Alquilando una mamá
Capítulo 94

Capítulo 94:

Lucy enfiló para la mesa del comedor, pero Amanda vio a Anthony sentado en el sofá y decidió acercarse.

“¿Qué te pasa que estás tan serio?” le preguntó.

“Nada”.

“¿Es por lo que dijo esa mujer?”

“Lo siento”  dijo él con un suspiro, a modo de admisión.

“Olvídalo; no vale la pena pensar en eso y que te quede en la cabeza. Vamos a almorzar”.

“Lo sé, pero no me gustó cómo te miraba. Parecía como si se sintiera superior, como si no fueras nadie. Ni se dignó a saludarte”. Estaba indignado.

“Ni lo pienses, ¿Está bien?. No me afecta” explicó ella.

“No, no está bien. Deja de ver todo como si no hubiera pasado nada, eso no es normal”.

“Amor, solo era otra mujer coqueteando contigo, ¿No te diste cuenta? ¿De verdad crees que va a hablarme si está interesada en ti? No me interesa. Trato de no tomármelo a pecho porque lo que me importa es tu actitud, tu conciencia y tu respeto por mí”.

“Lo siento. Olvidémoslo”.

“Sí, almorcemos ahora y pensemos en nuestras mini vacaciones” propuso ella.

“Tienes razón. Vamos”.

Se sentaron a la mesa y almorzaron junto con Lucy. Cuando terminaron, llegó un hombre a la casa y Anthony fue a su oficina con él. Mientras tanto, la joven subió a su habitación con la niña para terminar de empacar su maleta.

“¿Mamá se va de viaje?”

“No, mi amor. Todos vamos a la casa de la abuela y, de ahí, a la casa de papá que está en la playa”.

“¿Yo también?”

“Sí. ¿Quieres que elijamos los juguetes que vas a llevar?”

“¡Sí!”

Salieron para el cuarto de Lucy, donde empezaron a guardar algunos de sus juguetes. Tras bañar a la pequeña y vestirla para su clase de ballet, volvieron al dormitorio de Amanda para terminar de organizar todo. Anthony estaba allí recostado en la cama, así que su hija se apresuró a acostarse a su lado.

“Lucy, papá se va a casar, ¿Sabías?” dijo él. Amanda estaba ordenando algunas cosas.

“¿Con mamá?” preguntó la niña.

“Sí, con mamá. ¿Qué te parece?”

“¡Voy a tener una mamá para siempre!” exclamó emocionada.

“Sí, exacto”.

“¿Tendré un hermanito?”

“Pregúntale a mamá” sugirió su padre.

“Amor” rio la chica.

“¿Puedo, mamá? Quiero tres” anunció, indicando el número con los dedos.

“¿Segura que quiere tres?” preguntó Amanda.

“¡Sí! Quiero una hermana para jugar, un hermano para trepar árboles y otro hermanito para que no esté solo”.

“Qué ideas, hija” comentó Anthony, divertido.

“Todo el mundo quiere, pero aquí nadie piensa en mamá, ¿Verdad?” bromeó la joven.

“Te garantizo que es un buen plan, fácil de hacer” respondió su prometido.

“¿Es como lo que hace papá?” preguntó la niña, confundida. “¿Puedo hacer un hermanito?”

“Cielos”. Amanda no podía creer lo que había escuchado.

“Lucy, esto no es asunto tuyo. Es cosa de adultos, así que no le preguntes a nadie más al respecto” la regañó su padre.

“Es tu culpa” acotó su prometida.

“Justo lo que necesitaba ahora: Lucy queriendo hacer un hermanito”.

“Cariño, ella no tiene idea de lo que dijo” advirtió Amanda.

“Mejor así”.

“Papá es malo” dijo la pequeña, haciendo puchero.

“No soy malo, hija. La única que puede darte un hermanito es tu mamá, así que no hables más del tema, ¿De acuerdo?”

“Bueno. ¿Cómo me lo va a dar mamá?”

“Mamá le pide a papá con mucho, mucho amor, y le reza a Dios. Entonces papá pone un bebé en el vientre de mamá y lo deja crecer. Cuando quiere nacer, mamá va al médico con papá y lo traen a casa” explicó la joven.

“¿Y papá?”

“Papá le da su amor y cariño a mamá, entonces Dios, al ver que somos felices y nos amamos mucho, le regala un bebé a papá para que se lo dé a mamá”.

“Entonces papá tiene que darle amor y mimos a mamá para que yo pueda tener un hermanito” razonó la niña.

“Amor y cariño no faltarán nunca, hija. Tu mamá se hartará de tanto amor y cariño” dijo, mirando a su prometida, que se puso completamente roja al instante. Para evitar la vergüenza, la chica siguió empacando su maleta y la dejó en el piso.

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