Amor no correspondido -
Capítulo 29
Capítulo 29:
Han pasado un par de meses desde mi gran mudanza y he estado excelente, he descubierto que me encanta estar sola y trato mejor a mi perro, corro mucho, me inscribí a una clase de yoga, meditación y cocino.
Han sido un par de días agradables hasta que me encuentro a Oliver, el primo hermano de Dimitri/ Massimo, llamando a mi puerta, unos días después de mi aniversario de los tres meses.
«Hola», me dice nervioso mirándose los pies y yo le sonrío, es alguien a quien siempre he considerado como de la familia, o incluso como un amigo íntimo.
«Hola», lo atraigo en un abrazo, extrañando la sensación de su cálido abrazo, había extrañado esto, lo extrañaba a él «oh, Dios mío, ¿cómo estás?», dije apartándome «entra», cierro la puerta tras él, parece fuera de lugar en mi apartamento, que me recuerda el primer día que nos conocimos.
Sonrió amablemente «bonita casa, hubiera sido más fácil encontrarte si no me hubieras fantasmeado», dice acusación clara en sus ojos.
Fui mi mano en defensa, nos sentamos en el sofá uno al lado del otro » culpable, sólo estoy tratando de seguir adelante, ya sabes para encontrarme a mí mismo «, me sonrió con tristeza, él sabe que la lástima es lo último que necesito incluso de él.
«¿Basta de hablar de mí, cuéntame de ti? ¿Cómo estás? ¿Y cómo está tu novio Pete?». Pregunto levantándome a por café, pero mi cafetera de vacía así que la apago para preparar una nueva.
Me siguió a la cocina», he estado mejor, la vida es buena y Pete ya no es mi novio», dejé de hacer lo que estaba haciendo y lo observé atentamente tratando de medir la reunión detrás de sus palabras.
Sostengo la cafetera «¿debería tomar una cerveza en su lugar?» Pregunto caminando Hacia mi refrigerador y le muestro mi nuevo stock de bebidas alcohólicas y él se ríe, pierde un poco, era todo rígido y cuidadoso con sus palabras conmigo pero ahora, se siente cómodo.
«No, ya no es mi novio porque» levanta la mano izquierda y me enseña su anillo «ahora es mi prometido», dejo la cafetera sobre la encimera y chillo emocionada como una adolescente a la que su amor de la infancia ha invitado al baile de graduación.
«Dios mío, en serio», me abalanzo sobre él y le doy un fuerte abrazo. «Me alegro mucho por ti», nos reímos mientras me da la vuelta, nos detenemos antes de que alguno de los dos se caiga, se rompa el cuello y muera, eso puede esperar hasta que se case.
«Sí, yo también estoy feliz por mí» dice sonriendo cariñosamente mirando su dedo, yo sonrío también feliz por él, se lo merecía, después de luchar contra su familia por este tema por fin ha ganado esta guerra, o al menos casi.
«Cuéntamelo todo», le digo mientras tiro de él hacia el sofá con las tazas de café en la mano, «¿quién propuso a quién? »
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