Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado
Capítulo 1310

Capítulo 1310:

Pearce se reclinó en su silla, con tono despreocupado. «Eso es probablemente porque no mucho después de que te fueras al extranjero, la abuela convocó una reunión familiar e hizo su testamento». Hizo girar la pluma entre los dedos y se detuvo antes de añadir: «Te dejó a ti la mayor parte de sus bienes. Thea sólo recibió unas cuantas propiedades y algo de dinero, nada de acciones de la empresa».

Elyse parpadeó, incrédula. «Espera, ¿qué? ¿Cómo es que no lo sabía?

Pearce sonrió satisfecho. «Bueno, no estabas allí, ¿verdad?

Justo después de que la abuela finalizara el testamento, el padre de Thea empezó a maquinar con la competencia, tratando de socavar a mi padre. Echando la vista atrás, está bastante claro que te culpa de todo lo malo de su vida».

Elyse puso los ojos en blanco. «Me imaginé que estaría satisfecha con el dinero y las casas. No pensé que vendría a por mí».

Pearce se rió, sacudiendo la cabeza. «Por eso le sugerí una pequeña cláusula a la abuela. El dinero y las propiedades son suyos, pero sólo cuando cumpla cuarenta años».

Elyse enarcó una ceja. «¿Cuarenta? ¿Por qué esperar tanto?»

Se inclinó hacia delante, bajando la voz como si revelara un secreto. «Porque ha estado saliendo con un tipo sospechoso, un estafador. Si se lo diera todo ahora, la dejaría seca en un santiamén».

Elyse sonrió con satisfacción.

«Vaya, qué considerado de tu parte, asegurarte de que llegue a la madurez con una red de seguridad». Pearce gimió, frotándose la sien.

«¿Pensativo? Sigo siendo yo quien paga sus facturas. Su asignación mensual sale directamente de mi sueldo».

Elyse no pudo evitar reírse de su frustración. Charlaron un rato más antes de que Elyse terminara la llamada con una suave risita.

Chloe, sentada al otro lado de la mesa, levantó la vista con curiosidad. «¿Qué ha dicho tu prima esta vez?».

Elyse dejó el teléfono y siguió comiendo. «Hablábamos de Thea. Creo que por fin entiendo por qué me guarda tanto rencor».

Chloe asintió, con expresión pensativa. «Si empieza a perturbar tu tranquilidad, no me quedaré de brazos cruzados».

Después de cenar, Elyse volvió a casa y vio a Jayden paseando por el pasillo con el teléfono pegado a la oreja. Tenía la voz baja y entrecortada, señal inequívoca de que algo grave estaba ocurriendo.

Se inclinó hacia Driscoll, que estaba ordenando cerca de ella, y le preguntó en voz baja: «¿Qué pasa?».

Driscoll miró a Jayden y luego a Elyse, con las cejas fruncidas. «No estoy del todo seguro, pero creo que se trata de su familia. Sus empleados me llamaron esta tarde».

Elyse asintió lentamente, con los labios apretados en una fina línea. Se dirigió al salón y se sentó en el sofá, con los ojos fijos en Jayden mientras esperaba a que terminara su conversación.

Pasó una hora antes de que Jayden terminara la llamada y entrara en el salón. Se dejó caer en el sofá junto a ella, recostándose con un pesado suspiro.

El repentino peso sobre su pierna la hizo mirar hacia abajo. Jayden tenía la cara vuelta hacia ella, con los ojos ensombrecidos por el cansancio.

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Nota de Tac-K: Pasen un muy agradable fin de semana lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (O‿‿─)

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