Capítulo 1259:

Los labios de Edward se curvaron en una sonrisa traviesa. «Como si pudieran enjaularme». Elyse rió por lo bajo.

Cuando terminaron de comer, Edward los guió hasta Louise y Garret, que estaban enfrascados en una conversación con Chesney. Cerca de ellos, otra figura estaba sumida en una discusión, de espaldas, dejando entrever tan sólo la silueta de una mujer alta, escultural y elegante.

«¿Quién es?» susurró Elyse a Jayden, picada por la curiosidad.

Jayden entrecerró los ojos, frunciendo el ceño. «Me resulta familiar. Creo que la vi en la celebración matutina».

Edward captó el intercambio de palabras y se inclinó con una leve sonrisa. «Es Rebecca, reina del reino vecino».

El sonido de su nombre llegó a oídos de Rebecca, que se volvió y cruzó su mirada con la de Elyse con una gracia deliberada, casi felina.

Llevaba un vestido vaporoso de color púrpura intenso y el pelo recogido en un peinado tan impecable que parecía esculpido. Sus ojos, brillantes y penetrantes, mostraban una fuerza tranquila, suavizada únicamente por la elegancia que la rodeaba como un aura.

Por un momento, la sorpresa apareció en el rostro de Rebecca cuando su mirada se posó en Elyse. Luego, sus labios se curvaron en una sonrisa a la vez cómplice y cálida. «Edward», entonó, con voz suave pero autoritaria, “¿quiénes son estos dos?”.

Edward dio un paso al frente, como un amable anfitrión. «Permítanme presentarles a Jayden Owen, piedra angular de los acuerdos de paz. Y ella es Elyse Lloyd, la vencedora de la Copa del Cisne».

Rebecca inclinó la cabeza, sin apartar la mirada. «Ah, así que tú eres la joven violinista que ha tocado esta mañana. Tu música era exquisita, realmente inolvidable».

Elyse parpadeó, sorprendida, pero su sorpresa se transformó rápidamente en placer. «Sus palabras son muy amables. Me esforzaré por estar a la altura de tales elogios».

La sonrisa de Rebecca persistió, sus ojos seguían fijos en Elyse. Cálidos, pero tan agudos que parecían ver a través de ella.

Al percibir una tensión casi imperceptible en la mirada de Rebecca, Elyse se movió ligeramente, como para aliviar el peso invisible que la presionaba.

Al captar el sutil movimiento de Elyse, Rebecca volvió a su conversación con Louise y los demás, y su elegante retirada no fue menos imponente.

Edward dirigió a Elyse y Jayden hacia un salón apartado.

«Necesito hacer una breve visita a Rebecca», explicó Edward. «Pueden ponerse cómodos aquí. Volveré enseguida».

En cuanto Edward se marchó, Elyse exhaló un suspiro que no se había dado cuenta de que estaba conteniendo, y sus hombros se relajaron visiblemente.

Jayden la observó, ladeando la cabeza con curiosidad. «¿Te encuentras bien? Parece que te pasa algo».

Elyse asintió lentamente. «Sí… bueno, no. Es difícil de explicar». Había algo en la mirada de Rebecca que resultaba desconcertante.

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