Ámame maldito CEO
Capítulo 6

Capítulo 6: 

Merybeth caminaba sin rumbo fijo.

Tal vez llamaría a Jane, pero odiaba ser una molestia para las personas.

Desde pequeña las diferencias entre Sophie y ella eran atroces, así que se acostumbró a ser independiente.

Se sentó en una banca de un parque.

La noche se volvía fresca.

Tomó un cigarrillo y fumó.

Pensaba en su vida.

Pensaba en Joe Carson.

Fueron amigos desde el colegio y fueron novios durante tres años.

Tal vez era solo un amor joven, pero ella pensó que sería para siempre, así lo habían prometido.

“No. Ninguna promesa es para siempre, ninguna promesa es real, ahora lo sé, no debo confiar en nadie, solo debo ver por mí, ¿Por qué siempre pierdo todo lo que amo?”

Dijo en voz baja y sus ojos se llenaron de lágrimas tristes que escurrían por su rostro.

“¡No se van a salir con la suya! No van a verme arruinada”

Dijo ella limpiándose las lágrimas.

“Aún tengo mi as bajo la manga”

Dijo y recordó a aquel hombre del bar.

Recordó cuando lo besó.

Recordó la forma en que él la defendió de ese hombre.

Ella ya no tenía nada.

Pero por lo menos pensó que tendría una oportunidad para una revancha.

¿Qué pensaría Sophie de saber que tendría un marido más rico que el de ella?

¿Y qué pensaría Joe al saber quedo había reemplazado con tal facilidad?

Ella sonrió con maldad.

Quería ver su rostro alguna vez, sufriendo por ella, como ella sufrió por él.

Lejos de ahí, en su mansión cerca de la bahía, Sean Hyland llegó a casa.

Estaba acostumbrado a su soledad de siempre.

Al entrar las luces se encendieron.

Caminó a la cocina.

Pudo ver en el horno su cena, tenía una buena cocinera que venía a preparar su comida, y la dejaba lista para él.

Se sentó luego de calentarla para comer, mientras bebía un poco de té, apenas pudo dar dos bocados, y se sintió satisfecho.

Pensó en esa chica.

Sí, ella vino a su mente.

También recordó a Anne.

Era tan distinta a ella.

No solo en belleza, sino también en la alegría.

Anne siempre le pareció ser una chica melancólica, y eso en algún momento lo cautivó, pero aquella chica, parecía tan feliz en medio de la mediocridad del ambiente que la envolvía.

Sean tocó sus labios sintiendo aún su sabor sobre ellos.

‘¿Irá mañana al registro civil? Ya veremos, ya veremos’

Pensó Sean Hyland.

Al día siguiente…

Cuando el chofer de Sean Hyland bajó del auto y tocó en la casa de la Familia Hansen, tardaron en abrir.

Al final una mucama abrió la puerta.

“¿Qué se le ofrece?

“Busco a una Chica, bueno… no me dijeron su nombre, pero, es una chica…”

“¿A quién busca?”

Preguntó Sophie.

“No es ella, ¿Acaso hay otra joven que viva aquí, además de ella?”

“Es Merybeth Hansen, pero ella no vive más aquí; así que lo que quiera con ella, ya no es asunto nuestro”

Sentenció Sophie.

Luego con un gesto grosero le cerró la puerta en las narices.

“A partir de ahora, Merybeth Hansen está muerta para la familia”

Sentenció Sophie con coraje.

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