Alquilando una mamá
Capítulo 50

Capítulo 50:

Al día siguiente, cuando Anthony despertó, Lucy lo estaba abrazando. Él le acarició el cabello y el rostro con la palma de la mano; sentía el corazón lleno de alegría y sonreía como un tonto. Muchos recuerdos de cuando la sostuvo en sus brazos cuando era una bebé pasaban por su mente; y ya había crecido. Mientras le besaba la frente y le olía el cabello, ella se despertó poco a poco y lo abrazó más fuerte, abrió los ojos con cara de sueño y lo miró.

“Buenos días, mi princesa” la saludó él.

“Qué dormilón, papá”.

“Ya es hora de ir al preescolar, hija.

“No quiero ir”.

“Pero tienes que hacerlo, debes estudiar y prepararte para hacer una presentación hermosa para mamá”.

“¿Mamá va a ir conmigo?”

“Claro que sí. ¿Puedo ir también?”

“¡Sí!”

“Entonces iremos los dos”.

“¡Súper!”

“¿Despertamos a mamá?”

“Sí, vamos” respondió la niña. Soltó a su padre, se acercó a Amanda, que estaba durmiendo profundamente, y se acostó encima de ella. Anthony la besó en la mejilla, entonces, la mujer abrió los ojos y los miró a los dos con una sonrisa.

“Buenos días, hermosa” dijo él y le dio otro beso.

“Buenos días. ¡Qué bueno es despertar así!”

“Hola, mamá” saludó la pequeña.

“Hola, mi princesita”.

“¿Dormiste bien?” le preguntó el hombre.

“Muy bien, gracias”.

“¡Qué bueno!”

“¿Vamos al preescolar, señorita?” le dijo a la niña.

“Sí. Vamos”.

“Parece que está de muy buen humor” comentó la mujer.

“Tuvimos una buena charla. Ja, ja” reveló Anthony.

“¿Puedo saber de qué hablaron?”

“Es un secreto” respondió él, y ella resopló.

Una vez que todos se levantaron, Anthony fue a ducharse y Amanda llevó a Lucy a su habitación para darle un baño. Padre e hija ya listos, bajaron a la sala; mientras tanto, Amanda fue a ducharse y arreglarse antes de bajar también para desayunar con ellos. Él estaba vestido de traje como para ir a trabajar, pero, cuando dejaron la mesa y salieron, subió a Lucy a su coche, por lo que la mujer se confundió.

“¿No vamos con el chofer?”

“Hoy las llevaré yo”.

“ Guau, ¡Qué sorpresa escuchar eso!”

“Dije que intentaría mejorar, ¿No?”

“Lo estás haciendo muy bien” reconoció ella.

“Vamos, sube” indicó Anthony.

Así, todos fueron rumbo al preescolar e Lucy no dejaba de sonreír porque era la primera vez que su padre la llevaba. Cuando llegaron y caminaron los tres hacia la entrada, todos se los quedaron mirando.

“Compórtate, jovencita” aconsejó él.

“Está bien, papá”.

“Que tengas buen día, mi amor. Te recogeré más tarde” dijo Amanda.

“¿Papá va a venir también?”

“Eh…”

“Sí, vendré a buscarte y te llevaré a ballet” intervino Anthony.

“¡Sí!”

“Ahora ve a estudiar, te preguntaré qué aprendiste hoy, jovencita”.

“Adiós, mi amor” saludó Amanda.

“¡Adiós!” Ella les dio un abrazo y corrió feliz adentro, luego, los dos giraron para regresar al coche sin prestar atención a si alguien los miraba.

“Puedo tomar un taxi, Anthony” sugirió la mujer.

“Nada de eso, mi chica no toma taxis. Yo te llevaré”.

“¿Tu chica?” repitió.

“Exacto” afirmó él tomándole la mano para darle un beso. “Mi chica.

“No te olvides de ver el tema de mi trabajo” le recordó ella.

“Está bien”.

Anthony condujo hasta la casa y se despidió con un beso antes de irse a la empresa. El día pasó rápido entre muchas reuniones y asuntos de trabajo. Por su parte, Amanda se quedó en casa y ayudó a las chicas de la cocina a preparar el almuerzo.

“Conversemos un poco, vamos a conocernos mientras cocinamos” les propuso.

“¿Quieres que nos conozcamos?” preguntó Ashley, sorprendida.

“Sí, ¿Por qué no?”

“Por lo general, los jefes no tienen ese tipo de intimidad con sus empleados” explicó Audrey.

“Aquí el único jefe es Anthony, yo también soy una criada” admitió ella.

“Lo sabemos” reconoció Audrey.

“Hablo en serio” insistió.

“Está bien. ¿Vives aquí en la ciudad?” continuó la criada.

“Sí, cerca de aquí, ¿Y tú?”

“Nacimos y vivimos no muy lejos de aquí. Si quieres visitar nuestra casa algún día, serás bienvenida”.

“Gracias, lo haré”.

“¿No tienes novio?” preguntó Ashley.

“No, solo estaba concentrada en conseguir trabajo. ¿Están casadas o saliendo con alguien?”

“Tengo un noviecito por ahí y Audrey se ve con el guardia de seguridad del Señor Anthony” reveló la chica.

“Ah, Cielos” reaccionó Amanda.

“No le digas nada, por favor” suplicó Audrey.

“¡Claro que no le diré!”

“No es nada serio, solo nos estamos conociendo”.

“¿Hace cuánto?”

“Apenas un mes, pero vamos despacio. Ya sufrí demasiado cuando me fueron infiel y él está divorciado”.

“¿Tiene hijos?”

“No, no tiene” respondió la criada.

“Con paciencia todo saldrá bien. Si los dos se quieren, nada puede salir mal”.

“Así es, también lo dices por ti, ¿No?” arriesgó Esther.

“Esther, Esther” protestó Amanda.

“Haces bonita pareja con el Señor Anthony” reconoció Ashley.

“También lo creo. Sonreía cuando estaba casado, pero cuando está contigo es mucho más alegre. Creo que le gustas” coincidió Audrey.

“Exageras”.

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