Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado -
Capítulo 1306
Capítulo 1306:
Los intrincados preparativos necesarios incluso para un breve segmento en directo eran más complicados de lo que Elyse había previsto. Mientras estaba sentada en el salón, repasando el programa del día, una mujer que actuaba de forma extraña cerca de ella captó de repente su atención.
Elyse frunció el ceño, confundida, y preguntó: «Perdone, ¿quién es usted? ¿Trabaja aquí?».
Sin girarse, la mujer respondió con suavidad: «Soy una empleada temporal, sólo vengo a limpiar». Su tono era demasiado tranquilo, casi ensayado, lo que despertó un atisbo de sospecha en Elyse.
Elyse insistió, con la voz cargada de escepticismo. «¿Seguro que sólo limpias?».
«¿Una empleada temporal? ¿La comisaría suele contratar personal temporal?»
La mujer, manteniendo la compostura, se limitó a responder: «Sólo soy una limpiadora, no como el personal a tiempo completo de aquí». Rápidamente cogió una bolsa de basura y salió de la sala.
Elyse observó la figura de la mujer que se alejaba, con una sensación de déjà vu invadiéndola. Había algo inconfundiblemente familiar en ella, como si sus caminos se hubieran cruzado en otra vida. Incluso su voz parecía el eco de un recuerdo lejano.
Sin embargo, por mucho que lo intentara, Elyse no podía localizar dónde la había visto antes.
Cuando se levantó el telón, Elyse siguió las indicaciones del personal y se dirigió con elegancia al estudio de grabación. La entrevista empezó con buen pie, con Elyse cautivando a la audiencia con caprichosos relatos de sus aventuras en competiciones internacionales.
Sin embargo, a medida que se desarrollaban las preguntas del público, el ambiente cambió radicalmente.
Una mujer, vestida con un uniforme de limpieza, se desplomó de repente delante de Elyse.
El rostro de Elyse se llenó de terror e incredulidad ante la escena. La habitación quedó en silencio por un momento, el tiempo suficiente para que la mujer recobrara el aliento y se lamentara.
«Elyse, te lo imploro, ¡libérame!».
El público se quedó helado, mientras los telespectadores observaban el espectáculo con confusión e incredulidad.
El presentador recuperó rápidamente la compostura e intervino con voz severa. «Esto no forma parte de nuestro programa. Verifíquelo inmediatamente».
A su orden, dos ayudantes se apresuraron a acompañar a la mujer fuera del escenario.
Sin embargo, la mujer se anticipó a ellos, se agarró desesperadamente a los pies de Elyse y suplicó: «¡Elyse, ten piedad! Libérame de este tormento. Me estás destrozando el espíritu. ¿No puedes escatimar ni un fragmento de tu compasión?».
El estudio se sumió en el caos, desatando una oleada de fervientes discusiones entre la audiencia en línea.
Chloe, que había estado entre bastidores, se percató de la conmoción, pero llegó demasiado tarde para captar el crítico intercambio.
«Identifíquese. ¿Qué vínculos tienes con Elyse?», le preguntó el presentador.
Elyse se enfrentó a la angustiada mujer, con los ojos muy abiertos por la confusión. «No la conozco. Nunca te he hecho daño. ¿Por qué me diriges estas acusaciones?».
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