Atraído por mi mujer de mil caras -
Capítulo 696
Capítulo 696:
Luego esbozó una sonrisa sarcástica y le dijo a Sheppard: «Te equivocas. Yo no soy tu madre. Por qué debería ser yo la responsable de corregirte? Mi razón para pegarte no es la que tú crees».
Sheppard la miró, desconcertado y ansioso: «Por favor, dime tu razón».
«Te daré la verdadera razón», dijo Marissa. «Fue porque amenazaste a la familia Sánchez, y tengo una amiga cuya madre es una Sánchez».
¿La madre de la amiga del presidente era de la familia Sánchez?
Sheppard se quedó mirando a Marissa, sorprendido y sin habla.
Estaba incrédulo. Para él, los Sánchez eran unos fracasados. ¿Cómo podían tener relación con el nuevo presidente del Consorcio Peridot?
El presidente del Consorcio Peridot gozaba de gran prestigio. ¿Cómo podía la familia Sánchez tener algún tipo de relación con ella?
Esta revelación dejó atónito no sólo a Sheppard, sino también a Sansa y Ayla, que parecían desconcertadas, sin saber qué pensar a continuación.
Wesson, que seguía en el suelo, tembló más intensamente al darse cuenta de que su reunión con el presidente no se debía a una recomendación de Sansa y Ayla, sino que era una trampa para vengarse.
Comprendiendo la gravedad de su situación, cerró los ojos con desesperación, resignado a su destino.
Al ver las caras de asombro frente a ella, Marissa preguntó: «¿Sabéis quién es mi amiga? Es tu peor enemiga, la que desprecias. Se llama Tiffany».
Esta revelación dejó estupefactos a Sansa, Ayla, Sheppard y Wesson.
Esperaban utilizar la influencia de la presidenta del Consorcio Peridot para conseguir poder y vengarse de Tiffany. Sin embargo, ¡la persona con la que contaban era aliada de Tiffany!
¿Cómo era posible que Tiffany fuera amiga del presidente del Consorcio Peridot?
Marissa prosiguió con tono amenazador-: Has atacado a mi amiga y conspirado contra sus dos familias. Hoy te demostraré que no puedes intimidarla».
Sus palabras fueron tan desalentadoras que Sheppard se desmayó del susto.
Sansa y Ayla se arrodillaron en el suelo, abrumadas por la conmoción y el miedo.
Antes, habían sacrificado su libertad y dignidad, e incluso la salud de Ayla, para congraciarse con Clarissa, todo para aprovechar la influencia del Consorcio Peridot y vengarse de Tiffany, la familia Sánchez y la familia Nash.
Sin embargo, sus planes de venganza habían fracasado. El nuevo presidente del Consorcio Peridot resultó ser un amigo íntimo de Tiffany. Aquello en lo que habían confiado se había convertido de repente en una amenaza que se cernía sobre ellas.
Madre e hija se sentían totalmente desesperadas. Parecía que cada vez que encontraban un rayo de esperanza, volvía a sumirlas en la desesperación.
La implacable turbulencia de sus vidas les había infligido heridas profundas, casi demasiado para soportarlas.
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