Atraído por mi mujer de mil caras
Capítulo 158

Capítulo 158:

Marissa no esperaba que Connor se atreviera a pellizcarle la cintura, pero no sólo lo hizo, sino que apretó disimuladamente la suave carne. Estaba claro que se estaba aprovechando de ella. Primero, Connor se burlaba de ella con sus palabras, y ahora se entrometía físicamente. ¿Pensaba que era una pusilánime? Pero delante de Arabella, no podía apartar sus manos. Tuvo que mantener una dulce sonrisa mientras Connor la abrazaba.

Después de estrecharla entre sus brazos, Connor la miró, sonriendo suavemente. La escena parecía tan dulce que todos en la sala se alegraron por ellos, al ser testigos de su abierta muestra de afecto. Sin embargo, bajo ese dulce exterior, la tensión latía a fuego lento.

Con una sonrisa dibujada en el rostro, Marissa apretó los dientes. Mientras estaba abrazada a Connor, su zapato de tacón encontró el camino hacia su pie, presionando con fuerza. Dada su formación como instructora jefe en la Base del Juicio Final, su fuerza era formidable. Para una persona normal, un paso así podría romperle los huesos. Incluso Connor, el curtido Lobo Solitario, se estremeció de dolor. Se dio cuenta de por qué Serpiente Negra era conocida como la mercenaria más fuerte; su venganza era feroz, pero estaba oculta por una sonrisa amable. Probablemente le dolería el pie durante días.

Esperaba que Marissa se detuviera tras un paso, pero no dio muestras de cejar en su empeño. Al verse atrapado por la presencia de Arabella e incapaz de mostrar su dolor, su respuesta fue reír más fuerte, a pesar del dolor que sentía. Así, la situación se volvió un tanto cómica. En la venganza de Marissa, la sonrisa de Connor se hizo más amplia. Sólo Marissa comprendió el significado más profundo que había detrás.

Levantando la cabeza, Marissa miró a Connor con una sonrisa. Cada vez que él sonreía más, ella pisaba más fuerte y su sonrisa se hacía más brillante. La visión de la pareja intercambiando dulces sonrisas durante un largo rato llenó la sala de romanticismo. Las doncellas se sonrojaron al verlo, e incluso el corazón envejecido de Arabella se conmovió. La dulzura y el afecto de Connor y Marissa eran innegables. Sin embargo, si Connor y Marissa hablaban, la dulzura y el amor de sus ojos se harían añicos.

Su conversación sería así:

«Señorita Nash, ¿es ese el alcance de su venganza?» Connor preguntó.

«¿Oh? Parece que tu pie no duele lo suficiente. Entonces aplicaré más presión». respondió Marissa.

«¿Esa es toda la fuerza que tienes? Me han dolido más las picaduras de mosquito», bromeó.

«¿De verdad? Sr. Daniels, no se preocupe. Aún no he agotado todas mis fuerzas», replicó.

Sus miradas se cruzaron mientras continuaban su juguetona batalla. Mientras Marissa pisaba cada vez más fuerte, Connor seguía sonriendo. A pesar del tembloroso dolor de su corazón, no le revelaría su malestar.

Aproximadamente un minuto después, Connor se inclinó hacia Marissa y le susurró al oído: «Señora Daniels, hoy es duro fingir ser una pareja cariñosa conmigo, ¿verdad? ¿Pero no estás cansada de pisarme durante tanto tiempo?».

Su aliento le hizo cosquillas en la oreja y ella se apartó un poco. Luego, con una sonrisa, le susurró: «No estoy cansada en absoluto».

En cuanto terminó, aumentó la presión. Connor jadeó por el dolor y apretó los dientes para soportarlo. Sin embargo, su sonrisa se ensanchó aún más. Se inclinó más hacia Marissa para susurrarle al oído: «Señora Daniels, el ambiente es encantador. No puedo dejar que sea usted la única cansada. Como hombre, debería hacer más».

Su tono se volvió sugerente cuando estuvo a punto de besarle la oreja. «Si no paras, tendré que besarte, y será aún más intenso que anoche».

Connor esperaba que Marissa retrocediera tras su juguetona amenaza. Normalmente era tímida, y un beso delante del público seguramente la avergonzaría. Pero, en contra de sus expectativas, ella extendió las manos de repente…

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