Alquilando una mamá -
Capítulo 59
Capítulo 59:
Las chicas se levantaron para ponerse a bailar. Sonaba música electrónica y bailaban muy animadas porque el alcohol ya había empezado a hacer efecto, y los chicos las miraban mientras seguían conversando.
Mary no quería juntarse con ellas; estaba bailando con movimientos sensuales en la mesa donde estaban los hombres para llamar la atención de Anthony; sin embargo, él ni la miró, solo le prestaba atención a Amanda que se movía con soltura porque había estado bebiendo. Luego, ella tomó el celular de Ken para poner música Funk brasilera.
Las demás no sabían bailar, así que les enseñaba. Mientras tanto, los chicos se estaban volviendo locos al verlas seguir los pasos. Amanda les enseñó con paciencia; ellas aprendieron muy rápido y enseguida empezaron a moverse con fluidez.
En ese momento, Ken fue hacia Cindy para apartarla de ahí. Los chicos de la mesa estaban halagando a las mujeres y, como Cindy estaba más suelta y no dejaba de menear, Ken sintió celos y se la llevó.
“¿Qué pasó?” preguntó ella.
“Sigue bailando así y terminaré la fiesta”.
“¿Por qué? ¿Estás loco?”
“Estás haciendo de todo menos bailar. Los chicos no dejan de hablar de ti y ya me está volviendo loco” advirtió él.
“Ken, no tenemos nada, no entiendo por qué estás así”.
“¿No tenemos nada?”
“Una amistad colorida, fuiste tú quien le puso ese nombre” le recordó la chica.
“Lo sé, pero somos mucho más que eso y lo sabes, Cindy.
“Entonces, ¿Que tenemos?”
“Eres mía. No tenemos solo una amistad, tenemos algo especial y eso es suficiente. Si alguien se acerca a ti, mataré a quien se interponga en mi camino”.
“Tienes actitudes infantiles, Ken”.
“Al diablo, ¿Te gustaría verme besando a alguna de ellas?”
“No, pero lo aceptaría porque no eres mío. ¿Crees que voy a creer que solo estás conmigo?” replicó ella.
“No solía ser así, pero ahora sí. Me tomo enserio lo nuestro, pero veo que tú no quieres seguir”.
“¿Alguna vez te pusiste a pensar que no habíamos hablado de nosotros hasta ahora? ¿Cómo voy a saber lo que tenemos y lo que te pasa si sales a discotecas y te olvidas de mí; te acuestas con quien quieras y te pasas días sin mandarme un mensaje? ¿Te acuerdas del día que me preguntaste si yo estaba de acuerdo? Te respondo: no estoy de acuerdo. Nunca te preocupaste por mí, ¿Pero crees que tienes algún derecho sobre mí? ¿Sabes qué? Quédate con tu fiesta y con tu casa, yo me voy” sentenció la chica. Se fue hecha una furia y Ken tiró el vaso al suelo, lo que llamó la atención de todos. Amanda salió corriendo a buscar a su amiga y la vio bajar las escaleras con su bolso.
“¿Qué pasó? ¿Adónde vas?”
“Me voy, se terminó la fiesta para mí”.
“Tranquila, no te vayas, explícame lo que pasó” la consoló Amanda.
“La explicación es solo un nombre: Ken”.
“¿Se pelearon?”
“Amiga, nunca avanzamos. No sé qué es lo que tenemos, pero se cree que tiene poder sobre mí y que puede darme órdenes. Quiere respeto, pero no me respeta a mí. Viene a pelear conmigo con celos estúpidos cuando no tenemos nada y se enoja porque se lo digo”.
“¿No son amigos coloridos?”
“¿Y desde cuándo eso es algo serio? Solo tenemos se%o; cuando me busca es nada más para eso. Pasamos un día juntos y, luego, solo Dios sabe cuándo nos veremos otra vez. ¿Él sale a disfrutar del mundo y yo no puedo? Estoy harta de Ken, ya no quiero estar con él” decidió.
“Cindy, estuvieron bebiendo, Ken probablemente esté bajo la influencia del alcohol y eso haya potenciado los celos. Tienen que sentarse a hablar de todo lo que está pasando” aconsejó Amanda.
“Ya no tenemos nada de qué hablar”.
“Tú sabes mejor que yo lo que ha hecho Anthony, la fama que tiene, ¿Y qué estoy haciendo yo? Dando la cara. No sé qué pasará mañana, pero siempre hablamos y aclaramos todo, sobre todo lo que nos molesta”.
“No sé qué hacer. Tengo miedo de sufrir con Ken, nunca dejará esta vida, amiga.
“Sí, lo hará. Si le gustas, la dejará. Solo tienes que dejarle todo en claro, si no es lo que ambos quieren, pues cada uno seguirá con su vida”.
“Cindy” dijo Ken, que las siguió adentro.
“Ahora no” respondió ella.
“Sí, ven conmigo” insistió él y la llevó del brazo escaleras arriba hacia el dormitorio. Cindy se quedó en silencio sin mirarlo y él se sentó frente a ella.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar