Capítulo 715:

Burnet se había despojado de su habitual comportamiento de director general distante y dominante. Aparecía como un hombre herido, habiendo cambiado su habitual traje negro por ropa informal sencilla, con un grueso vendaje enrollado alrededor de la cabeza.

Marissa recordaba vívidamente que la noche anterior, Silver Fox había golpeado la cabeza de Burnet, causándole un corte que, según sus conocimientos médicos, requería al menos diez puntos de sutura. El grueso vendaje probablemente cubría la herida.

Aparte de la venda, la cara de Burnet estaba magullada e hinchada, y aún se veían las débiles huellas dactilares de una mujer.

Marissa suspiró en silencio.

El encuentro con Zorro Plateado había sido realmente desafortunado para él.

El primer día que se conocieron, Silver Fox estafó a Burnet ochenta millones de dólares. Al día siguiente, le quitó una tarjeta secundaria.

Al tercer día, ella le había propinado una brutal paliza. ¿Podría ser Silver Fox la desgracia que asolaba la vida de Burnet?

Cuando Marissa miró a Burnet con la cabeza vendada, se quedó sin palabras.

Burnet, sin embargo, no mostraba ningún atisbo de tristeza o enfado. Por el contrario, parecía relajado e incluso saludó a Connor y Marissa con una alegre sonrisa.

Connor, sorprendido, estaba a punto de preguntar qué había sufrido Burnet para acabar en semejante estado. Pero al notar los débiles rastros de las huellas dactilares de una mujer en la cara de Burnet, decidió sabiamente guardar silencio.

Burnet había sido golpeado por una mujer.

Para alguien como Burnet, era difícil creer que una mujer pudiera acercarse tanto a él. Aunque estuviera borracho, sería capaz de defenderse, y era improbable que pudiera ser golpeado tan severamente por una mujer.

Pero Burnet sí había sido golpeado por una mujer, lo que sólo sugería una cosa: había permitido que sucediera voluntariamente.

Connor estaba intrigado. Para alguien tan reservado y distante como Burnet, ¿qué mujer podría hacerlo tan complaciente?

Mientras Connor estaba sumido en sus pensamientos, se adelantó rápidamente y escrutó a Burnet.

Connor y Burnet habían sido amigos íntimos durante años, y una sola mirada bastó para que Connor comprendiera la situación y se abstuviera prudentemente de hacer preguntas.

Arabella, sin embargo, no conocía tan bien a Burnet. A sus noventa años, no podía comprender las complejas razones de su estado. Tras examinar el lamentable estado de Burnet, preguntó sorprendida: «Burnet, ¿qué te ha pasado?».

Burnet la saludó cortésmente: «Arabella, ha pasado mucho tiempo».

Luego, tocándose las heridas de la cara, explicó con una sonrisa: «Nada grave. Me mordió un perro callejero anoche».

Connor y Marissa reprimieron sus reacciones.

Arabella, sin embargo, pareció creer a Burnet y lo escudriñó más antes de preguntar: «¿Dónde te encontraste con un perro callejero tan feroz? He oído decir a Connor que eres bastante hábil en la lucha. ¿Cómo ha podido morderte así un perro callejero?».

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