquietos. El rostro de él permanecía apuesto y tranquilo, mientras que el de ella se sonrojaba.
Sujetándola firmemente por la cintura, Connor la estrechó contra su pecho. Bajando la cabeza, apretó la frente contra la de ella, sus narices se tocaron, sus alientos se mezclaron.
«¿Estás satisfecha esta vez?», preguntó con voz ronca.
Recuperando un poco la cordura, Marissa seguía ligeramente enfadada. El beso la había dejado sin fuerzas y le resultaba imposible apartarlo o escapar de su abrazo.
Débilmente, le dio dos puñetazos en el hombro.
Si fuera Malva Negra en su estado habitual, esos puñetazos serían poderosos, pero ahora parecían más bien golpecitos juguetones.
Connor no pudo evitar reírse suavemente, con un sonido lleno de felicidad y afecto.
La niña, ahora débil en sus brazos, parecía una flor tímida, hermosa y adorable, muy distinta de la feroz guerrera que había visto antes.
Disfrutaba viéndola luchar, pero también le encantaba verla así, tímida y tímida. Cada aspecto de ella le aceleraba el corazón.
Cuanto más la miraba, más crecía su deseo, y no pudo resistirse a bajar la cabeza para besar de nuevo sus labios.
El beso se prolongó, profundo y largo, pero ahora era tierno, a diferencia de la ardiente pasión de antes.
Connor sintió que se le agitaba el corazón, que deseaba ir más allá, que Marissa se quedara a su lado para siempre y se convirtiera en su verdadera esposa.
Sin embargo, sabía que ella no tenía experiencia en el amor, y por eso no se resistía a sus besos. Pero, en el fondo, no estaba dispuesta a ir más lejos con él. Aún no se había hecho a la idea de amarle o de casarse de verdad.
Si él empujaba su relación más allá de su zona de confort, ella se resentiría una vez que el calor del momento se desvaneciera.
Él la adoraba, pero no la forzaría. Respetaba sus sentimientos.
Así que se apartó, apoyó la frente en la de ella y le recordó suavemente..,
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