Capítulo 575:

Burnet siempre se mostraba imperturbable, imperturbable incluso ante un desastre inminente. Clarissa, al límite de su paciencia, alzó la voz por teléfono mientras él escuchaba en silencio.

Cuando ella puso fin a sus acusaciones, él respondió con su habitual calma: «Clarissa, no conozco a Black Mallow, y desde luego no le he prestado mi avión privado. Está claro que hay una confusión. Lo investigaré enseguida».

Con estas palabras, terminó la llamada bruscamente, sin esperar su respuesta. Inmediatamente, marcó a su ayudante para que profundizara en el asunto.

No se tardó mucho en descubrir la verdad. Su avión privado, visto por última vez en el Hotel Crystal, había sido robado. ¿El principal sospechoso? Su propio hermano, Xander.

El descubrimiento dejó a Burnet hirviendo de rabia. Ansiaba enfrentarse a Xander y tratar con él directamente. A pesar de las advertencias de Xander de mantenerse al margen de los conflictos entre la Base del Juicio Final y el Consorcio Peridot, la audacia de su hermano para robar el avión era exasperante. Burnet no podía dejarlo pasar.

Resuelto, telefoneó de nuevo a Clarissa. «Clarissa, fue la Base del Juicio Final la que se llevó mi avión. Ahora me dirijo a la Mansión Skytop. No te preocupes; estás a salvo mientras yo esté cerca».

Durante la espera, Clarissa había recuperado la compostura. Al escuchar las garantías de Burnet, sintió una oleada de alivio y remordimiento. «Burnet, lo siento. Me dejé llevar por mis emociones y dije cosas que no debía».

«Eso no es nada», respondió escuetamente, terminando la llamada una vez más. Sin perder un momento más, Burnet subió a su otro avión y se dirigió a la mansión Skytop.

Clarissa, que se había quedado sin palabras debido a su rápida desconexión, sintió una punzada de decepción. El comportamiento de Burnet era siempre distante, dictado por el juramento que hizo una vez de protegerla siempre. Satisfacía todas sus necesidades y la cuidaba sin descanso, pero su actitud seguía siendo distante.

Incluso cuando hablaba por teléfono de proporcionar un fuerte apoyo, su voz carecía de calidez, como si se limitara a marcar una casilla en su lista de tareas pendientes. Su protección carecía de afecto.

Con un pesado suspiro, Clarissa lamentó la falta de conexión emocional. Aunque estaba segura bajo su ala, la falta de calor la hacía sentirse vacía y poco querida. Sin embargo, con la amenaza inmediata que se cernía sobre la mansión Skytop, no era momento para quejas personales.

La amenaza que representaba Black Mallow, respaldado por toda la Base del Juicio Final, era inmensa. Incluso con la participación personal de Burnet, la seguridad de la mansión estaba lejos de estar garantizada.

Clarissa volvió sus pensamientos hacia Aelfric, alguien a quien normalmente evitaba y cuyo conocimiento de su verdadera identidad guardaba celosamente. Sin embargo, dadas las terribles circunstancias, no tenía más remedio que buscar su cooperación contra Malva Negra. Llamó a Aelfric sin dudarlo.

Una vez hecha la conexión, fue directa al grano. «Aelfric, soy la líder del Consorcio Peridot, Clarissa Byrd».

Aelfric, sorprendido por la repentina llamada del escurridizo líder del Consorcio Peridot, no pudo ocultar su sorpresa ni su excitación. «Señorita Byrd, por fin está dispuesta a ponerse en contacto directo conmigo. Me alegro mucho».

«¡Déjate de tonterías!» Clarissa intervino bruscamente. «Malva Negra está atacando mi mansión de Skytop. Quiero aprovechar esta oportunidad para eliminarla para siempre. ¿Te apuntas?»

Aunque Aelfric había estado esperando la oportunidad de enfrentarse al propio Malva Negra, su aproximación estuvo marcada por la cautela.

Al enterarse de que Malva Negra había lanzado un repentino asalto a la Mansión Skytop, su reacción inicial fue de conmoción. Luego, entrecerró los ojos y empezó a reflexionar meticulosamente sobre la situación.

Black Mallow y su tripulación habían llegado a la mansión Skytop. La urgente petición de ayuda de Clarissa indicaba que Black Mallow era formidable y que Clarissa estaba en desventaja.

Aelfric sopesó los riesgos. Ayudar en la batalla podría conducir a la derrota de Malva Negra, lo que sería ideal.

Sin embargo, el fracaso podría costarle su puesto como viceinstructor jefe en la Base del Juicio Final.

Perdido en sus pensamientos, Aelfric se sobresaltó al oír la voz impaciente de Clarissa. «¿Vendrás o no?», le preguntó.

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