Alquilando una mamá
Capítulo 246

Capítulo 246:

Un mes más tarde, Cindy y Amanda estaban muy felices con sus bebés y Ken era el padre más embelesado con su hija que alguien jamás haya visto. Anthony puso a alguien de confianza para que lo reemplazara en la empresa y Ken hizo lo mismo.

Los bebés de Amanda habían cumplido un mes y ese día iban a dar una fiesta para celebrarlo; era una fiesta solo para la familia. Ese mes, Ken no había hecho nada más que mimar mucho a Anna y hablar sobre tener otro hijo. Ambos padres tenían ojeras, pero acompañaban mucho a sus esposas y eran de gran ayuda.

Un equipo de decoración había dejado hermoso el salón para la fiesta. Todo se veía perfecto. Anthony ayudó a Amanda a preparar a los niños y, mientras ella los vestía, llegó Cindy.

“Amiga, ¿Puedo bañar a Anna aquí?”

“Claro, aprovecha que la bañera está llena”.

“Genial”.

“Amor, voy a bajar con Enrico” anunció Anthony.

“De acuerdo”.

“Papá, me voy a quedar con mamá y mi hermanita”.

“Está bien, hija, pero no hagas lío, ¿De acuerdo?”

“De acuerdo”.

“Amiga” dijo Cindy.

“quiero contarte que renuncié a mi trabajo”.

“¡¿En serio?! ¿Por qué?”

“Quiero cuidar a Anna. Además, tampoco me gustaba mucho ese trabajo”.

“Entiendo. Descuida, te ayudaré a conseguir otro más adelante”.

“Gracias”.

Cindy terminó de bañar a Anna y utilizó la cama de Raika para vestirla. Amanda acababa de terminar de peinar a Lucy, por lo que Raika e Lucy ya estaban listas. Ambas madres ya estaban vestidas para la fiesta y el salón estaba maravilloso. Una vez que las dos habían terminado con todo lo que tenían que hacer, bajaron al salón junto con las niñas.

Amanda quedó encantada al ver la decoración del salón: estaba hermoso y la gran variedad de colores hacía que los niños no pudieran dejar de ver todo lo que los rodeaba.

La familia de Anthony ya estaba allí, y también estaban Dylan, los amigos de Anthony y Amanda, el Doctor Brown, la familia de Amanda, la de Ken, la de Cindy e incluso sus sobrinos”.

“Doctor, me alegra que haya podido venir” saludó Amanda.

“Llámame William” la invitó él.

“De acuerdo. Siéntete como en tu propia casa”.

“Enrico está muy lindo”.

“Lo vistió Anthony”.

“Los dos tienen exactamente la misma cara” dijo riendo.

“Es verdad” respondió Amanda divertida.

“Amor, ¿Ya le contaste la propuesta al Doctor Brown?” preguntó Anthony.

“No, te estaba esperando” respondió Amanda.

“Doctor, venga a mi oficina. Tenemos una invitación para hacerle”.

El doctor los acompañó a la oficina. Entraron y se sentaron.

“Estoy ansioso por saber de qué se trata”.

“Usted ha hecho mucho por nosotros” comenzó Anthony.

“Salvó a Amanda, salvó a nuestros hijos, nos ayudó cuando lo necesitábamos y me devolvió a mi esposa cuando pensé que la había perdido. Sé que la salvó Dios, pero usted fue el elegido para cuidar de ella y así lo hizo. Queremos que acepte ser el padrino de nuestros hijos. Es el hombre indicado para cumplir ese rol”.

“Usted es importante para nosotros; tiene un lugar en nuestra familia y en nuestro corazón. Queremos tener el honor de tenerle cerca y que sea el padrino de nuestros angelitos” añadió Amanda.

“Sus palabras me llenan de felicidad. Pasaste a ser como mi hija; te tengo mucho respeto. El honor es mío por poder ser parte de esta hermosa historia”.

“Me alegra que acepte” dijo Amanda.

“Bienvenido. Me alegra que haya aceptado” añadió Anthony.

“Nuestros hijos están en buenas manos”.

“Haría cualquier cosa por ellos” se apresuró a decir el Doctor Brown.

“Lo sé. Gracias” respondió Amanda.

Se abrazaron, felices, regresaron a la sala y se quedaron en el sofá con todos los demás invitados. Los bebés jugaban sobre una alfombra y los sobrinos de Cindy también. Al ver eso, Anthony frunció el ceño dominado por los celos, pero Amanda le llamó la atención.

Esther sirvió champán, café, zumos, bebidas y aperitivos. Hablaron mientras comían y disfrutaron de un hermoso momento juntos. Más tarde, Anthony los llamó a todos para tomar unas fotos y, a continuación, Amanda sirvió el pastel. La fiesta salió de maravilla.

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