Alquilando una mamá -
Capítulo 151
Capítulo 151:
Luego de un rato, comenzó a hacer frío, así que Anthony le sugirió a Amanda que entraran. Una vez dentro, se dirigieron a la cocina y, mientras la joven preparaba un poco de té, él le alcanzó las tazas y después se quedó observándola. De repente, cuando ella dio unos pasos para tomar una taza, se resbaló en la alfombra, pero antes de caer al suelo, él logró sujetarla. Sus rostros habían quedado muy cerca y Amanda, sin pensarlo dos veces, lo besó. Sin embargo, notó que él la besaba con frialdad, como si no quisiera hacerlo, por lo que se detuvo. Lo miró a los ojos y dejó caer una lágrima.
“¿Qué sucede?” preguntó ella.
“No estoy bien; realmente lo siento”.
“Está bien, no debí haber hecho eso. Gracias por ayudarme”.
“De nada”. El hombre tomó las tazas, las colocó sobre la mesada y ella sirvió el té. Mientras bebían la infusión, se quedaron en silencio, y Amanda pensó que él parecía estar en otro mundo”.
“Todo va estar bien” le dijo la chica mientras apoyaba su mano sobre la de él. Él la miró, y ella agregó”: No lo pienses demasiado. A Lucy no le pasará nada”.
“Eso espero”.
“Ten fe. Todo saldrá bien. Te amo”.
“Yo también te amo” dijo Anthony; luego se paró y agregó”: Si no te importa, me iré a mi cuarto”.
“Claro, ve. Buenas noches”.
“Buenas noches.
Amanda tomó las tazas, las lavó y después subió a su habitación. Si bien se sentía más aliviada, seguía un poco angustiada. Pensó que lo mejor iba a ser descansar, así que se cambió y se acostó.
Por su parte, Anthony entró a su cuarto, se apoyó en la puerta y respiró hondo. Pensó en lo que había pasado hacía un momento. Todas esas dificultades en su relación lo ponían muy mal, por lo que había decidido seguir con su vida; sin embargo, ella había vuelto para estropear todo. Se quitó la ropa y se fue directo a la cama, pues sentía el cuerpo muy pesado y tenso. Sin poder evitarlo, se largó a llorar, pero luego el sueño lo venció y se durmió.
Al día siguiente, Amanda despertó a Lucy y la preparó para ir a clases. Después de desayunar, se dirigieron a la escuela, pero fue Geoffrey quien las llevó, puesto que Anthony aún no se había levantado. Luego de dejar a la niña, regresaron a casa, y lo primero que vieron apenas entraron fue a Sabrina subiendo las escaleras con un hombre que llevaba puesta una bata blanca. Amanda se acercó nerviosa y preguntó:”
“¿Un médico? ¿Qué está pasando?”
“Anthony no se encuentra bien y pensé que lo mejor era llamar al médico de la familia” respondió Sabrina.
“¿Qué le pasa?” Sin esperar a que le respondieran, Amanda subió corriendo y se dirigió al cuarto de Anthony. El hombre estaba acostado y bien tapado. Cuando la joven se acercó y le puso la mano en la frente, notó que estaba muy caliente y le dijo”: ¿Qué te pasa, mi amor? Tienes muchísima fiebre”.
“Tengo frío” contestó él.
Un instante después, entró el médico para examinarlo, así que Amanda se alejó para darle espacio y se quedó observando con Sabrina. Mientras tanto, el joven seguía quejándose todo el tiempo del frío que sentía”.
“Anthony, ¿Se siente cansado?” quiso saber el médico”.
“Un poco”.
“Estamos pasando por una situación complicada, doctor” intervino Sabrina.
“Está bien. ¿Y qué siente?” El médico continuó con el interrogatorio.
“Me duelen el cuerpo y la cabeza.
“Según lo que observo, está deshidratado. Su mente está agotada y, cuando llega al cansancio extremo, el cuerpo reacciona de esta manera. Necesita descansar, beber mucho líquido y relajar la mente. Como tiene bastante fiebre, le daré un medicamento que hará que mejore enseguida. Lo que más le recomiendo es que descanse, pues tener las defensas bajas puede facilitar la aparición de algunas enfermedades”.
“No se preocupe, doctor. Yo me aseguraré de que descanse” dijo Sabrina.
El médico le aplicó una inyección, le midió la presión y le recetó otro medicamento. Luego, indicó:”
“Si vuelve a tener fiebre, debe tomar este remedio y si, aun así, no baja o aparecen otros síntomas, deberá ir al hospital a hacerse unos exámenes. Recuerde que tiene que descansar y evitar las preocupaciones, beber mucha agua, consumir frutas con vitamina C y comer alimentos saludables. Si hace todo eso, pronto estará bien. Puede ponerse un paño frío en la frente o, si quiere, darse un baño con agua tibia, pero sugiero que no se tape demasiado, ya que eso puede aumentar la fiebre”.
“Muchas gracias, doctor” dijo Sabrina.
“Cualquier cosa, puede llamarme”.
“Lo acompaño hasta la salida” ofreció Geoffrey.
Apenas se fue el médico. Amanda se acercó a Anthony y le acarició el rostro, mientras que Sabrina se sentó al lado y se quedó mirándolo”.
“Hijo, ¿Quieres comer algo?” preguntó la mujer.
“No, mamá, no tengo hambre”.
“De acuerdo, pero después vas a tener que comer, o si no te vas a debilitar. Ya escuchaste al doctor”.
“Bueno”.
“Pronto estarás bien” afirmó Amanda.
“¿Dónde está Lucy?” preguntó Anthony.
“En clases” respondió la joven.
“Está bien. Apaga esa luz, por favor”.
“Yo iré a comprar el medicamento que te recetó el médico. Vuelvo en un minuto” explicó Sabrina. Apenas se fue la mujer, Amanda se paró junto a Anthony, quien cerró los ojos para poder descansar un poco.
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