Capítulo 273:

Cuando Marissa vio el nombre de Aelfric en la pantalla de su teléfono, supuso que era un mensaje del instructor jefe adjunto de la Base del Juicio Final para Malva Negra, el instructor jefe. Sin embargo, al abrir el mensaje, se sorprendió al ver que en realidad iba dirigido a Tiffany. Aelfric y Tiffany no se conocían, ni eran amigos. Simplemente solicitaba añadir a Tiffany como contacto en WhatsApp. Curiosa por las intenciones de Aelfric, Marissa recordó la complicada expresión que le había dedicado en la fiesta de compromiso de Derek y especuló sobre sus planes.

Deseosa de saber más, Marissa aceptó su solicitud de amistad. Poco después, Aelfric le envió un mensaje: «Señorita Nash, ¿podríamos cenar juntos esta noche?».

A Marissa le sorprendió la repentina e inesperada invitación de Aelfric a cenar. Dado que ahora estaba casada con Connor, el hermano de Aelfric y su antiguo prometido, y que la hermana de Aelfric era su archienemiga, la invitación le pareció incómoda e inapropiada.

Tras una breve vacilación, Marissa respondió: «Lo siento, pero esta noche estoy ocupada».

Aelfric continuó: «¿Cuándo estás libre? Puedo hacer tiempo».

Marissa preguntó: «Sr. Warren, ¿por qué quiere cenar conmigo? ¿Tiene sentimientos románticos hacia mí?»

Aelfric aclaró: «No le dé demasiada importancia, señorita Nash. Simplemente quiero darle las gracias por ayudar a mi abuelo aquel día».

Marissa respondió: «¿Por eso? Si de verdad quieres darme las gracias, no hace falta que cenemos. Podrías simplemente pagarme por mis servicios».

Aelfric preguntó: «Señorita Nash, ¿qué cantidad cree que cubriría los servicios médicos?».

Marissa respondió: «Creo que la vida de tu abuelo no tiene precio, ¿verdad?».

Aunque Aelfric se había apresurado a responder a cada mensaje, se calló tras el último comentario de Marissa. Con una sonrisa socarrona, Marissa supuso que Aelfric se encontraba ahora en un dilema. Su insinuación de que esperaba un pago sustancial debía de haberle quedado clara. Justo cuando reflexionaba sobre su próximo movimiento, apareció su mensaje: «Señorita Nash, por favor, diga su precio».

Marissa respondió: «Cuando salvé a la señora Arabella Daniels, Connor me pagó diez millones de dólares».

Aelfric respondió complacido: «Es aceptable. ¿Cuándo nos veremos, señorita Nash? Le pagaré entonces».

«Sólo transfiere el dinero directamente. No hace falta que nos veamos».

Aelfric preguntó entonces: «Señorita Nash, ¿se resiste a conocerme?».

Marissa respondió: «Soy la antigua prometida de tu hermano y futura tía política de tu hermana. ¿No te resultaría algo incómodo conocerme?».

Tras el mensaje de Marissa, Aelfric guardó silencio durante un rato. Marissa supuso que estaría algo abatido. Aunque no era para tanto que fuera la prometida de su hermano, que fuera la futura tía de su hermana debía de ser algo embarazoso para él. Justo cuando Marissa pensaba que Aelfric no respondería más, llegó otro mensaje suyo. Esta vez no era un mensaje de texto, sino la notificación de una transferencia de dinero. Efectivamente, le había enviado diez millones de dólares.

Sin demora, Marissa respondió: «Gracias».

Aelfric no hizo más intentos de comunicarse. Marissa se rió y cerró la aplicación. Al dejar el teléfono, se dio cuenta de las miradas de desconcierto de toda la familia Sánchez. Se dio cuenta de que se había reído en un momento incómodo. Mientras todos estaban muy preocupados por la amenaza de Remy, ella se había divertido con su conversación con Aelfric.

«Lo siento», carraspeó Marissa con torpeza, dispuesta a reconducir la conversación hacia el serio asunto que tenía entre manos. Pero justo entonces, su teléfono sonó de nuevo. Bajó la vista y vio que era un mensaje de Connor.

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